Instagram al óleo del paisaje valenciano

Un Instagram del paisaje valenciano. Pero, eso sí, al óleo. Sirva la comparación para acercar al siglo XXI el contenido de la exposición 'El paisaje en la pintura de Porcar, Lahuerta y Lozano' que ofrece Fundación Bancaja hasta el 12 de junio.

Recorre la trayectoria de los tres pintores valencianos, que casi es lo mismo que decir que es una visita artística por la Comunitat. Pero sobre todo, un viaje a la pintura que los tres creadores emprendieron para saltar del Realismo al arte contemporáneo. El resultado fue la renovación del paisajismo a partir de la herencia de entresiglos: «Son pintores a caballo entre herencia y transformación», señaló Sofía Barrón, comisaria de la muestra junto a Eduardo Alcalde. «Son lienzos que encuentran las raíces en Pinazo o Muñoz Degraín, pero que incorporaron el lenguaje »fauve, cezanniano, protocubista y expresionista«, ha recalcado Alcalde.

El trío lo conforman «paisajistas puros», según el presidente de Fundación Bancaja, Rafael Alcón. Son creadores que admiraban a Sorolla, pero que lanzaron una nueva mirada al entorno natural valenciano. Lo incorporaron al arte con pincel del siglo XX. A Porcar, a Lahuerta y a Lozano, «no les interesa la figura. Están más cerca del Impresionismo que del realismo», puntualizó Alcón. Sobre las paredes de la sala que los acoge cuelgan pinturas que desvelan que así es.

Es un homenaje a la pintura valenciana, en particular a un género que prácticamente ha quedado sin artista que lo pinte, pero que los tres nombres que Bancaja rescata encierran sobradas razones para dedicarles una sala con medio centenar de piezas, entre ellas seis inéditas.

Todos, muy buenos retratistas, miraron el paisaje. Cada uno lo hizo con personalidad propia. Ahora se ponen ante el público ofreciendo un escenario de color, con los matices que cada creador y en distintos momentos aportó a su paleta. Y se hace imposible no plantearse, en medio de una pandemia y ante la inquietud por el cambio climático, la reflexión sobre el cuidado del entorno, el valor que el arte concede a la naturaleza. «Gozamos de una amplia retrospectiva que nos permitirá, con ojo de halcón, percibir la yuxtaposición de dos elementos grandiosos y excepcionales: la belleza del paisaje y la excelencia de sus valores culturales», ha señalado Alcalde.

Las obras inéditas incorporadas a la exposición incluyen autorretratos de los tres artistas. Las únicas figuras que cualgan de las paredes. El de Lozano encierra la peculiaridad de que es una obra inacabada que retrata al artista en su más tierna juventud.

Porcar, conforme a las explicaciones de la comisaria, se formó entre Valencia y Barcelona y se sumó en un principio al primer «clasicismo mediterráneo» adoptando por el noucentisme. Tras la Guerra Civil se convirtió en un paisajista casi absoluto. En su obra no hay asuntos, solo existe paisaje en sí mismo.

Se alejó de la interpretación del mar como medio de subsistencia del pescador, entretenimiento de la población y destino del veraneante burgués, y se acercó al puerto, a la dársena solitaria sin actividad pesquera.

Tampoco entendió la tierra como una extensión del arduo trabajo del campesino. El artista dedicó sus telas a la tierra montañosa, los pasos a nivel y a los caminos que se pierden en la lejanía.

Genaro Lahuerta y Francisco Lozano procuraron la «ruptura con parte de los estereotipos pictóricos del momento» aproximándose conceptualmente a los postulados noventayochistas de Azorín. Mientras Lahuerta estructura estratos de terreno árido y construye volúmenes a través de zonas cromáticas, Lozano prefirió dar protagonismo a la arena de la duna mediterránea salpicada de colorida vegetación.

El paisaje de todos, y el propio de cada uno. El entorno valenciano como escenario para una pintura de alto vuelo que ahora rescata Fundación Bancaja. Los versos de Gerardo Diego cuando el poeta afirma «Todos los buenos pintores / poseen una tierra / que es exclusivamente suya, propia: su tierra de nadie...», ha mencionado el comisario de la exposición para destilar la esencia de cuanto se puede ver.

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