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El González Martí abre la puerta a devolver las piezas expoliadas

El museo no expone ninguna de las obras incautadas durante la Guerra Civil y la dictadura

Laura Garcés

Valencia

Jueves, 13 de junio 2024, 13:50

Las 120 piezas incautadas por los gobiernos de la Segunda República y de Franco que se encuentran en el Museo Nacional de Cerámica González Martí ... de Valencia podrán volver a manos de sus legítimos propietarios. El camino para conseguirlo será largo, pero si finalmente las personas demuestren el derecho a recuperarlas «podrán reclamarlas, se desafectarán de la propiedad del Estado y se pondrán a su disposición». Son palabras del director de las salas de la calle Poeta Querol, Jaume Coll.

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Dado el tiempo transcurrido sólo cabe pensar que sean herederos de sus primeros propietarios quienes tengan derecho a decidir sobre cada objeto. Y esa circunstancia, que se es heredero legítimo, será la que se tenga que demostrar después de haber probado la titularidad original del bien. Bastante complejo el panorama que se observa una vez completada la documentacion de bienes realizada por la Dirección General de patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura.

Ninguna de esas piezas están a la vista del público. No es posible descubrirlas en las vitrinas que recorren las salas. «Todas están guardadas, incluso en caja fuerte». No se trata de una colección de interés expositivo ni de alto valor, si bien la circunstancia de que ahora se conozca que proceden de la histórica incautación puede sumar en el caso de que sean reclamadas y sus propietarios pensaran en venderlas. Coll admite que esto puede suceder, pero también señala que determinar el valor económico no era uno de los objetivos en el estudio de las piezas. El director del museo no olvida apuntar el «valor emocional». La mayor parte de los objetos de este tesoro está datado entre los siglos XIX-XX, en época contemporánea, si bien el listado también descubre algún ejemplar de los siglos XVII y XVIII.

Cuchillos, tenedores tetera, taza, entremesera, plato, azucarero, bandeja, recogemigas, tintero, cenicero, especiero, reloj, pulsera, anillo, colgante, guardapelo, broche, medalla, medallón, jarra, mancerina… Estos son algunos de los objetos -algunos varias unidades- que forman parte del inventario de las piezas procedentes de incautación en posesión del González Martí. Ante este listado advierte Coll que en su mayor parte se trata de enseres de plata para la vida doméstica (como piezas de vajilla y cubertería) o también de cerámica. Las del noble metal, así como los trabajos de orfebrería -joyas y relojes- «es posible que se incautaran con la finalidad de fundirlas». Corrieron suerte distinta a esa que se supone y todavía hoy perviven bajo la forma en la que fueron concebidas.

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Cuando se lee el listado se descubre que también son diversas las láminas que forman parte de tan peculiar colección. Y entre ellas llama la atención el nombre de José de Ribera,hallazgo que conduce de inmediato a pensar en la posibilidad de que tenga valor importante. Se trata de una «estampa» de 'La adoración de los pastores' del artista setabense a partir del grabado de Ricardo Franch y es de edad contemporánea.

Coll aclara que se trata de una estampa, como las hay de otros autores. Ello significa que son copias a partir de una plancha de cobre realizadas en serie y advierte que hay que tener en cuenta que si bien ahora «los artistas numeran cada copia que se imprime, antes no sucedía así. Ello impide saber cuantas copias se imprimieron. Pudieron ser tres o doscientas».

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¿Por qué están en el museo de valencia? ¿Cómo llegaron hasta allí? El González Martí, espacio que nació a partir de la donación del coleccionista que le da nombre, es de titularidad estatal. Y ahí está la clave de la historia que transmite Jaume Coll. Las piezas no proceden directamente de la colección de las salas del palacio del Marqués de Dos Aguas. Llegaron entre los años sesenta y setenta del pasado siglo como consecuencia de una asignación de fondos del Estado, lo habitual cuando un museo es de su propiedad. «El Estado asigna unas piezas a sus museos y las manda sin decir por qué».

Ha sido ahora, a partir de la elaboración de este inventario cuando lo han conocido en tanto que recibieron el encargo de la catalogación y la información que les acompañaba. Este era el primer paso. Los siguientes están en manos de quienes prueben y deseen hacer valer su derecho.

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Entre los centros donde la investigación de Cultura ha localizado muchas de las piezas expoliadas están los museos Arqueológico Nacional, del Romanticismo, de Antropología, de América, Sorolla y del Traje, todos en Madrid. También el de Escultura, en Valladolid.

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