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Etiquetas, cajas de latón, botellas, papeles para embalar. Parecen pequeñas cosas, pero llevan inscrita la esencia de una cultura, aquella que habla de los valencianos como emprendedores y exportadores. Son dos adjetivos que sin temor a caer en el error se pueden predicar de los valencianos, sobre todo si la mirada se detiene en el final del siglo XIX y los primeros años del XX. Y no sólo. Basta escudriñar un poquito más para ver en esos objetos la condición de diseñadores que acompañó a aquellos hombres y mujeres de los albores de la pasada centuria. Dueños de una capacidad creativa a prueba de resultados que ya en aquellos días que hoy tan lejanos parecen, dejaron su impronta sobre las etiquetas, los envases y los embalajes de los productos que abrieron las puertas del mundo a través de la producción de frutas , vinos, licores y otros productos.
Todos contribuyeron a llevar el nombre de Valencia y sus empresas por el mundo. Los productos y los diseños que les acompañaban como distintivo de singularidad, de marca, salieron -no había otra forma entonces de hacerlo- por y desde el puerto de Valencia. Y a ese mismo puerto regresan ahora convertidos en objeto de arte, en referente de un tiempo que define la personalidad de un pueblo, en definitiva su cultura.
Esta mañana se ha inaugurado en el emblemático edificio del Reloj que sirve de puerta de la capital del Turia al Mediterráneo la muestra enmarcada en la capital Mundial del Diseño, 'València, Porta del Disseny. Exportació dels nostres productes als segles XIX i XX', que estará abierta hasta el 6 de noviembre de 2022. Los expositores ofrecen 300 piezas ante las que al público se le hará la boca agua al contemplar las populares etiquetas naranjeras que muestran insignes rótulos comerciales inscritos en la historia de la Comunitat bajo apellidos como Huguet o Ramón Victoria, y marcas como los Gemelos, Kiho, Look, Mastil o Platero, entre tantas otras que hicieron del color su identidad.
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La contemplación de las firmas, junto con los mensajes que acompañan a algunas de ellas descubren el incipiente camino emprendido hacia otras latitudes. No debe extrañarse el espectador al descubrir que ya entonces a las naranjas se las llamaba 'oranges' o que incluso algún cartel mostraba la invitación a degustar el dulzor de la fruta a la voz de «Sweet Valencia Oranges'. En esas frases se unen todas las personalidades, la del emprendedor empeñado en producir riqueza para exportarla y la de quien ponía su imaginación al servicio de esa causa con el objetivo de cruzar fronteras, de abrir mercados, y con ellos, qué duda cabe, también mentes.
Pero no sólo de naranjas ha vivido el comercio valenciano y el diseño que en torno a él se ha desarrollado a lo largo de los años. Generan hoy gran admiración en medio de una sociedad amante de la gastronomía y los vinos que la bañan, las etiquetas con las que se sientan los caldos a la mesa. Ahora la exposición del puerto viene a confirmar que el hacer de los diseñadores para lanzar el jugo de la vid al mundo ya viene de lejos. Y no sólo sobre papel, también las botellas tienen mucho que decir del trabajo de los creativos de aquellos tiempos, ya fueran diseñadores gráficos o cartelistas.
Y qué decir de las cajas de latón. El recorrido por la exposición organizada por la Autoridad Portuaria de Valencia permite también un encuentro con tan entreñables envases y su atractiva decoración, algo que sin duda acercará al público a aquellas cajas ue tal vez todavía conserve alguna en casa porque en ella guardaba la abuela los botones. Objetos llenos de historia, elementos que forman parte de la vida cotidiana, de ese día a día en el que sin darnos cuenta se cuela el diseño para hacernos comprender su significado y trascendencia.
La presentación de la propuesta ha tenido lugar esta mañana con asistencia de Aurelio Martínez, presidente de la Autoridad Portuaria de valencia, y de Xavi Calvo, director general de World Design Capital Valencia 2022. Martínez ha destacado el compromiso del puerto con la ciudad que en este caso ha llevado a sumarse a la celebración de la Capitalidad Mundial del Diseño». Xavi Calvo ha hecho hincapié en el mensaje de la muestra, que viene a insistir en que «el diseño está ligado a la tradición y la empresa valenciana y demuestra cómo desde hace más de 100 años ya daba más competitividad a las empresas. Desde aquí marcamos tendencia en diseño».
La exposición se sumerge en un universo de tradiciones, pero la observación no se puede quedar ahí. Todo lo que muestra el emblemático edificio junto al mar es la puerta de la modernidad, son los hilvanes de un tiempo que extendió las alas de Valencia al mundo sobre dibujos de creativos de la tierra empujados por vientos emprendedores. Y de aquellos padres, los hijos de hoy.
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