Picasso y su musa Jacqueline toman Valencia

La mujer siempre tuvo gran presencia en la creatividad del pintor, pero a partir de 1954, Jacqueline ganó protagonismo en el imaginario del artista. Fue musa para gran parte del trabajo del malagueño, pero el potencial creativo del pintor permitió que el arte disponga hoy de las más diversas miradas a la última mujer que le acompañó en la vida. Jacqueline se muestra al espectador desde la óptica de la geometría post-cubista, con trazos primitivistas e incluso con juegos que conducen al clasicismo. Todo Picasso está en la ciudad del Turia y ha llegado acompañado de su musa por excelencia. Él y ella merecen una visita.

En todas estas vertientes de la obra del genial malagueño se detiene Fundación Bancaja. Pero no sólo. La exposición ofrece pintura, libros ilustrados, grabados -procedentes de la colección de la entidad valenciana-, y fotografías. Las instantáneas permiten encuentros con la vida del creador, momentos que sin duda atraparán al público porque hablan de él, también de ella, y por supuesto son sustrato del arte y su escenario. Una gran instantánea muestra a los protagonistas de la exposición en su casa de Cannes, 'La Californie', rodeados de objetos de estudio y trabajo. También se puede contemplar la fotografía en la que el artista aparece junto al torero Luis Miguel Dominguín, la actriz Lucía Bosé y los hijos mayores de ambos: Lucía y Miguel. La casa de Mougins, 'Notre Dame de Vie' también ha encontrado espacio para dar a conocer el universo espacial de la creatividad picassiana.

El recorrido por la sala pone en contacto con los perfiles de la musa; se pueden ver 160 retratos. Para disfrutar de ellos hay que atender de manera especial el concepto «perfil». El comisario de la exposición ha explicado que Picasso apuesta por los rostros en esa posición como una mirada «al arte clásico griego», que retrataba en esa posición, reservándose la imagen de frente para «los muertos». Y es que, como ha apuntado Castro, Picasso era poco amigo de la muerte e incluso de los funerales, realidades ante las que «se pone de perfil» como en un ejercicio para «exorcizar la implacable llegada de la muerte». Incluso ha señalado Castro que se creía «inmortal», de ahí que el encuentro «con Jacqueline fue para Picasso, como el encuentro de Pigmalion». Lo cierto es que, pasado el tiempo, el artista ya no vive, pero su genial obra, sí, pervive y brilla con luz propia.

La propuesta artística que hasta el dos de marzo de 2025 se presenta en el espacio cultural de la plaza de Tetuán, es una lección, una gran lección sobre la obra del artista. Contemplar las piezas que cuelgan de las paredes constituye una explicación en profundidad de la última etapa de un pintor que murió en 1973. Son abundantes las miradas a la musa, pero no faltan los otros temas que ocuparon su taller: la tauromaquia o los objetos de la vida cotidiana. El relato de la nueva propuesta de Fundación Bancaja lleva implícita también una reivindicación de la colaboración que prestó Jacqueline al creador en una de sus etapas más prolíficas.

Que Fundación Bancaja apueste por el genial malagueño es otra muestra de la exquisitez del espacio, pero no la primera que se detiene en este artista. La entidad cuenta con una rica colección de obra gráfica de Picasso, una de las más completas e importantes. Incluye la 'Suite Vollard', que consta de 100 grabados realizados entre 1930 y 1937; 'Caisse à Remords', compuesta por 45 estampas que abarcan desde 1922 hasta 1955; la 'Suite 156', integrada por 156 grabados realizados entre 1970 y 1972 y de la que existen únicamente tres colecciones completas, siendo una de ellas la de la Fundación Bancaja; la 'Suite 347', con 347 grabados realizados entre marzo y octubre de 1968; 'Retratos de familia', compuesta por cinco obras realizadas en 1962; Fumadores, 13 grabados realizados en 1962; y la 'Suite 60', 60 grabados de 1966. Además, los fondos de obra gráfica de Picasso de la colección de la Fundación incluyen 16 linograbados, destacando los dedicados a Jacqueline y realizados en 1963. A todo se suman los 105 libros ilustrados por Picasso con ilustraciones y grabados anexos que suman 800. Entre ellos: 'Le Carmen des Carmen' (1964), 'La Chèvre' (1952), 'Dans L'atelier de Picasso' (1957), 'La tauromaquia o el arte de torear' (1959), 'Température' (1960), 'Les Dames de Mougins' (1964) y 'Notre Dame de Vie' (1966).