Juan Belda: «Me ilusiona enfrentarme a proyectos que me sacan de mi zona de confort»

–¿En qué momento decidiste que querías ser músico?

–A los siete años ya empiezo en el conservatorio. En mi casa siempre se ha escuchado mucha música. Yo crezco tocando la guitarra. Ya la en la universidad, porque yo estudié comunicación audiovisual, me doy cuenta de que quería intentar que la música fuera mi forma de vida y dedicarme a ella a nivel profesional. Empecé a tocar en bandas, en orquestas y al poco tiempo, Pablo, de Ciudad Jara, me llama. A partir de ahí, empezamos y llegaron las giras. Además, lo he compatibilizado con la composición y la producción. Tengo mi propio estudio.

–¿Te has visto un poco obligado a diversificarte, a tocar varios palos, para poder vivir de la música?

–Soy una persona curiosa, a la que le gusta tocar todos los palos. He compuesto desde pequeño, canciones y melodías, pero nunca me había atrevido a emprender mi propia aventura musical. Siempre había hecho los arreglos para los temas de otros artistas. Pero hace un par de años decidí que iba a apostar por mi propio proyecto musical.

–Tras la pandemia sacaste canciones varias canciones e iniciaste esa aventura musical de la que hablabas. ¿Qué es lo que te animó a hacerlo?

–Parar. Antes de la pandemia, mi ritmo de vida era muy loco. Tocaba mucho y no me había parado a pensar en iniciar esa aventura. Tenía cosas ya compuestas y, en ese momento, dije: «voy a lanzarme, a darme un poco de valor».

–La canción que has publicado recientemente, 'Restart', habla un poco de empezar de cero, de tirar en ocasiones la toalla... ¿Has sentido esto alguna vez?

–Pero no lo digo en tono negativo. Hablo de darle una vuelta, de hacer las cosas de otra manera. Refrescante. Dar un paso atrás para coger impulso.

–¿Da vértigo volar en solitario?

–En Ciudad Jara me siento muy arropado, una pieza más del engranaje. Pero es verdad que mi única tarea es subirme al escenario, conocer el repertorio y ser buen compañero. No tengo que pensar en nada más. Con toda esa profesionalidad aprendida, te lanzas a una aventura en solitario y claro que da vértigo pero también te excita bastante. Te preguntas: «¿ahora qué hago con todo ese océano de información?». Pero intentas llevarlo a cabo de la manera que quieres. Me ilusiona enfrentarme a proyectos que me sacan de mi zona de confort.

–Se puede decir que conoces el panorama musical valenciano. ¿Cómo lo radiografías? ¿Lo ves fuerte?

–Lo veo muy disperso, sin una escena demasiada clara. Yo he trabajado en Madrid y en Barcelona y su industria es más compacta, hay más compañerismo. En Valencia, a veces, me da pena que el panorama valenciano se pueda comparar con un desierto musical para conectar muchos pequeños grupos, productores, salas, técnicos... que trabajan y hacen cosas muy buenas. Aunque tengo esperanza y eso va a llegar.

–Pero en esta ciudad hay muchos festivales, mucha actividad...

–Yo veo una anomalía muy grande entre la calidad y la cantidad de músicos que hay, gente muy joven que está haciendo cosas increíbles, y que no se traslada o reproduce en un tejido cultural potente.

–¿Qué proyectos tienes de cara al futuro?

–Voy a ser bastante pesado (ríe). Dentro de un mes saco un nuevo single. Tengo cosas ya preparadas, algunas alejadas de lo comercial Y en 2023, las canciones se recopilarán en un disco. También habrá nuevos temas. Y sigo con Ciudad Jara, de gira. Tenemos conciertos por un tubo. Yo soy carne de carretera.