![Inteligencia Artificial, un reto para la cultura](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/05/26/Imagen%20provincias_5%20mayo%2028-RBpce27WwEujYVRI8wIGphN-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Inteligencia Artificial, un reto para la cultura](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/05/26/Imagen%20provincias_5%20mayo%2028-RBpce27WwEujYVRI8wIGphN-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
La Inteligencia Artificial (IA) ya está entre nosotros. Forma parte de la sociedad del siglo XXI. No hay vuelta atrás, la revolución tecnológica ha dado un paso de gigante que supone un gran reto para cualquiera, y sobre todo para quien esté dispuesto a afrontar el futuro. ¿Cómo afecta a la cultura valenciana? ¿Se recibe con temor? ¿Se considera aliada?
LAS PROVINCIAS ha hablado con representantes de distintos ámbitos de la actividad creativa –cultural– de la Comunitat y si hay algo que une a todos es la llamada de atención ante la necesidad de legislar, de establecer límites que permitan proteger la propiedad intelectual.
Noticia Relacionada
No se extrae una negativa tajante, aunque tampoco se puede hablar de aplauso cerrado. En el aire se respira la inquietud por un debate que todavía no se ha abordado. Sin que se pronuncie, detrás de ello hay una llamada a los poderes públicos.
El temor al intrusismo por parte de quienes se inclinen por hacer uso de la IA como herramienta en ámbitos que no son los propios, así como las advertencias de movimientos de mercado que afectarán a determinados segmentos de las distintas actividades creativas, se observan riesgos de una realidad en la que como ventaja se contempla su condición de herramienta para facilitar el trabajo.
«Hay que legislar para proteger los derechos de reproducción y la propiedad intelectual». Son los dos conceptos que el productor audiovisual Ignacio Estrela acerca a la conversación cuando este periódico solicita su opinión sobre la incidencia de la IA en el territorio de la creatividad. No demuestra gran inquietud. Tal vez porque tiene muy claro qué estaría dispuesto a dejar en manos de la IA y qué no: «Puede ser muy útil para trabajos como los de localización», pero «nunca la utilizaría» en la tarea de escribir un guion o la música para una producción. A juicio de Estrela hay una clara ventaja que sin duda puede convertirse en determinante, ya que servirse de la IA«supone reducir costes en tanto que permitirá trabajar con mayor rapidez» y todo lo que «sea avanzar» en esa dirección no lo contempla como una amenaza a su actividad.
Cuando la joven artista Ana Císcar se detiene a analizar cómo puede afectar el último avance tecnológico que a muchos inquieta y a otros tantos, no, sitúa el foco en lo que bien puede calificarse de carencia social: «Desde que existe la Inteligencia Artificial hay un debate que todavía no se ha resuelto». La artista invita a responder a las muchas preguntas que se plantean. Lo hace convencida de que en la pintura –su campo de acción creativa– la incidencia negativa no puede ser grande. Ella, que se confiesa «totalmente analógica» se muestra confiada en que en la batalla abierta, ganará la consideración de que la «sensibilidad artística y plástica nos amarra al mundo» y eso necesariamente acompaña al trabajo pictórico. Aun así, no deja de señalar mayor riesgo en el ámbito de la imagen y las instalaciones. De ahí su apuesta por resolver el debate, su regularización.
¿Temen los poetas a la IA? LAS PROVINCIAS ha preguntado al valenciano Premio Nacional de Poesía Carlos Marzal, que abre su pronunciamiento con una afirmación esclarecedora de alguien que no tiene miedo: «Cuando de la Inteligencia Artificial dicen que es peligrosa, creo que es hacerla demasiado inteligente». Marzal no ve al gran avance tecnológico que anda en boca de todos «escribiendo 'Guerra y Paz' o sonetos como los de Shakespeare o Quevedo». Tal vez si eso sucede llegará a preocuparse. El poeta observa mayor riesgo en el universo «de la imagen, donde resultará más hábil». Confiesa que «llega tarde a todo esto, por edad» sin dejar de reconocer que, como lo son los diccionarios que para consultarlos «ya no te tienes que levantar de la mesa», la IA puede ser una buena herramienta que «habrá que regular».
«Ni es para asustarse tanto, ni tampoco para pasarlo de alto». En esa línea se mueve Ibán Ramón, diseñador a quien acompaña una prestigiosa carrera profesional. Aunque con esta afirmación parece no decantar los platos de la balanza, alguna inquietud parece albergar, pues pronto advierte de que «el debate está por hacer» y de este debe resultar el establecimiento de una regulación que detalle «hasta qué punto es lícito que unas creaciones se parezcan a otras, pues la IA vive de lo que ve en internet». No deja de observar ventajas en el servicio que la IA puede prestar –muchos avances ya lo han hecho– como herramienta para facilitar los procesos. Pero, cuidado, puede desencadenar «intrusismo generando diseños no realizados por profesionales» y al mismo tiempo trasladar a la sociedad un concepto de diseño que no responda a la debida profesionalidad.
Jimena Amarillo, con apenas 22 años, ya se la considera toda una promesa del 'indie' pop español. La joven cantante suena con ganas e ideas en el panorama musical. Cuando se le pregunta por la Inteligencia Artificial ofrece una tajante respuesta negativa. Ella es de las que considera que la IA puede conducir a «recortar la condición creativa» y mantiene que no observa «nada bueno» más allá de que pueda servir como herramienta para trabajar. ¿Dónde reside entonces el miedo que parece mostrar? A su juicio en la influencia que pueda tener sobre algo a lo que ella no está dispuesta a renunciar como valor intransferible en el trabajo creativo y que es la «originalidad». Llama también a regular la situación, pero se muestra segura de que «si a la gente le gusta mi música la seguirá buscando». Por eso Jimena no se apunta a la IA.
La profesionalidad es la clave para la conversación con la Inteligencia Artificial. Es una de las ideas que se extraen de la conversación con el ilustrador Paco Roca, quien no se aparta de reconocer que habrá «una competencia cruel». De ahí que haya que «poner límites» porque los «derechos de autor corren el riesgo que comporta que cualquiera cuenta con la posibilidad de acceder a algo que tiene una autoría». A juicio del ilustrador la extensión de la IA en la ilustración, sector en el que ya ha habido protestas llamando la atención de los riesgos que para la profesión puede acarrear su utilización en algunos trabajos, «desbaratará el mercado, habrá una crisis en determinados segmentos de la actividad» en tanto que quienes se sirvan de estas herramientas podrán reducir los costes. Aun así Roca lanza el mensaje de que «no podemos ser apocalípticos».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández, Mikel Labastida y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.