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'Juicio final y misa de San gregorio' de Vocente Macip en restauración. J. L. Bort
Los máximos cuidados para la joya del Patriarca

Los máximos cuidados para la joya del Patriarca

El Instituto Valenciano de Conservación restaura la pieza 'Juicio final y misa de San Gregorio' de Vicente Macip y e l óleo de Felipe V que se expone en Xàtiva cabeza abajo

Laura Garcés

Valencia

Jueves, 8 de agosto 2024, 23:55

Mencionar el nombre de Vicente Macip es hablar de arte en mayúsculas. Y sobre una de sus obras trabaja en estos momentos el Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i). Entrar en la sala de restauración inevitablemente conduce la mirada hacia una tabla de 1,89 X 1,28 centímetros que reposa sobre un caballete. Llama poderosamente la atención. La pregunta se hace obligada: ¿De quién es esta obra? La respuesta es inmediata por parte del personal: «De Vicente Macip, el padre de Juan de Juanes. Es una pieza del Patriarca». Los ojos de quien observa cambian de dirección y se posan un poco más a la izquierda, donde se encuentra Felipe V boca abajo. Ni siquiera para restaurar la pieza los especialistas le han perdonado el castigo que le impuso Xàtiva, de donde procede la obra. Felipe V -el rey que abolió los fueros y mandó la quema de la ciudad setabense por su resistencia al Borbón- junto a la mirada al Juicio Final del valenciano Macip. Siglos después de que el artista valenciano imprimiera la obra sobre tabla, esa es la estampa que ha dado el juicio del tiempo.

'Juicio final con la Misa de San Gregorio' es la obra de Macip. Es la parte principal de un retablo que llegó de manos de una congregación religiosa femenina al Real Colegio del Corpus Christi, El Patriarca, y a la que se le están aplicando los máximos cuidados. Entró en el IVCR+i el pasado abril, explica la directora del instituto, Gemma Contreras. Allí seguirá en torno a año y medio, tiempo estimado para que la tabla quede en perfectas condiciones, salga de este hospital del arte y pueda colgar de alguna pared del Patriarca, donde «nunca se ha mostrado al público». La falta de espacio en el museo ha impedido que pudiera formar parte del itinerario expositivo.

Las especialistas que manejan el bisturí y las pinturas para sanar las heridas de la pintura renacentista explican que de los estudios se extrae que varias manos trabajaron sobre la tabla y aunque nadie se atreve a afirmarlo con rotundidad, tampoco se descarta que «interviniera Juan de Juanes». Se trata de una obra de taller y por tanto no se puede desechar la posibilidad de que el hijo del artista tuviera algo que ver en aquel trabajo. «Se observan en la pintura características de distintos momentos», advierte Gemma Contreras. Ofrecen rasgos de estilos correspondientes a tiempos distintos. Y ahí puede encerrarse la clave.

La intervención está avanzada. Ya se han retirado los excesos de dorado que en algún momento de la historia se aplicaron sobre la pieza. Se ha limpiado también la capa de azules que recorría toda la superficie pintada. Todavía muestra heridas, y tambien las cicatrices que van dejando los preparativos para luego reparar. La parte inferior de la tabla, con huellas de evidente deterioro, está pendiente todavía de pasar por las minuciosas manos de los especialistas en tratarla.

Retrato de Felipe V, colocado boca abajoen el caballete, procedente de Xàtiva. J. L. Bort

'Juicio final con la Misa de San Gregorio', «es una joya». Lo dice Gemma Contreras durante la visita. La tabla, en la que está representada toda la corte celestial, Cristo en Majestad, los apóstoles, Moisés con las tablas de la Ley, los santos, el Espíritu Santo, los Ángeles, la Virgen y hasta el purgatorio, acaba con la escena de la misa de San Gregorio, en la que la Sagrada Forma muestra «una curiosidad, tiene dibujada la Santa Faz».

A este Juicio Final -pieza central del retablo de un Altar Mayor-, tema repetido en la trayectoria de Macip, le acompaña un relato que se escribió hace cuatro años. En 2020 el experto Gómez Frechina dio con la predela, hasta entonces ilocalizable, que completaría el retablo junto a las polseras. La predela, con representación del Arcángel San Miguel, salía a subasta en la prestigiosa casa Christie's de Londres por un valor estimado de entre 80.000 y 110.000 euros. El Patriarca solicitó a la Conselleria de Cultura la adquisición de la obra haciendo uso del derecho de tanteo. Finalmente no sucedió.

Y junto a esta pieza del siglo XVI descansa Felipe V, el conocido mocarca al que Xàtiva allá por «los años cincuenta» del pasado siglo decidió castigar colgándolo cabeza abajo de las paredes de su museo. En esa posición seguía ayer descansando sobre un caballete del instituto de restauruación. Era la pena artística que la localidad impuso a la obra que ahora se cura de los dolores impresos por los años. La investigación previa descubrió que «la cartela que se ve sobre el lienzo explicando quién es el personaje no es la única que hubo. Debajo hay otra que menciona a Fernando VI, el hijo de Felipe V, pero debajo de esa vuelve a aparecer Felipe V». La intervención está siendo larga. Eran muchas las capas de pinturas que había sobre el original, una obra de Josep Amorós datada en 1719. Si bien los expertos no consideran que se trate de un lienzo de gran calidad artística, no caba duda de que forma parte del imaginario colectivo no sólo de los setabenses, sino también de todos los valencianos.

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