CARMEN VELASCO
Domingo, 24 de mayo 2020, 00:27
José Miguel García Cortés tomó las riendas del IVAM en septiembre de 2014. Nombrado tras un concurso público internacional, sustituyó en la dirección a Consuelo Císcar, cuya sombra judicial aún pende sobre la reputación del museo (personal vinculado con las presuntas irregularidades atribuidas a su gestión continúan trabajando en el centro). La Conselleria de Cultura, en manos de Vicent Marzà, da por amortizada la etapa Cortés y no renovará el contrato al séptimo responsable de la pinacoteca tras Císcar (2004-2014), Kosme de Barañano (2000-2004), Juan Manuel Bonet (1995-2000), J. F. Yvars (1993-1995), Carmen Alborch (1988-1993) y Tomás Llorens (1986-1988).
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Cortés supuso el advenimiento de aire fresco tras la etapa de su predecesora, quien todavía no ha sido juzgada por el caso IVAM, y despertó elevadas expectativas. El punto fuerte de la línea artística del actual director ha sido poner en valor los excelentes fondos propios, que han vertebrado las exposiciones de los últimos seis años. La colección del IVAM es de las mejores selecciones de arte moderno en Europa gracias a la política de compra de los 80 y 90 y a la aspiración internacional de sus primeros responsables. Cortés ha sabido exhibir con imaginación y reflexión el patrimonio artístico de la institución.
Bajo la era de Cortés no ha habido ninguna muestra estridente, pero tampoco han sobrado los proyectos que marcan época o las exposiciones históricas que atraen a multitudes o transcienden las fronteras. La muestra de Joan Miró fue de las pocas que dejó la popular fotografía de colas de visitantes en las puertas del edificio. Fue el proyecto de mayor envergadura económica acometido durante el mandato de Cortés, con un coste aproximado de 200.000 euros y la implicación de 40 entidades (entre museos, galerías y coleccionistas). La estrechez económica ha marcado los últimos años del IVAM. En 2015 dispuso de cinco millones, cifra que ascendió hasta los 9,7 millones del actual ejercicio, sin embargo, es un montante muy alejado de los 18 millones que manejó Kosme de Barañano en 2003.
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El actual responsable ha ensanchado el foco expositivo incluyendo el diseño y el cómic (la exposición 'Valencia Línea Clara y el proyecto 'fanzinoteca' son dos ejemplos de la vigencia del arte de las viñetas). Ha tratado de adaptarse al signo de los tiempos iniciando una feminización de la institución, que pasa por programar más mujeres (Gilliam Wearing, Soledad Sevilla, Martha Rosler, Susana Solano, Zineb Sedira, Ángeles Marco, entre otras) y distinguirlas (Anette Messager fue la primera mujer en ganar el Premio Julio González). Aún así sólo el 14% de los fondos del IVAM corresponden a mujeres.
Bajo el mandato de Cortés, el mayor lucimiento del IVAM fue el 30 aniversario, efeméride que se conmemoró en 2019. En 1989 la Reina Sofía asistió a la inauguración del centro y presidió los actos del 25 aniversario en 2014, pero nadie de la Casa Real acudió a los actos del 30 cumpleaños. En 2019 las salas del centro de la calle Guillem de Castro se abrieron a Fernand Léger, Jean Dubuffet, Equipo Crónica y Paco Roca.
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El tirón popular del último deparó la galería 6 a rebosar de público con 'El dibuixat', muestra que incluso recibió la visita exprés del entonces ministro de Cultura, José Guirao. El ejercicio del 30 aniversario el IVAM recibió 209.474 visitantes, dato que prácticamente duplica el primer año de Cortés. En 2015 el contador marcó 107.000 personas. El que fuera director del Espai d'Art Contemporani de Castellón ha logrado duplicar el público de las exposiciones, pero el IVAM no es el museo más visitado de Valencia.
Los centros de arte del siglo XXI no son meros expositores de arte, sino un lugar de encuentro y un espacio para hacer comunidad. En la última etapa de Cortés, el IVAM ha intentado atraer público joven hacia sus instalaciones. Así lo evidencian la programación estival en el hall y las sesiones de música en los escalones, actividades muy en la línea del Centro del Carmen, una institución con la que el IVAM no se ha entendido. En una entrevista de julio de 2018, Cortés aseguró en LAS PROVINCIAS que con el director José Luis Pérez Pont no mantenía «ninguna relación». Previamente el responsable del Centro del Carmen tildó de «disfuncional» la situación entre ambas instituciones. «Cortés quiere imponer líneas de trabajo a otros centros y yo no puedo aceptar imposiciones de nadie porque el IVAM no está por encima del Consorcio de Museos», afirmó Pérez Pont a este periódico.
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Cortés tampoco se alió con el director del MuVIM. Al contrario. Rafa Company le acusó de lanzar una «OPA hostil neoliberal» al centro de la Diputación al aspirar a que el edificio se convirtiera en subsede del IVAM en Valencia. La anhelada ampliación de la institución de la calle Guillem de Castro no se ha materializado. No prosperó la colaboración con las Naves (para exportar la idea de relación establecida entre el MoMA y el PS1 en Nueva York) ni tan siquiera se ha inaugurado el jardín del Pati Obert para el que se iba a recuperar la escultura de Per Kirkeby, que se deteriora en el antiguo cauce. En cambio, sí se abrió la delegación del IVAM en Alcoi, una decisión impulsada por Presidencia de la Generalitat.
De puertas para adentro, los muros del IVAM tampoco se han librado de tensiones. Una de las primeras medidas de Cortés levantó polémica: el desmantelamiento de la sala permanente de Miquel Navarro. La decisión del director de eliminar la colección del escultor en la galería 1 obligó a la entonces consellera de Cultura, María José Catalá, a mediar en el conflicto. Pasaron seis años en reconducir la relación entre el museo y el creador de Mislata. El pasado enero Navarro expuso 'Gabinete secreto' en su regreso al centro de arte, edificio que abandonó La Sucursal en 2016 después de 14 años y la librería Dadá en 2018 tras dos años de actividad.
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Las salidas en el equipo directivo de Cortés han sido constantes. Ninguno de los cuatro subdirectores iniciales continúa en el cargo: Raquel Gutiérrez, investigada en el caso IVAM, renunció a la subdirección de exposiciones aunque se mantiene como técnico; Joan Llinares cambió la subdirección económica para volver a Barcelona, puesto que dejó para hacerse cargo de Antifraude; el subdirector de Actividades Culturales, Álvaro de los Ángeles, también se marchó y la última en abandonar el IVAM fue la responsable de comunicación, Ana Moure.
El siguiente en salir del IVAM será Cortés, quien tilda de «decisión política» la medida de Marzà de prescindir de él.
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El futuro artístico de Valencia se perfila boyante y esperanzador en el ámbito privado. En los próximos tres años, si los plazos se cumplen según lo previsto, la capital del Turia contará con un CaixaForum, que recalará en el Ágora, y el Centro de Arte Hortensia Herrero, que se se instalará en el Palacio Valeriola. Son dos apuestas potentes ante las cuales el IVAM deberá medirse. El reto para la persona que sustituya al actual director del centro de la calle Guillem de Castro pasa por posicionar la institución nacida en 1989 ante un escenario artístico competitivo.
A este panorama se unirá la consolidación de Bombas Gens, un centro que el próximo mes de julio cumple tres años de vida. El espacio de la Fundació per Amor a l'Art ocupa la posición número 28 de las instituciones mejor valoradas, según el Observatorio de la Cultura 2019 elaborado por la Fundación Contemporánea. En la edición del último informe, que sitúa al IVAM en el puesto número 15, se incluyó por primera vez a la Fundación Hortensia Herrero por la exhibición de la obra del escultor Jaume Plensa, que se pudo ver tanto en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y que ahora está en la localidad de Elche. La fundación de la mecenas valenciana figura en el número 89 del listado.
No será José Miguel G. Cortés quien pilote el futuro del IVAM ante el ambicioso desafío de posicionarlo como referente de arte contemporáneo. El conseller de Cultura no amplía el contrato del actual director. Esta medida ha recibido las críticas de la Asociación de Directores de Arte Contemporáneo de España (Adace), que censura al conseller el incumplimiento del Código de Buenas Prácticas al saltarse el trámite de oír al Consejo Rector antes de acometer el futuro del director. Adace juzga de inapropiadas las formas de Marzà, que no ha explicado por qué no continúa Cortés pese a reconocer la «excelente labor del director», una posición un tanto incoherente.
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