Palacio de Montortal, en la plaza de Tetuán. Jesús Signes

Una docena de joyas municipales sin destino

Palacios, alquerías, viejas fábricas y edificios históricos adquiridos por el Ayuntamiento tras pagar cifras millonarias esperan años rehabilitaciones y proyectos para obtener nuevos usos sociales o culturales

Laura Garcés

Valencia

Sábado, 23 de diciembre 2023, 17:47

Edificios cargados de historia, joyas del patrimonio que un día adquirió o construyó el Ayuntamiento, en ocasiones con desembolsos millonarios, para destinarlos a fines sociales y culturales. Y pasa el tiempo sin que lleguen las necesarias restauraciones o los proyectos que les den vida. Los ... distintos gobiernos municipales proponen, anuncian actuaciones y muchas de ellas no llegan. La inversión en la adquisición de estos inmuebles se queda estancada porque no se traduce en el uso, el disfrute social. Hay palacios, también alquerías. No faltan las construcciones que hablan de cómo han sido los valencianos, que cuentan su historia. LAS PROVINCIAS se acerca hoy a una docena de joyas de titularidad municipal que aguardan un destino con el que servir a los ciudadanos.

Publicidad

El Palacio de Montortal, 3,5 millones sin uso

Vestíbulo y escalera del palacio de montortal. LP

Una de las últimas adquisiciones es el Palacio Montortal, esa histórica construcción que se levanta en la plaza de Tetuán y que en 2022 pasó a ser patrimonio de los valencianos tras pagar el Ayuntamiento de la ciudad 3,5 millones de euros. El Consistorio lo compró para ampliar el Archivo Histórico Municipal que se encuentra en el edificio contiguo, el Palacio de Cervellón. Pero se ha considerado que las características del inmueble son inadecuadas para es fin. ¿Y ahora, qué? El histórico palacio carece de destino. Hay que buscar un futuro para una edificación originaria del siglo XVIII, aunque en el XIX sufrió una intervención en la fachada y más tarde, en 1912, se reformó el interior. Los años lo fueron habitando hasta dejarlo en la decadente situación en que se encuentra sin que se conozca que será de él, pese a la inversión pública.

La Casa del Agua, espacio degradado

Casa del Agura el el Jardín del Turia. Jesús Signes

El Tramo 2 del Jardín del Turia cuenta entre sus construcciones con una obra levantada en los años 80 del pasado siglo. La edificación, que nació con vocación de homenaje a la tradición hídrica de la ciudad, se inauguró en 1990 y todavía no ha encontrado un gobierno municipal que la llene de contenido definitivo. Las características de la construcción la convierten en un espacio degradado que ha generado las críticas de los vecinos del barrio Nou Moles, quienes el pasado verano advertían de que desde 2021 llevan denunciando la situación. Todas las referencias temporales que acompañan a la Casa del Agua apuntan en la dirección de largas demoras. La edificación que fue retén de Policía Local se encontró en 2015 con que el Ayuntamiento anunció un estudio con la Universidad Europea para evaluar posibles usos. Según ha podido confirmar LAS PROVINCIAS, la Casa del Agua sigue esperando destino.

El Casino del Americano en la Lista del Roja

Casino del Americano. Jesús Signes

La Lista Roja de los edificios en peligro incluye una de las emblemáticas construcciones del Ayuntamiento de Valencia. Formar parte de esta nómina no es ningún honor. El degradado Casino del Americano, palacete de mediados del siglo XIX que debía formar parte de la ampliación del parque de Benicalap, se convirtió en presa de la maleza y en destino de ocupación. El anterior Ayuntamiento sugirió convertirlo en escuela de agricultura y huertos urbanos. La propuesta no llegó a puerto. La degradación anidó entre las cuatro paredes de este Bien de Relevancia Local hasta anotarlo en esa Lista Roja. A esta situación llegó precedido de reiteradas denuncias del Círculo por la Defensa del Patrimoni al contemplar la decadencia que se apoderaba de una construcción adquirida por el procedimiento de expropiación en 2011 por el Ayuntamiento de la ciudad, institución que debe velar por su buen estado. Se pagaron 3,5 millones de euros. Transcurridos doce años desde la adquisición del inmueble, lo único que se sabe es que en 2020 se redactó un proyecto de rehabilitación y que forma parte de la Lista Roja del Patrimonio.

Publicidad

La Casa del Relojero, un vacío junto al Miguelete

La Casa del Relojero, en la calle del Migelete. José Luis Bort

Una de las esquinas más vistosas de la ciudad, junto el Miguelete se encuentra la rehabilitada Casa del Relojero. El Consistorio adjudicó en 2018 la redacción del proyecto cultural y de rehabilitación que hasta final del pasado verano no estuvo terminado. Durante décadas, uno de los cruces urbanos más transitados por los turistas ofreció la triste imagen de un solar degradado y a la espera de la intervención que acabó el pasado verano. Una construcción adjunta al edificio protegido, la Casa del Relojero, de diseño muy moderno, que para nada replica la arquitectura tradicional de la original, completa una intervención que ha dado a Valencia otro edificio aún hoy vacío. Tiempo, mucho tiempo esperando. Y dinero de los valencianos: 902.000 euros como resultado de un proyecto de rehabilitación presupuestado en 752.000 euros a los que se sumaron otros 150.000 como consecuencia de los retrasos de las obras. Lo dicho, tiempo y dinero que espera frutos mientras nada más finalizar las obra, la construcción ya sufrió las consecuencias del vandalismo y de las inundaciones.

Alquería Falcó, el Centro de Día que no llega

Vista de la Alquería Falcó. Ayuntamiento de Valencia

La Alquería Falcó es una edificación tradicional en el antiguo camino de Moncada que se incorporó al patrimonio municipal en 2017 tras un procedimiento de expropiación a petición de los propietarios porque se encontraba ocupada ilegalmente. Supuso un desembolso de 950.000 euros de dinero público. Declarada Bien de Relevancia Local está localizada en un entorno residencial consolidado y protegido como área de restauración paisajística. El pasado marzo se informó de que se estaba redactando el proyecto de intervención integral de la alquería. El objetivo era la rehabilitación del cuerpo principal, la eliminación de elementos impropios y la incorporación de un nuevo volumen. Antes de poner en marcha este proyecto tuvo lugar una intervención arqueológica. Convertirse en un centro de día para personas con diversidad funcional intelectual es el destino que esperaba la alquería que, como tantos otros inmuebles, aún no ha visto el día en que se ponga en marcha actividad alguna entre sus cuatro paredes. Una vez más la pregunta cuya respuesta desean obtener los ciudadanos está en el aire cuando se van a cumplir siete años desde su adquisición por cerca de un millón de euros.

Publicidad

La Ceramo, el cuento de nunca acabar

Irene Marsilla

Entre los enquistamientos más notorios que soportan los inmuebles adquiridos por el Ayuntamiento y sin uso se encuentra sin duda el proyecto que afecta a La Ceramo, edificio de la arquitectura industrial poblado de malas hierbas y tejas que se resquebrajan bajo los pies. Se trata de un edificio de 1885 de estilo mudéjar acogió una de las fábricas más significativas de la industria valenciana dedicada a la fabricación de tejas y mayólicas, que todos los últimos gobiernos municipales han querido acercar a su acervo anunciando proyectos, pero ninguno hasta la fecha ha cerrado nada. La Ceramo sigue contemplando la ciudad revestida de la piel del olvido y la degradación. Y eso que en 2016 ya se tuvieron que acometer obras de emergencia para consolidar algunos elementos. Costaron algo más de 13.000 euros, pero la restauración integral se calculaba que podía costar dos millones de euros. Esa era la cifra que se ofreció en 2018, ¿cuánto costaría ahora devolver la vida a un inmueble seña de identidad de la Valencia industrial del siglo XIX? Se propuso como destino un uso vinculado a su historia -talleres de cerámica o sala de exposiciones- además de reservar un espacio para piezas del Museo Nacional. Pero hasta hoy, nada.

Reales Atarazanas, el Museo del Mar que no llega

Vista de las Reales Atarazanas. G. M.

Las Reales Atarazanas, en el distrito marítimo de Valencia, es otro emblemático edificio del Ayuntamiento que nunca ha llegado a ver materializado el proyecto que lo iba a convertir en Museo del Mar dentro de una tríada de espacios para esta finalidad. Si bien es cierto que las Reales Atarazanas acogen programación de exposiciones, no siempre regular, también lo es que lleva años pendiente de verse convertido en ese espacio de homenaje al mundo del mar que también forma parte de la personalidad de la ciudad de Valencia. Este edificio sería el central de ese museo marítimo con tres sedes que incluiría también la Casa dels Bous y la Fábrica del Hielo. En 2016 ya se hablaba de esta propuesta que ahora, cuando se van a cumplir ocho años desde entonces, todavía no ha visto la luz. En la antigua Casa dels Bous del barrio del Cabanyal sí que han terminado los trabajos, pero ahora hay que buscar los tesoros entre los recuerdos de los descendientes de los patrones de barca y pescadores. Falta pues llenarlo de contenido.

Publicidad

San Vicente de la Roqueta en medio del debate

Vista de la fachada de San Vicente de la Roqueta. Damián Torres

Entre los edificios emblemáticos de la capital del Turia se encuentra San Vicente de la Roqueta. La construcción, Bien de Interés Cultural, ha sido objeto de distintos proyectos de restauración y consolidación. En este caso, una vez más las fechas obligan a mirar atrás en el calendario y así ver que la demora es la aliada habitual de los inmuebles adquiridos con dinero de los valencianos. Este edificio, cuyo origen conduce al siglo IV, cuando se levantó un 'martiryum' sobre la tumba de San Vicente Mártir, vio su última intervención en 2016 con el objetivo de recuperar la fachada y rehabilitar su interior. Basta un paseo por su céntrico emplazamiento para confirmar el buen aspecto que muestra tras una rehabilitación de 3,4 millones, según los datos que la entonces vicealcaldesa, Sandra Gómez, anunció en 2022. Si la rentabilidad de las inversiones la da el uso, la pregunta es ¿qué destino se le ha dado a La Roqueta? Los colectivos vicentinos no quieren que la planta superior del recinto acabe transformándose en oficinas para los funcionarios del Ayuntamiento de Valencia. El debate está abierto.

Las naves del Parque Central sólo son un continente

Vista de las naves del Parque Central. Irene Marsilla

El Ayuntamiento de Valencia acometió la restauración de las naves del Parque Central. Fue un gran proyecto de rehabilitación que generó distintos espacios para usos culturales que todavía no han llegado. El caso del Muelle 3, destinado a la subsede del IVAM es uno de los más significativos. El Consistorio cedió el espacio por 75 años al Instituto Valenciano de Arte Moderno. Sin embargo, cuando ya ha trascurrido un año desde que se anunció ese acuerdo con la Conselleria de Cultura y tras distintos anuncios para convertirse en el destinatario de la segunda casa del arte contemporáneo, todavía no hay siquiera fecha cerrada para que ello suceda. De las seis naves sólo una está ocupada. La inversión ha dejado un amplio continente carente de contenido.

Publicidad

Alquería de La Torre para enlazar con la huerta

Antigua alquería La Torre. José Luis Bort

Junto al Casino del Americano, la alquería de la Torre es uno de los conjuntos más emblemáticos de la ciudad situado en el entorno del parque de Benicalap. La alquería la componen un edificio norte, en el que se asentaba la antigua casa del administrador de la finca; un edificio sur, donde residían los propietarios del inmueble y se completa con un almacén de labranza, la única estancia que el Ayuntamiento prevé derruir. La intención del gobierno municipal en 2020 era la de relacionar sus nuevos usos con la huerta y la gastronomía poniendo en valor el producto valenciano. A su vez, el ala oeste se destinará a otro tipo de ocio, relacionado con las asociaciones y grupos vecinales que podrán disponer de una sala polivalente. ¿Cuándo?

Alquería de Gaspar Bono, una rehabilitación sin fecha

Alquería de Gaspar Bono. José Luis Bort

Junto al Jardín Botánico se encuentra la Alquería de Gaspar Bono. El edificio que se salvó de la ruina tras su adquisición y una inversión de 67.000 euros para acometer obras de emergencia que frenasen su desaparición iba a convertirse en una escuela infantil pública que se anunció en 2016 durante el gbierno de Joan Ribó. Aun cuando se llevaron a cabo esos trabajos, en este emplezamiento de la ciudad que un día pertenecía a la Compañía de Jesús. Los jesuitas la cedieron en 1988, junto con la parcela, al Ayuntamiento. Con la paralización de la operación urbanística de los hoteles, la cesión no se hizo efectiva hasta 2016. La rehabilitación no ha llegado.

Noticia Patrocinada

El Almudín, con una finalidad sin definir

El histórico Almudín. LP

El histórico edificio de la plaza de San Luis Bertrán, aun cuando no es un museo al uso, ha acogido diversas exposiciones temporales, como las que años atrás mostraron piezas de Rodin, Manolo Valdés o Pinazo. Su uso no está muy determinado. A la presencia de exposiciones esporádicas se añade que el espacio saliera al camino del Palau de la música cuando el auditorio tuvo que cerrar tras el desprendimiento de los techos de sus salas. Aunque el Palau ha recuperado la actividad, el histórico edificio sigue acogiendo algunos de sus conciertos. Este inmueble sí tiene actividad, pero lo cierto es que no está definida, o al menos no es siempre la misma. Su naturaleza como museo no se manifiesta de manera permanente dejando abierto el interrogante de cuál es su destino.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad