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En ocasiones, valoramos más lo de fuera que lo nuestro. Y en el mundo del arte, nos dejamos sorprender por las grandes colecciones artísticas que, gracias a la colaboración entre instituciones, pueden llegar a verse en Valencia. Pero aquí, en la Comunitat, no sólo hay grandes amantes de la pintura, también existen ejemplos de mecenas que en vida atesoraron una ingente colección de piezas, plagada de nombres propios como Dalí, Sorolla, Fortuny, Madrazo o el mismísimo Goya y que siempre están dispuestos a ceder esas creaciones a otras instituciones para acercarlas al público.
Casi de forma desconocida y misteriosa, poco a poco pero sin pausa y con una voluntad de darse a conocer, la Colección Pedrera Martínez emerge en la localidad de Orihuela como un oasis que conduce a muchos y singulares fondos artísticos. Impulsada por el empresario oriolano Antonio Pedrera Soler, de quien este próximo 2 de abril se conmemora el centenario de su nacimiento, la colección comparte lazos, a su vez, con la Fundación Pedrera. Ambos son el legado que este promotor dejó tras su fallecimiento y que tanto su viuda, Mª Carmen Martínez Murcia, como sus hijos, mantiene por expreso deseo del empresario. Es la propia Martínez Murcia, como presidenta de la Fundación y conocedora como nadie de la Colección Pedrera Martínez la que lleva tiempo trabajando para dar a conocer esta colección al mundo. No en vano, sus cuadros se han colgado en museos de España y pretenden cruzar el charco y exhibirse por Europa (en Finlandia y en Dallas).
Es más, en las previsiones que manejan los responsables de la colección está la de colaborar con muestras próximas de Fortuny, Madrazo, Sorolla y Pradilla. «El arte hay que compartirlo. Ni mi marido ni yo creímos nunca en eso de que los cuadros debían estar colgados en nuestro salón. Por eso, los cedemos u organizamos exposiciones para que la gente los vea», cuenta la presidenta de la Fundación a LAS PROVINCIAS. Ella ha sido la encargada en los últimos años de poner en valor, ordenar e, incluso, restaurar esas piezas que su marido comenzó a coleccionar con apenas 12 años. «Él era un hombre de familia humilde pero un gran empresario. Fue el primer promotor de la Costa Blanca. Y una amante del arte y una persona muy inquieta. Ahí está su logro y su legado», cuenta.
Pero, ¿quién fue este mecenas nacido en Orihuela y cómo salvaguardó tantas obras de arte de nombres tan reconocidos? Nacido hace ahora cien años, Antonio perdió a su padre con apenas cuatro años. Aquello, según relatan, le marcó y le unió mucho a su madre. Desde muy joven comenzó a trabajar pero siempre quiso prosperar. Empezó en el negocio del textil y poco a poco llegó a tener una fábrica en la que llegó a emplear hasta mil personas, la mayoría mujeres. También apostó por la industria del aluminio, la repostería industrial y hasta montó un complejo deportivo. Después dio el salto a la construcción.
Pero además, fue presidente de la Cámara de Comercio, concejal del Ayuntamiento de Orihuela en la época de transición, fundador del canal de televisión local, llegó a ostentar cargos honoríficos en una caja de ahorros y presidió el club de fútbol de Orihuela. Pero su amor por la cultura y el arte le hizo atesorar esa colección que se salvaguarda en Orihuela y de la que nunca vendió ningún cuadro, es más, aún se conserva esa primera obra que adquirió con apenas doce años. «Incluso llegó a conocer a Miguel Hernández, de quien recitaba sus poemas», asegura su mujer y presidenta de la Fundación. Así que, casi desde siempre fijó su vista en un arte que le hizo configurar unos fondos ricos, diversos y que sus descendientes no dudan en ceder a otras instituciones y proyectos (colaboraron recientemente en algunas exposiciones del Año Sorolla, por ejemplo). Es más, el año pasado llevaron algunas de sus mejores obras a la exposición 'Sublime' que se pudo ver en el Museo de Arte Sacro de Orihuela.
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¿Qué conserva la Colección Pedrera Martínez? Una de sus joyas lleva el nombre de Francisco de Goya y Lucientes. Del pintor de Fuendetodos poseen dos series de sus grabados: 'Los desastres de la guerra' y 'La Tauromaquia' (formada esta última por 33 estampas), realizados entre 1793 y 1828. Precisamente, de temática taurina también salvaguardan unos fondos de artistas como José Benlliure, Pablo Salinas, Eugenio Lucas Velázquez o José Villegas y Joaquín Agrasot, pintor oriolano como Antonio Pedrera Soler y de quien la colección tiene unos fondos muy significativos. La temática taurina centra una de las partes. Pero no todaS. Pintores de la Escuela Veneciana del siglo XIX o el orientalismo en el arte, cultivado por artistas como el propio Sorolla o Fortuny se unen, además, a esa gran colección con obras de Agrasot o de grandes maestros del siglo XIX. Aquí, la lista es casi interminable: Carlos de Haes, Joaquín Sorolla, Raimundo de Madrazo, José M. Gallegos y Arnosa, Mariano Fortuny, José Villegas y Cordero, Eugenio Lucas Villamil, Baldomero Galofre, Eduardo Zamacois, Antonio Muñoz Degrain o Antonio Reyna Manescau, entre otros. Y, finalmente, muy singulares son las ilustraciones de Salvador Dalí de 'La divina comedia', de Dante. Una serie que le fue encargada al genio de Figueres por el Gobierno italiano con motivo del 700 aniversario del nacimiento de Dante y cuyo proyecto original fue abortado. Sin embargo, la Colección Pedrera Martínez conserva algunas de esas creaciones.
«Acabamos de restaurar el marco de una acuarela maravillosa. Procuramos que todas las obras estén en el mejor estado. De eso nos ocupamos y tenemos gente trabajando», cuenta Martínez Murcia. Ella es ahora el alma que gestiona la colección y preside una fundación que, además, y aunque hay que diferenciar los fondos de la entidad, no podrían entenderse la una sin la otra. Es más, este mecenas oriolano adquirió dos edificios en Orihuela. Por una parte, el Palacio Sorzano de Tejada, sede de la Fundación Pedrera e inmueble en el que se ubica el museo en el que están los fondos. Pero también, el Molino de la Ciudad. Dos palacetes que también son memoria viva del legado del empresario que ahora tutela su familia.
Insiste Mª Carmen Martínez Murcia que trabajan para dar a conocer la colección aunque lo hacen de una forma humilde. Casi como hormiguitas están logrando que este oasis artístico que muchos desconocían vaya adquiriendo visibilidad. Aunque, asegura, no es lo que pretenden, sino simplemente mantener el legado y el deseo de Antonio Pedrera Soler. Aún así, no dudan en prestar esas obras, en exhibir tradicionalmente cada año su Belén Napolitano, en organizar actividades y eventos para poner en valor la cultura. Una colección en la Comunitat que no envidia a otros fondos privados.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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