El valenciano Paco Romeu siempre ha construido textos dramáticos interesantes, como 'Iceberg'. Ha obtenido premios importantes como el Buero Vallejo por 'Piel de cebolla', el Ciudad de Valencia por 'Play' y el de la crítica valenciana por 'Gulliver captiu'.

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El Rialto ha estrenado '440 HZ', ... su nueva creación. El título hace referencia a la altura musical estándar del sonido del diapasón. El argumento es la historia de Cecilia, una joven que perdió su capacidad de hablar y oír a causa de un suceso ocurrido. Vive aislada y sobreprotegida con su madre en un barrio acomodado en las afueras de la ciudad. Un día viaja al centro para conocer las causas de su mal y su frustración. En su mente suena una melodía pegadiza de tres notas en un compás ternario creada por Paco Diago, un bello toque a la ambientación temática.

El resultado es admirable por la complejidad de su puesta en escena. Romeu pone en juego un texto muy bien escrito entre un laberinto de recursos: desde el micrófono inicial hasta la ruptura de la cuarta pared con un epílogo como desenlace optimista. Necesitaba conjuntarlo con los efectos extratextuales, el movimiento y la palabra. Por ello, precisaba una dirección de acción. Y qué mejor que Nacho Diago, habituado a ello como mago, para darle el aire necesario con una unión conductista difícil a priori.

440 HZ

  • TEATRO. Autor: Paco Romeu. Intérpretes: Rebeca Valls, Marina Alegre, Joan Ballester, Santiago Martínez. Dirección: Nacho Diago. Teatro Rialto (Hasta el domingo 9 de febrero)

Para crear la atmósfera, se vale de la técnica del Foley Art, conocida por su uso en el cine para crear sonidos con distintos objetos. Pero aquí se ejecutan en directo, como el denso libro que al cerrarlo produce un portazo o los golpes sobre una superficie para simular la escritura sobre el papel. Los actores Rebeca Valls y Joan Ballester se encargan de realizarlos desde una mesa lateral con una ejecución perfecta y medida. Hasta mágica.

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Valls y Ballester también actúan en las escenas protagonizadas por Cecilia. Uno de ellos entrando en escena con un personaje moviendo los labios y gesticulando, mientras el otro pronuncia el texto desde la mesa con el timbre modificado como si fuese una voz en off. Esta forma inmersiva y distanciada permite reproducir el pensamiento de la protagonista sordomuda ante lo que ve pero no escucha. También hay otros elementos como la casa, iluminada al principio, y un tren como figuración del viaje de ida y vuelta.

Este planteamiento escénico es difícil para los actores. Pero resuelven los retos planteados a la perfección. Solo se puede poner un reparo: la música tapa en la última parte la débil voz de quien estaba siendo un buen narrador conductor, Santiago Martínez, hermano de Cecilia, al no escucharse apenas una frase suya que parece fundamental. Rebeca Valls está imponente de madre y Ariadna, peculiar amiga encontrada en el centro. Es imposible no añadir «como siempre». Joan Ballester está resolutivo como Ariel con una gran secuencia en el tren. Y no digamos, Marina Alegre. La joven actriz crece y crece, como comprobamos en 'Insomnio' y en 'Coral romput', y su Cecilia es inolvidable. Su mímica y sus movimientos están ejecutados con convicción y prestancia. Sensacional.

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'440 HZ' es teatro de escucha sobre la percepción sensorial y el silencio. Y se agradece que incluso la técnica y los efectos sonoros se pongan al servicio de un argumento encantador que sensibiliza sobre la superación de las limitaciones y la frustración.

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