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El juicio del caso Ivacor se ha suspendido. No se ha localizado a una de las testigos, la segunda especialista y socia de Dicarta que ... participó en los trabajos para la restauración de los libros del conocido coleccionista de Valencia Luis Caruana. El caso Ivacor analiza unos hechos que arrancan en 2011. El mencionado auditor y prestigioso coleccionista de libros, encargó al instituto la restauración de una docena de ejemplares de gran valor histórico y económico procedentes de su colección particular.
El ministerio fiscal ha planteado la conveniencia de seguir con la localización al considerar que el testimonio de esta testigo puede ser esencial para dirimir la causa en tanto que participó en los trabajos de restauración. También la acusación particular se ha mostrado partidaria de la conveniencia de escuchar a esta segunda restauradora. hay que tener en cuenta que el miércoles de esta semana ya compareció como testigo la otra especialista socia de Dicarta. El abogado de la actual directora del Ivacor, Gemma Contreras, una de las acusadas, se ha pronunciado a favor del aplazamiento «por prudencia», mientras que el letrado que representa a Carmen Pérez, directora del espacio en el momento de los hechos que se enjuician, no ha compartido el criterio al considerar que la declaración de la otra restauradora ya expuso que trabajaban de manera conjunta.
Finalmente el juez se ha inclinado por suspender y ha decidido un nuevo señalamiento -el próximo 23 de junio- para continuar con la vista oral poniendo en marcha los mecanismos judiciales para seguir con la localización de la testigo. Ha señalado un plazo de un mes, si bien en el caso de que antes de que éste expirara se conociera su paradero, podría adelantarse la fecha de la nueva sesión del juicio.
El miércoles de esta semana la declaración como testigo de una de las restauradoras que formaban la sociedad Dicarta situó a la actual directora del centro de restauración, Gemma Contreras, en la diana. El testimonio de la testigo se refirió a Contreras como la persona que contactó con ella para comunicarle la existencia de un trabajo de restauración de diez libros antiguos, además de señalar que cuánto realizaban sobre las piezas era «supervisado» por Contreras, quien también se encargaba de la «revisión». La testigo, en referencia a la entonces responsable de la sección de restauración de obra gráfica, papel, y hoy directora del instituto artístico, ha afirmado que «era como nuestra jefa».
En el momento de los hechos que se dirimen en el caso Ivacor Carmen Pérez era la máxima responsable de la institución y Gemma Contreras, ocupaba la jefatura del departamento de obra gráfica. Con el primer encargo de libros para restaurar, no hubo problema. Se facturaron y pagaron directamente al Ivacor. El importe era de 4.200 euros.
Las presuntas irregularidades comenzaron con el segundo lote, compuesto por cuatro ejemplares. En este grupo, tres de las piezas se habían entregado en la institución, tal y como consta en las actas de entrega que firma Carmen Pérez. Sin embargo, el importe de la restauración (6.000 euros más IVA) fue facturado por Dicarta, una empresa constituida por dos restauradoras que siguieron las indicaciones de la acusada Contreras, tal y como recoge en su escrito la acusación pública.
El hecho de que no se haya localizado a la segunda restauradora para su comparecencia como testigo ya planteó el martes, primer día de juicio, la posibilidad de que se suspendiera, algo que el juez en ese momento no admitió a la espera de que se consumiera el plazo para dar con su paradero.
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