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El alcalde, Joan Ribó, junto a Xavi Calvo, Nacho Lavernia y Marisa Gallén, en el encuentro. LP
Las ocurrencias del Consell del Disseny de Valencia

Las ocurrencias del Consell del Disseny de Valencia

El primer informe, del que no se ha facilitado el coste tras seis meses de trabajo, pide al Ayuntamiento la creación de un departamento de diseño

Laura Garcés

Valencia

Miércoles, 5 de abril 2023

'La ciudad deseada' es el título del primer documento resultado de seis meses de trabajo con reuniones ordinarias y extraordinarias del Consell del Disseny. Es un estudio «diagnóstico» cuyo coste económico no se ha facilitado, como tampoco se ha hecho público su contenido. ¿Cuáles son las propuestas para «mejorar el bienestar de los valencianos», en palabras del alcalde? De instalar «farolas que alumbren pero no deslumbren», de que las paradas de autobús ofrezcan información para los residentes y visitantes como si fueran marquesinas 'tourist info'; de instalaciones efímeras en locales que tardan en ser vendidos o alquilados y de «nuevos usos para las plantas bajas»... Estas son algunas de las ocurrencias del documento, que, además, recomienda al Ayuntamiento la creación de un departamento de diseño. El informe se entregó este miércoles al alcalde, Joan Ribó, en un encuentro al que asistieron los miembros del Consell del Disseny con su coordinador, Xavi Calvo, al frente.

Más allá de las curiosas ocurrencias o lugares comunes, se encuentran otras que descubren intenciones que apartan de principios tan esenciales en la sociedad española como la libertad de los propietarios para dar uso a sus bienes en una suerte de clara tendencia intervencionista. El documento se atreve a invitar a que «los locales en venta o a la espera de ser alquilados deberían tratarse de una forma más determinada, más estética, con algún tipo de iluminación, con instalaciones efímeras o intervenciones artísticas aportando algo a la ciudad».

No menos sorprendente resulta en este mismo territorio, que el diagnóstico se dirige a los propietarios de terrazas, uno de los elementos más representativos del ocio en la ciudad, que «quizás hay que replantear el concepto de ocupación» de espacio público. Ante esta afirmación se hace inevitable plantearse cómo recibiría el sector de la hostelería una medida de estas características ante un asunto en el que media una aportación tributaria a considerar para los presupuestos de una ciudad.

El recorrido por las ocurrencias conduce también a descubrir que el Consell del Disseny recuerda que «en una sociedad democrática, el patrimonio es una herramienta para la educación y por tanto, debemos tenerlo en consideración para lograr una ciudad más inclusiva». Y, además de todos estos detalles y otros que se pueden extraer del «diagnóstico», se descubre el reconocimiento por parte de los expertos en diseño que Valencia carece de marca de ciudad.

De hecho el documento afirma entre sus propuestas la de «construir una nueva marca València». Es sin duda el reconocimiento a que no existe o si la hay no gusta a quienes a partir de ahora se encargarán de apuntar las líneas del diseño de la ciudad y que en el mismo documento sugieren la «creación de un departamento para gestionar el diseño en la ciudad». De hecho, durante la presentación de 'La ciudad deseada' al alcalde, la diseñadora Marisa Gallén ha afirmado que lo presentado son «rasgos generales para un trabajo más profundo», y para el mismo se «necesitan recursos y tiempo».

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No menos llamativo resulta que en esta nueva guía se afirme con grandilocuencia notable la aspiración a «asegurar que las grandes intervenciones en la ciudad nacen a partir de unos principios de diseño claros y de un diagnóstico ampliamente construido junto a la ciudadanía» y sin embargo el documento no se ha sometido a información pública alguna, ni siquiera se ha facilitado a los medios de comunicación a fin de que estos pudieran darle difusión. En este sentido ha sido reveladora la sugerencia de uno de los miembros del Consell, el paisajista José Manuel Vidal, cuando ha apuntado que el libro carece de imágenes y que tal vez lo que los diseñadores han dicho en el mismo «algunas personas no lo van a entender».

Como contribución a un mejor entendimiento por parte de los destinatarios últimos, que son los ciudadanos, Vidal ha propuesto la celebración de una exposición de fotografías que permitan al público, con especial incidencia en los escolares, a descubrir las observaciones sobre el diseño de la ciudad. Ha apuntado la posibilidad de que esa muestra se celebre en el edificio de Correos y que desde allí pueda visitar los barrios de la ciudad.

Poca concreción y vaguedades. De hecho los propios miembros del Consell del Disseny han hablado de «rasgos generales», como ya se ha apuntado por parte de Marisa Gallén, quien también ha señalado que «ahora no era el momento de concreciones. Hay que conocer en profundidad la situación». Nacho Lavernia en declaraciones a LAS PROVINCIAS también ha venido a confirmar este aspecto al señalar que «hemos eludido hacer concreciones y juicios», a lo que ha añadido que «acabamos de aterrizar», afirmación que llega cuando han transcurrido seis meses de la constitución del Consell del Disseny que se reunió por primera vez el 15 de septiembre.

En las declaraciones posteriores a la reunión con el alcalde, Marisa Gallén ha especificado la solicitud de «recursos y tiempo» cuando ha puntualizado que se trata de tener encuenta que «si hay que hacer investigación profunda hay que trabajar con técnicos muy especializados», una consideración que lleva a concluir que con el Consell del Disseny todavía no basta para que el Consistorio disponga del asesoramiento necesario por parte de un órgano que nació con vocación de consultivo para la gestión municipal.

No se han pronunciado sobre una valoración al aspecto que ofrece Valencia. No han querido poner nota. Sólo Gallén ha señalado que «es una buena ciudad para vivir pero mejorable». Y poco han dicho de los maceteros, la plaza de la Reina o las supermanzanas que han generado no pocas críticas entre los ciudadanos que de momento tendrán que esperar para conocer las propuestas que este consejo asesor apuntará. Ante estas intervenciones Lavernia que se parte «de la base de que no hay soluciones perfectas«.

El encuentro se ha cerrado con pocas respuestas que ayuden a entender cómo es esa ciudad deseada. Hasta julio no habrá nuevos encuentros. Todo queda abducido por las elecciones, también la misión de este Consell del Disseny que en sus genes, conforme a su propia definición, es un órgano independiente.

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