![Cogida a José Tomás en Alicante.](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202208/07/media/cortadas/JOSETOMAS-k9HE-U170926930954zGD-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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JOSÉ LUIS BENLLOCH
Domingo, 7 de agosto 2022
Tres orejas. Puerta grande. A falta de grandes faenas, momentos excelentes. Un quite por gaoneras al segundo rememoró al mejor José Tomás. Firmes las zapatillas, en realidad enterradas, los pitones del toro le pespuntearon las medias. Soberbio el momento, de los que siempre valían por una tarde. Una serie sobre la zurda levantó justamente al público de los asientos en el segundo. Una voltereta, tremendamente aparatosa en el tercero encogió los corazones de las más de 11.000 almas que abarrotaban la plaza de Alicante. Emociones y más emociones, y eso en el toreo son palabras mayores. Y luego, si quieren, hablamos de calidades, pero si no hay emoción no vale la pena seguir adelante. Unas afloraban por la vía de la quietud, las más, otras por el buen toreo, que también lo hubo; los recuerdos y las nostalgias de los leales, sin olvidar la lealtad al ídolo también contaron lo suyo a la hora del balance final.
La corrida tuvo que comenzar cinco minutos tarde para que se pudiera acomodar la gente. Otro cánon del toreo, la puntualidad, que el de Galapagar se saltó a la torera. Se lidiaron cuatro toros, a tomar viento los tradicionales seis, de Juan Pedro, de Garcigrande, de Victoriano del Río y de Domingo Hernández, un conjunto bien presentado en líneas generales, ninguno fue rematadamente bueno ni tampoco los hubo imposibles. En general cuando les exigió, a excepción del segundo, se vinieron a menos. De conjunto se puede decir igualmente que tuvo más movilidad que clase.
Al de Galapagar, que compareció vestido de corinto y oro, lo recibieron con una fervorosa ovación. Brindó el primero y el último al público. Todas las faenas fueron acompañadas por la música, que fue el elemento distorsionador de la tarde. Su primera faena al Juan Pedro, que fue más bonito que bueno, arrancó con la que fue siempre su arma principal: la ausencia de toques. Pero se fue diluyendo a la vez que el toro fue menguando en su acometividad ante lo cual no pudo corresponder a la expectación con la que había nacido la tarde.
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Lo mejor llegó en el segundo, de Garcigrande, escurrido y altón que blandeó de primeras provocando las protestas del público. Aguantó el presidente firme y acabó teniendo razón. El toro se vino arriba en banderillas y mantuvo la acometividad a lo largo de la faena. Lo mejor surgió sobre la mano izquierda. A falta de temple, a José Tomás le engancharon mucho los engaños, ofreció quietud. A falta de limpieza, ajuste. Lo más importante del trasteo fue la ligazón y lo cerca, cerquísima, que pasó de los muslos del torero. Se enervó el público, se entregó en la estocada JT y le concedieron dos orejas. El tercero, de Victoriano, no se dejó torear de capa como el resto. Unos doblones asentaron al toro, que en la faena de muleta cuando se vio obligado hizo por el torero volteándole aparatosamente. La réplica fue una excelente tanda de naturales. A este le cortó una oreja. En el cuarto no tuvo opciones.
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