El IVAM, primer marrón cultural de Rovira

La Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), aceptó hace unos días la petición de la medida cautelarísima solicitada por el coleccionista Luis Trigo. Ante ello, la sala acordó la suspensión de la resolución del 4 de julio de 2024 del presidente del IVAM por la que se publicitaban las bases del concurso para ocupar el puesto que Nuria Anguita dejó vacante el pasado febrero y que ahora ocupa en interinidad Sonia Martínez. Con esta acción ante los tribunales, Rovira se estrenó con ese temido ¿y ahora qué? en el departamento que le traspasó Vicente Barrera.

Como respuesta a ese interrogante, LAS PROVINCIAS ha confirmado que la abogacía de la Generalitat ya ha alegado contra la decisión del tribunal. Lo cual no quiere decir que en cuestión de unos días se vaya a conocer el desenlace del asunto. Hay que tener en cuenta que agosto es inhábil en el ámbito judicial. De esta manera, al menos hasta septiembre «no habrá pronunciamiento», tal como han señalado desde la Conselleria de Cultura.

Desde este departamento adscrito a Presidencia de la Generalitat aseguraron que ahora quedan «a la espera de que los tribunales decidan, ya que el plazo administrativo está interrumpido». La primera consecuencia que pesará sobre la trayectoria del museo será la extensión en el tiempo de la interinidad de la dirección, algo que si bien no supone que el IVAM vaya a ver paralizada su actividad en opinión de algunos expertos en gestión de espacios culturales no siempre es lo más conveniente.

No se concreta el tiempo que puede transcurrir una vez llegado septiembre. Cabe que el asunto se resuelva en los primeros días, apuntan las fuentes consultadas, que no descartan que pueda también alargarse algo más. Lo que afirma la conselleria es que «hasta al menos septiembre, no habrá pronunciamiento»,lo cual abre la posibilidad de que vaya más allá de esa fecha.

Por tanto, sigue paralizado el procedimiento para elegir a quien debe sentarse en la silla de la dirección del museo. Expertos jurídicos consultados por LAS PROVINCIAS, apuntan que otra opción que cabía ante el recurso era anular el acto administrativo, es decir las bases del concurso ahora recurridas.

De esa manera cabría establecer unas nuevas bases sin perjuicio de que la acción ante la sala de lo contencioso-administrativo siguiera adelante. La opción pasaría por solicitar el pronunciamiento del Consell Jurídic Consultiu: «Es el único órgano que puede anular un acto administrativo», de la misma manera que en la Administración del Estado, sólo el Consejo de Estado puede decidir una anulación de estas características.

La elección de este camino habría comportado una apuesta a que «en dos meses» habría obtenido respuesta. De momento, hasta donde se sabe, Rovira ha apostado por mantener el suspense en este asunto, de manera que Sonia Martínez seguirá en la dirección del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Las fuentes apuntaban que fuera cual fuera la decisión de Rovira, sería la «más jurídica posible».

Desde Cultura han recordado que «La Sala (TSJ) concedió la suspensión como medida cautelarísma mediante auto de 30 de julio argumentando que los días de agosto son inhábiles para el proceso contencioso-administrativo, en cambio los plazos administrativos (los del proceso de selección) correrían».

La Sala aceptó la petición de la medida cautelarísima solicitada por el coleccionista Luis Trigo y acuerda la suspensión de la resolución del 4 de julio de 2024 del presidente del IVAM por la que se publicitaban las bases del concurso para ocupar el cargo.

Una vez más el IVAM aparece en un escenario poco deseable para un museo que aspira a contar con un nombre reputado en el universo de la creación artística al frente de la dirección. Sin embargo, las polémicas no dejan de acompañar al museo, algo que se convierte en dificultad para un museo que aspira a ser dirigido por un profesional reputado. No se puede perder de vista que el museo de la calle Guillem de Castro es uno de los buques insignia de la cultura valenciana. Su propuesta, que cumple 35 años, supuso la ampliación de la oferta artística de la capital del Turia y ahora parece avanzar sin rumbo.