Cuando una institución cultural (en este caso el IVAM) atraviesa un momento de inflexión, en el que su director, en este caso directora, dimitió hace apenas unas semanas, tiene un titular provisional que era la mano derecha -y directora adjunta- de la ya exresponsable, ... en la que se busca a un nuevo cargo mediante un concurso que no tiene ni plazos ni bases, en el que el proyecto de la persona que ya no está a los mandos sigue imperando en el día a día e, incluso, la sombra es tan alargada que pese a su ausencia, parece que está muy presenta, la situación es cuanto menos «extraña».
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Un calificativo que, precisamente, se escribe así, entre comillas, porque son palabras textuales de la directora provisional del IVAM, Sonia Martínez (aunque ella insista que mantiene el mismo cargo que antes, el de directora adjunta), quien relata así la era que vive el museo tras la marcha de Nuria Enguita después de que se conociera que había donado unas parcelas a la Fundación Todolí Citrus, un ente presidido por Vicent Todolí, el conocido experto en arte valenciano, curador y exdirector de la Tate Modern de Londres que formó parte del comité de expertos que eligió a Enguita para tomar las riendas del Instituto Valenciano de Arte Moderno en 2020. Con Enguita presentando su dimisión tras conocerse que la Generalitat Valenciana, en este caso la Conselleria de Cultura y Deporte en manos del vicepresidente primero del Consell, Vicente Barrera, había remitido toda la documentación a la Fiscalía para que investigara si este hecho podía constituir algún tipo de delito o irregularidad, este departamento se apresuró en comunicar que Martínez iba a ejercer como directora en funciones, es decir, de forma provisional, en la pinacoteca hasta que se hallara nuevo responsable.
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L. Garcés / EP
Pero este miércoles, en la presentación de la nueva exposición del IVAM sobre el artista alicantino Eusebio Sempere, programada por la ya exdirectora Enguita, ha quedado de relieve que Martínez (quien ya formó parte del equipo de Enguita cuando esta dirigió el centro de arte Bombas Gens) tiene claro que el centro de arte moderno vive en una situación complicada. Sus palabras textuales: «Seguimos trabajando con toda la normalidad que la situación tan extraña nos ha puesto sobre la mesa. Habrá próximamente un Consejo Rector. Pero todo lo que está y todos los diálogos que hemos arrancado, siguen. No hemos cambiado nada».
Unas palabras que, no obstante, denotan que la nueva etapa en el museo no es la más idónea. Más afirmaciones de Martínez: «Seguimos trabajando en el programa de museo que impulsó Nuria Enguita y seguimos trabajando con total normalidad entre comillas, siendo una persona menos en este equipo, una persona fundamental. Aunque seguimos trabajando en la programación que se aprobó, con el esfuerzo de todos».
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Noelia Camacho
Normalidad entre comillas, situación extraña... Son reflexiones que reflejan la realidad de un centro cultural que vive tiempos convulsos. Y son unas palabras pronunciadas con la directora general de Patrimonio Cultural, Pilar Tébar, presente en el acto. Ella ha asegurado también, en sintonía con la directoral provisional, que el museo «sigue con su vida» y que lo que ha cambiado es que ahora Martínez «es la que está a la cabeza» de la institución. No ha detallado ni plazos ni un calendario para que el IVAM encuentre nuevo titular. «Se está trabajando en las bases», ha dicho, del concurso público. Y ha insistido en que todo el equipo sigue trabajando.
Sobre el futuro de la programación del centro, cuya oferta para 2024 ya está presentada, también se ha querido volver a dar esa imagen de normalidad y el proyecto de Enguita será el que se siga llevando a cabo. De cara a 2025, según insisten desde el IVAM, también hay cosas aprobadas, por lo que de nuevo, la sombra de la exdirectora se presume alargada. No han querido aclarar si algunos proyectos se paralizarán teniendo en cuenta que debe llegar un nuevo director.
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La vida sigue igual, aunque parece realmente que no es así, en el centro. Se vive esa «normalidad entre comillas» que se ha instalado en un enclave que sabe lo que es estar envuelto en polémicas en sus 35 años de vida. La exdirectora que presentó su dimisión alegando, además, que no contaba con el apoyo del gobierno valenciano tras la donación de esos terrenos a la Fundación Todolí Citrus, sigue estando muy presente. No sólo porque su mano derecha está ahora al frente de la entidad artística sino porque también es comisaria de algunas propuestas que se verán en el museo en los próximos meses. Y, aunque el museo ha hallado, por fin, gerente -un nombramiento que ha recaído en María Luisa Ayuso-, la nueva responsable administrativa aún no se ha incorporado (su elección se conoció la semana pasada). Una era «extraña» para el museo.
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