Por una parte, según el propio Miguel Herráez, el documento ha sido robado. Así lo defiende este catedrático de la UCH que ejerció de intermediario. Insiste en que cuando, en nombre de la nieta del editor Sempere i Masià firmó el comodato, el acuerdo que selló con el por entonces director de la Biblioteca Valenciana, José Luis Villacañas, recogía «el depósito de cartas manuscritas de Blasco, telegramas, fotografías y '1 manuscrito original de 'Flor de Mayo', novela cinematográfica de D. Vicente Blasco Ibáñez». Es más, sostiene Herráez que él mismo llevó los documentos a la Biblioteca Valenciana. Una versión que también mantiene Villacañas, quien en declaraciones a LAS PROVINCIAS confiesa que él mismo vio los documentos y que llamó a un funcionario de la institución para que los catalogara y registrara. No recuerda qué trabajador fue, aunque asevera que la colección Sempere i Masià llegó a la entidad cuando se firmó la cesión. No obstante, y ahí se sustenta la hipótesis de Herráez y, por tanto, de los herederos de Sempere, el texto nunca llegó a registrase como parte de los fondos. Es más, en el inventario de la Colección Sempere que es público y al que se puede acceder desde internet, no recoge la existencia de ese manuscrito en el listado de objetos cedidos en 2001. Según Herráez, no se llegó a catalogar el guion de 'Flor de mayo' y, por tanto, nunca formó parte de los fondos de la Biblioteca Valenciana. Al no estar en el listado, nadie lo echó en falta con lo que, concluyen, alguien se lo llevó sabiendo de su extraordinario valor. Una idea, la del hurto, que cobra fuerza, además, si se tiene en cuenta que la Unidad de Patrimonio de la Policía de la Generalitat ha incorporado los datos y descripción del manuscrito en bases de datos internacionales por si saliera a subasta o se hubiera decomisado.
Sin embargo, y aunque la Conselleria de Cultura ha asegurado en más de una ocasión que en este caso se pone del lado de los demandantes, es decir, de los herederos de Sempere, siempre habla de «negligencia» en lo que se refiere a la desaparición del documento. Para ello, desde este departamento han esgrimido que la ausencia de medios de seguridad en la Biblioteca Valenciana, situada en el Monasterio de San Miguel de los Reyes, es notoria. Para ello, según la secretaria autonómica de Cultura, Paula Añó, en declaraciones a este diario, ha aseverado que se aumentará el presupuesto de la institución porque no cuenta con plan de incendios y apenas tiene una o dos cámaras de vigilancia. Cultura no quiere hablar de robo. Es más, insisten en que se están revisando todos los archivos de la Biblioteca Valenciana para tratar de localizar el manuscrito de Blasco Ibáñez. ¿Se habrá traspapelado entre tal ingente cantidad de fondos de la entidad? Es una cuestión que cobra relevancia a tenor de la investigación, que no ha hallado pistas del paradero de la obra ni mucho menos un culpable. Es más, según la Policía, «la exhaustiva investigación concluyó sin que se hubiera podido recuperar el manuscrito« aunque »sitúa su desaparición entre el periodo comprendido entre 2001-2008, sin lograr establecer responsables, lo que condujo al posterior archivo de las diligencias por parte de la Fiscalía».
«No existe denuncia previa ni informe sobre la desaparición del documento entre la documentación interna de la Biblioteca, sin embargo, sí se sabe que, en 2004, cuando se realiza la descripción informatizada de los documentos del comodato, ya no se incluye el manuscrito entre los documentos catalogados», dijeron desde Cultura tras dar a conocer las pesquisas seguidas por la Policía, que en ningún momento habla de robo. Así que, sin querer señalar a ningún culpable directo, -no hay que olvidar que desde que se cedieron los fondos en 2001 han pasado casi 22 años-, la conselleria insiste en denunciar la «negligencia». Y se apresura a buscar el preciado documento porque la familia de Sempere i Masià ha amenazada por llevarse de la institución todos los fondos cedidos en 2001 y que aún descansan en la Biblioteca Valenciana. De momento, allí siguen.