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La gran cantera de la danza valenciana que triunfa en el mundo
Día de la Danza

La gran cantera de la danza valenciana que triunfa en el mundo

Una treintena de bailarines de la Comunitat forman parte de los mejores ballets del mundo, tras haber sido formados en escuelas y conservatorios locales

M. Hortelano

Valencia

Lunes, 29 de abril 2024, 00:22

La Comunitat Valenciana se ha convertido en una gran cantera de bailarines y bailarinas que triunfan por todo el mundo. Nuestros conservatorios y academias son ya verdaderas incubadoras de talento que nuestro país es incapaz de retener, por la falta de una industria de la danza que dé trabajo a los cientos de graduados que cada año salen de nuestras fronteras con un título bajo el brazo. Por eso, ser un expatriado de la danza es el camino natural hacia poder vivir de tu profesión. Y es que, fuera de nuestras fronteras, en países donde hay casi una compañía de danza por ciudad, los bailarines valencianos cotizan al alza. Paradojas de las artes. Aquí los formamos y alemanes, americanos, franceses o búlgaros disfrutan de su arte. En ese terreno se mueven más de una treintena de bailarines y bailarinas valencianos que forman parte de los elencos de algunas de las principales compañías del mundo.

Desde hace un par de años forman parte de la Asociación de Bailarines Valencianos Internacionales, que les sigue la pista por los escenarios en los que bailan y los trae a Valencia, una vez, al año, para que puedan mostrar su talento en una gala de primer nivel. Al fin y al cabo, casi todos han salido de las aulas de centros valencianos, alicantinos o castellonenses, y han hecho carreras fuera. O carrerones, porque hay primeros bailarines valencianos y solistas en compañías de prestigio mundial como ahora Fernando Carratalá en el San Francisco Ballet –con la exbailarina española de clásico más importante de la historia, Tamara Rojo, en la dirección. O el caso de Elisa Badenes en el Ballet de Stuttgart.

Pero todos viven de su profesión, la danza, pisando algunos de los mejores teatros del mundo. Detrás de esos éxitos hay sacrificio y esfuerzo. Pero también renuncias, ausencias y muchos kilómetros de distancia. Aunque también un reconocimiento dentro y fuera de casa del que todos ellos gozan. Así que LAS PROVINCIAS ha contactado con algunos de ellos para ponerlos en el mapa, con motivo del Día Internacional de la Danza, que se celebra cada año el 29 de abril. Fernando Carratalá, David Óscar, Miquel Martínez, Roger Duart, Paloma Galiana, Juan Pérez y Joan Ivars son siete ejemplos de esta gran cantera valenciana con exitosas carreras. Bailarines que han logrado cumplir su sueño: vivir de la danza.

Hacer carrera fuera

Preguntamos a los siete bailarines valencianos qué ha sido durante estos años lo más duro de haber tenido que emigrar para ejercer su profesión. Pero sobre todo, qué aspectos positivos tiene poder dedicarse a lo que siempre han querido, en compañías reconocidas, con salarios dignos y posiciones estables durante su carrera. Y la familia siempre es lo que más pesa.

Para Fernando Carratalá, lo más duro de haber hecho carrera fuera de casa es haberse perdido momentos importantes de la vida de familia y amigos. «Hay cosas que no he experimentado». Pero a cambio, está viviendo una experiencia muy enriquecedora, con gente de muchos países y culturas. «Ver cómo todo eso cohesiona y trabajamos hacia un mismo lugar es muy enriquecedor». El alicantino acaba de fichar por el San Francisco Ballet, una de las compañías más importantes del mundo tras años en el English National Ballet. A David Óscar, lo que se le hace más duro es haber dejado cosas importantes atrás. «Te pierdes muchas cosas y momentos importantes, pero también a valorar mucho más los buenos». Algo en lo que coinciden casi todos. «La barrera lingüística o el impacto de iniciar una carrera laboral lejos de casa», marcan, dice Miquel Martínez, que sin embargo pone en valor que está trabajando en lo que le gusta «con condiciones dignas y el respeto que merece» la danza.

Fer Carratalá, David Óscar y Joan Ivars
Imagen principal - Fer Carratalá, David Óscar y Joan Ivars
Imagen secundaria 1 - Fer Carratalá, David Óscar y Joan Ivars
Imagen secundaria 2 - Fer Carratalá, David Óscar y Joan Ivars

A Roger Duart le entristece «no haber podido disfrutar más de sus abuelos» y perderse el día a día de su familia, pero vivir en el extranjero y conocer gente de todas partes lo estimula mucho. Juan Pérez lamenta haberse perdido los nacimientos de sus sobrinos y verlos crecer. «Pasa el tiempo muy rápido». Para Paloma Galiana, lo más duro es «la distancia. Por eso, intenta volver a Valencia cada mes y medio. Y si por trabajo no puede, van sus padres a verla a Mannheim. «Lo mejor es poder dedicarme exclusivamente a bailar y poder subir cada semana al escenario». Para Joan Ivars, lo más duro de vivir lejos de casa son las situaciones cotidianas en las que te ves solo. «El idioma, abrir una cuenta, la cita del médico... Estás de repente muy solo», Pero, lo mejor es que a través del vehículo de la danza ha podido viajar mucho, conocer gente y moverse en esferas muy interesantes.

La falta de compañías

¿Cómo ven los bailarines valencianos que nuestro país sea una gran escuela de formación, pero luego no sea capaz de absorber el talento que genera? ¿Es frustrante tener que buscarse la vida fuera o supone la consecución de un sueño? Casi todos lo ven una pérdida de talento, pero reconocen que fuera de España la danza tiene el sitio que merece.

Bailar fuera de España no es una opción para los bailarines valencianos. Es una obligación que desemboca de la falta de compañías en nuestro país que supone una fuga de talento de la que se benefician los ballets de toda Europa. Pero lejos de victimizarse, todos ellos han visto en sus trabajos una oportunidad, pero lamentan la falta de una apuesta decidida por su disciplina. «Sería maravilloso poder trabajar en casa, pero es más fácil hacerlo fuera», dice David. Para Miquel es una cuestión que va más allá, porque considera que tener que bailar fuera supone «una pérdida para el país» y reconoce que sería bonito «poder devolver con su danza aquello que se les ha dado con la formación, en ligar de tener que renunciar a vivir en su tierra, donde poder ofrecer la riqueza cultural y artística». «El arte es un bien para la sociedad». Para Roger, «se apuesta poco por las artes en España», donde la danza es, además, poco apreciada. Todo lo contrario de lo que vive en el extranjero. Para Juan «es triste» que esto suceda, porque en Europa hay muchos bailarines españoles «impresionantes». «Si quieres trabajar, tener un salario digno y vivir de la danza hay que irse», dice.

Juan Pérez, Miquel Martínez y Roger Duart
Imagen principal - Juan Pérez, Miquel Martínez y Roger Duart
Imagen secundaria 1 - Juan Pérez, Miquel Martínez y Roger Duart
Imagen secundaria 2 - Juan Pérez, Miquel Martínez y Roger Duart

Lo mismo que cuenta Paloma, que lamenta que los bailarines formados en nuestro país tengan que irse fuera «por la falta de oportunidades». Joan va un paso más allá. «La primera palabra que me viene es vergüenza. En Alemania, cada ciudad, por pequeña que sea tiene un teatro con compañía de danza, música o teatro. Se nos paga como funcionarios. Si comparamos eso con España, un país lleno de talento, lleno de personas que se han tenido que expatriar, se ve la diferencia». Fernando aporta incluso ideas. «Tenemos muy buenas escuelas, pero solo una compañía nacional. Habría que empezar por cambiar la ley de mecenazgo o implantar un consejo del arte para financiar los proyectos artísticos».

Sería importante para un bailarin, tener la seguridad de poder hacer lo que te gusta cerca de la gente que quieres. Bailar en casa es un honor, y siempre agradecere a toda la organizacion que lleva a cabo este evento. Bailar en casa es comodidad, es enseñar a todos lo que has aprendido fuera. Incluso impone mucho mas, en mi compañia solemos bailar todas las semanas, pero es una sensacion diferente, bailar en Valencia, es placer. No puedo evitar emocionarme al escuchar el publico que viene todos los años, es una sensación muy bonito, y siento mucho orgullo. Y siempre sera muy especial bailar en frente de los mios, mis padres, mi hermana, mis tias y tios.. es una emocion fantastica.pregunta-ara mi la danza es una manera de ver la vida diferente, todos los sentimientos salen, detras de cada movimiento, detras de cada paso.A mi la danza me ha hecho sentirme bien, a gusto conmigo mismo. Me gusta bailar, y me gusta trabajar de ello.Me gusta que a traves del movimiento, la gente pueda sentirse bien, o mal. Pero que cuando vean la danza, sea por una razon.

Paloma Galiana LP

Profetas en su tierra...por un día

Una treintena de bailarines valencianos danzan en algunas de las mejores tablas de Europa y Estados Unidos. Sin embargo, muchos de sus familiares y amigos nunca los han podido ver bailar, porque para ello hay que viajar. Pero desde hace un par de años, la Asociación de Bailarines Valencianos Internacionales ha logrado convertirlos en profetas en su tierra, aunque sólo sea por una noche. Para ello, organiza una gran gala de danza por la que ya han pasado casi todos ellos, junto a compañeros de sus compañías. Una evento que se celebra en verano, para aprovechar las vacaciones de las compañías. Y una velada por la que los bailarines ni siquiera perciben una remuneración. Todo por mostrar a su gente que han ligrado triunfar en lo suyo.

Para David Óscar bailar en casa es «enseñar a todos lo que has aprendido fuera. Impone mucho más que bailar en tu compañía. No puedo evitar emocionarme al escuchar al público de aquí. Es muy especial bailar para los míos», cuenta. Miquel Martínez es de los que opina que bailar en casa «impone más». «Sólo tenemos una oportunidad y la opinión de los nuestros es lo que más importa». A Roger Duart bailar en Valencia le supone «un gusto enorme» porque, precisamente, pasa en pocas ocasiones. «Puedes sentir la energía de tus seres queridos en la platea». A Juan Pérez le «impone mucho». De hecho, en Valencia aún no lo ha podido hacer porque, aunque estaba ne cartel este año, tuvo una apendicitis que lo dejo fuera. «Me impone un montón porque hay gente que no me ha visto bailar nunca. llevo 10 años fuera».

A Paloma Galiana la pudimos ver el pasado mes de julio en La Rambleta. Y ella pudo ver a sus familiares y amigos entre el público. pero también a sus antiguos profesores y compañeros del conservatorio. «En esa velada celebramos que se puede llegar a bailar en grandes teatros, aunque suponga irse del país. Y se visibiliza el esfuerzo y sacrificio que hacemos todos, pero que merece la pena». Joan Ivars bailó el año pasado por primera vez delante de público valenciano como profesional. No lo hcía desde que tenía 14 años. «Volver fue muy bonito y emocionante porque nunca le había podido enseñar a mis abuelos o a algunos amigos lo que hago». Asegura que en España hay una cultura de la familia muy fuerte y bailar frente a ellos supone también «enseñar y agradecerles todo lo que han tenido que hacer, o el tiempo que no han estado contigo y mostrarles que ha servido». Fernando Carratalá ha bailado en Alicante esta semana, porque pasa unos días de descanso en el cambio de compañía que está haciendo. Y pese a haber bailado en algunos de los mejores teatros del mundo, hacerlo en la Comunitat le da «calma y tranquilidad». «Me pone más nervioso que vengan a verme fuera. Me causa intranquilidad, porque lo quiero hacer mejor de lo que lo hago. Pero si es en casa, sé que vienen a apoyarme y a darme calma y tranquilidad».

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