Valencia pierde otra tienda de toda la vida

El motivo, según su responsable Robert Pérez, es por jubilación. «Todo llega a su fin y afortunadamente ahora ha llegado el momento», cuenta a LAS PROVINCIAS mientras sigue atendiendo. Son días de ventas por la Navidad. Por eso, hasta el 4 de enero, Auca seguirá abierta. A partir de esa fecha, ya no venderá libros ni volúmenes.

Aunque, según Pérez, su hija seguirá con el negocio de manera online, Auca ya no estará accesible después de 37 años abierta, como cuenta su propietario. Las próximas dos semanas será la última oportunidad para pasear por este templo de los libros antiguos que lleva casi cuatro décadas en el número 4 de la Plaza de la Merced.

Un establecimiento que para muchos valencianos era de obligada visita por su excepcional catálogo y por la posibilidad de encontrar auténticas joyas y rarezas ya descatalogadas. Abrió sus puertas en el año 1988 y desde entonces ha sido como una especie de oasis en el que adquirir libros únicos. Su responsable insiste en que el cierre está motivado por la jubilación, no porque no funcionara el negocio. Aunque, afirma, no hay traspaso y Auca bajará la persiana.

«Nuestros libros pueden ser antiguos, raros o curiosos. Compramos pequeñas y grandes bibliotecas», se aseguraba desde la tienda, que también compraba a los coleccionistas. Con el cierre de Auca, Valencia pierde un negocio histórico, de los que ya van quedando pocos. Un refugio literario al que le quedan dos semanas, hasta el 4 de enero.

En los últimos tiempos, muchos comercios antiguos, situados en el casco histórico de la ciudad, han ido bajando la persiana. Ya fuera por la ausencia de relevo generacional o por la llegada de las múltiples franquicias que se han instalado en la capital, este tipo de tiendas de toda la vida van poco a poco desapareciendo de la estampa comercial de la urbe.

Un ejemplo que se conoció en mayo de este año era el cierre de Centromúsica, el mítico local de instrumentos situado en la calle Guillem de Castro. La histórica tienda, con nueve décadas de vida, abandonaba así el centro de Valencia y se trasladaba a una nave industrial en el polígono Táctica de Paterna. Su lugar en esta conocida avenida lo ocupó una gran multinacional.

Pero hay más. Desde 2013, uno de cada tres comercios emblemáticos de Valencia ha cerrado. La lista es larga: Gerpiel, Guantes Camps, Paños Mallent, Lanas La Estambrera, López Criado, Hija de Blas Luna, Joyería Giménez, Horno de San Nicolás, Confecciones La Purísima, Armería Pablo Navarro, Brocal, Abanicos Nela, Regalos Momparler, Mas Masiá, Papelería Regolf, Farmacia Rubio, Chocolates Santa Catalina, Ferramo & Cotino, Joyería Zarco y Relojería Filiberto León han cerrado en ese periodo de tiempo. Y junto a ellas, Guantes Piqueras y Joyería Mora Carbonell también han dicho adiós al comercio de toda la vida.