![El IVAM suma ocho meses sin directora, el mayor vacío de poder de su historia](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/09/24/1480361704-RkwsoA0bL4OufSPp0vQeFZO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Nunca había estado el IVAM tanto tiempo sin director. El Instituto Valenciano de Arte Moderno vive instalado en la incertidumbre a la espera de un responsable que no llega, porque el concurso público que debería elegirlo tras el adiós de la anterior titular, Nuria Enguita ... , en febrero de este año, está en los tribunales tras el recurso de uno de los aspirantes. Esta ausencia de timón y de una persona con un proyecto claro a medio y largo plazo, que programe y dote de unas líneas concretas al centro, hipoteca el futuro del museo, uno de los buques insignia de la cultura valenciana y que vuelve a estar en el ojo del huracán.
La Conselleria de Educación y Cultura, en manos de José Antonio Rovira desde que en el Consell se rompió el paco con Vox, sabe que tiene un gran problema. Pero está atado de pies y manos a la espera de que se pronuncie la Justicia ante al recurso. Algo que, se prevé, se dilate en el tiempo. ¿Podría este departamento lanzar una nueva convocatoria pese a que la actual está bloqueada en los tribunales? Las fuentes consultadas por este periódico señalan que sería algo tan complicado que no está ni planteado. Así que, con esa opción desechada, el centro de arte moderno vive una crisis que, con el paso del tiempo, ahonda en una herida abierta que agrieta aún más el día a día de la institución. Y todo esto tiene consecuencias. La primera, un futuro endeble y en el que, sin un responsable con un proyecto determinado, con una agenda clara, no caben las grandes exposiciones. Cabe destacar que en este tipo de entidades las programaciones se realizan, en la mayoría de veces, con varios años de adelanto. Sin un titular que programe, es complicado que se puedan llevar adelante muestras de prestigio, que impacten en la vida cultural y que susciten la visita del público.
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El museo sabe lo que es cambiar de responsable. Pero jamás había asistido a un vacío de poder que se alargue tanto en el tiempo, más de ocho meses y lo que queda. No hay visos de que el recurso interpuesto por el galerista Luis Trigo, quien se postuló como aspirante, se resuelva en un breve periodo de tiempo. Si se echa la vista atrás, cuando en abril de 2014, Consuelo Císcar comunicó su marcha del museo (un dimisión que en realidad atendía a las presiones de la entonces consellera de Cultura, María José Catalá, de que abandonara su cargo por los distintos escándalos de su gestión), se anunció la convocatoria de un concurso público. En septiembre de ese año, apenas unos meses después, estaba resuelto. El elegido fue José Miguel G. Cortés, quien estuvo al frente del IVAM hasta mayo de 2020. En ese momento, el conseller de Cultura, que era Vicent Marzà, le anunció que no seguiría en el cargo. Fue cesado y, de nuevo, se abrió otra convocatoria pública que en septiembre ya tenía quien ostentara el cargo: Nuria Enguita se hizo con las riendas del museo hasta febrero de este año, cuando renunció al puesto después de que esa polémica donación fuera investigada por la Fiscalía. «Ante los continuados ataques contra mi persona basados en información falseada es evidente que no cuento con el apoyo del gobierno valenciano», aseveró Enguita, quien apuntaba directamente con el que era conseller de Cultura, el vicepresidente del Consell Vicente Barrera, y quien hoy ya no está al frente de esta área.
En este sentido, las mismas fuentes consultadas señalan que, hasta la fecha, la programación está cerrada hasta el próximo año. Es el legado dejado por Enguita, que ahora maneja Sonia Martínez, que ejerce de titular provisional aunque en realidad es la directora adjunta del IVAM (nombrada por Enguita). Hasta la fecha, ha tenido que seguir con el proyecto de una gestora cultural que en febrero dijo adiós al museo después de que saltara la polémica de la donación de unos terrenos a la Fundación que preside Vicente Todolí, el prestigioso historiador y gestor valenciano que formó parte del comité que eligió a Enguita en el concurso público (hoy la exdirectora del IVAM tutela el Museo de Arte de Lisboa). ¿Qué pasará cuando se agoten los proyectos ya cerrados? ¡Quién programará en el IVAM? Es un interrogante porque, aunque en el centro hay responsables de exposiciones, su poder es limitado, es decir, no pueden ser ellos los que lleven a cabo un proyecto determinado para el centro. Y aún hay más. Porque esas exhibiciones que dotan de prestigio al museo requieren de un tiempo que al IVAM, sin director, se le agota.
Solo hay que poner un ejemplo: los dos últimos premios nacionales de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, Teresa Lanceta (2023) y Pedro G. Romero (2024), han expuesto en el museo valenciano. Es más, una de las razones por las que Romero ha sido distinguido es por la exposición 'Popular', una de las exposiciones más complejas (con más de 1.500 obras) y celebradas que se han hecho recientemente y que ahonda en los extensos fondos que tiene la institución. Sin responsable, el futuro de estos grandes proyectos está hipotecado. Sin un proyecto claro para el centro, ¿qué es lo que se verá en sus salas?
Otra de las patatas calientes que maneja el conseller Rovira desde que asumió las competencias de Cultura es la dirección artística del Consorcio de Museos. Hacienda comunicó a Cultura que no se podía crear una nueva plaza en esta institución. Lo cierto es que en noviembre del año pasado, el entonces conseller de Cultura, Vicente Barrera, cesara a José Luis Pérez Pont como responsable de la institución, se buscó una fórmula por la que el Consorcio iba a tener, por una parte, un responsable de la gerencia, un puesto que recayó en Nicolás Bugeda. Por otra, el ente iba a contar con un titular artístico, que se iba a elegir por concurso. Hasta las bases del proceso llegaron a publicarse. Pero Hacienda alertó de la imposibilidad de crear dos plazas donde antes había una. No obstante, según las fuentes consultadas, se está trabajando en acelerar en la búsqueda de una solución para el conflicto. Desde Cultura creen que Hacienda permitirá finalmente la creación de este segundo puesto. Es, señalan las fuentes, la opción en la que se está trabajando. Asimismo, el director general de Cultura, Miquel Nadal, ha asegurado este martes que en el Institut Valencià de Cultura (IVC) se trabaja con «normalidad absoluta». Así ha respondido después de que el pasado viernes, el conseller Rovira cesara a dos directores adjuntos del ente, María Fuster, responsable de Audiovisual y Cinematografía, y Joan Cerveró, titular de Música y Cultura Popular. «Las personas pasan, pero al final lo importante es que nos fijemos en las personas que están haciendo la creación», ha afirmado Nadal, quien ha insistido en que el IVC desarrolla su actividad con normalidad, independientemente del despido de ambos gestores.
Con todo este caldo de cultivo, el desánimo cunde entre los trabajadores del museo, quienes ven como el centro de arte moderno no sólo vuelve a copar titulares -y no por su oferta cultural y artística- sino que vuelve a quedar en entredicho la imagen y el prestigio del espacio de Guillem de Castro. Ha costado recuperar la normalidad en un museo que ha estado bajo la lupa de escándalos como los de Consuelo Císcar, que empañaron el que es uno de los emblemas de la cultura valenciana. Pasados los altibajos y llegada la tan ansiada normalidad, tras el adiós de Enguita y un vacío de poder que se eterniza así como la incursión, de nuevo, de la Justicia en los asuntos del IVAM, genera desánimo y malestar entre la plantilla del centro, que ven como, de nuevo, se destruye el prestigio de una institución artística con 35 años de vida.
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Noelia Camacho
De momento, el IVAM navega como puede a punto de perder el rumbo. Porque, hasta la fecha, la maquinaria ha seguido funcionando, al ralentí en algunos momentos, pero sacando adelante la oferta cultural del museo. Pero el tiempo se agota, ¿hasta cuándo podrá seguir el museo sin responsable? ¿Qué exposiciones se podrán programar si en el día a día del centro hay una dirección provisional y una plantilla que ve que no hay un proyecto concreto y claro para el centro? ¿Puede el IVAM caer en una espiral que le condene al ostracismo definitivamente?
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