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Miguel Molina es un productor audiovisual valenciano con larga experiencia, fundó Jaibo Films 2006, en un trabajo que le ha llevado a cosechar numerosos premios. ... Ahora acaba de ser elegido presidente de la Asociación Productors Audiovisuals Valencians (PAV). En su cartera para la nueva etapa guarda las carpetas donde están anotados los retos de futuro que tiene que afrontar el sector. Y hoy habla de esos objetivos a alcanzar con LAS PROVINCIAS.
–¿Qué le ha llevado a presentarse a esta elección?
–Llevo varios años como vicepresidente. Y en la PAV lo que solemos hacer es dar rotación a los cargos para darle energía y digamos que casi, casi me tocaba a mí. No he podido negarme.
–¿Cuál es el principal reto que tienen ahora los productores valencianos?
–Muy a corto plazo afrontar los efectos de la dana, esto es lo urgente y lo prioritario. Y en el plazo medio, los efectos secundarios de la dana, lo que llamamos los efectos invisibles, cómo repercute en todo el tejido de la sociedad. Por ejemplo, las salas de cine por muchas ayudas que reciban, si no reabren los centros comerciales donde están y el poder adquisitivo de los hogares no se recupera, al final la situación va calando en todo. Serán unos meses por no decir unos pocos años en los que se notarán los efectos. Esto es lo urgente, pero lo importante es seguir sentando las bases del futuro. El sector siempre está en crisis, entendiendo crisis como cambio. Tenemos que estar adaptándonos continuamente, por eso hay que fomentar la innovación, captar nuevos asociados, favorecer el apoyo a nuevas productoras e intentar tener una voz común con el resto de asociaciones. En la Comunitat hay seis asociaciones de productoras.
–¿Hay demasiadas asociaciones?
–Sí, totalmente. Tradicionalmente cada vez que había una voz discordante en una asociación, venía una escisión y acababa habiendo una nueva asociación con otra forma de ver las cosas. Queremos intentar, si podemos, unificarnos o al menos encontrar los puntos de consenso. Y no hay nada como una situación desfavorable en el entorno para unirse de cara a ello. Esto para nosotros es prioritario, lo reclaman los asociados y las instituciones.
–¿De esa manera, conseguir la unidad del universo audiovisual valenciano es fundamental para el futuro?
–Sí. En la Comunitat de por sí las productoras somos relativamente pequeñas. Ganar ese músculo a la hora de reclamar fondos o alguna acción, cuanto más unidos estemos, más fácil resulta.
–¿Sigue siendo más atractivo producir en otras regiones que en la Comunitat porque hay autonomías con mejores incentivos fiscales?
–Nosotros tenemos una doble suerte natural: el entorno y la temperatura. Contra esto no se puede competir. Muchas producciones siguen viniendo porque encuentran unas condiciones que no están en otros sitios. Lo que sí está claro es que en igualdad de condiciones muchísimas productoras prefieren irse al País Vasco,a Navarra o a Canarias, donde tienen mayores incentivos fiscales. Esto desde el resto del territorio común lo vemos casi como un 'dumping' fiscal. Esto es muy desfavorable. Se viene reclamando en el ámbito estatal que se aumenten los incentivos fiscales y que se equiparen con esas autonomías, pero en concreto a raíz de la dana, se está planteando al Ministerio de Hacienda que temporalmente haga un favorecimiento para incentivar la inversión en la Comunitat.
–¿El apoyo del Institut Valencià de Cultura (IVC) a las producciones valencianas se queda corto?
–La dotación presupuestaria del IVCes de las mejores de las Comunidades Autónomas. Las críticas al IVC vienen por otros motivos. Ha habido muchos cambios de dirección, de técnicos porque están sobrepasados. Es una plaza caliente donde es difícil resistir. Los cambios implican muchos retrasos; las ayudas salen muy tarde, a final de año, y esto nos perjudica a la hora de competir con otras autonomías. No podemos optar a fondos nacionales con el apoyo regional ya resuelto.No es por la cantidad de fondos, sino por cómo se gestiona y esto muchas veces viene motivado por la falta de personal.
–¿El panorama audiovisual valenciano cómo lo definiría?
–Desde el punto de vista de la producción, hay muchas producciones que funcionan muy bien en festivales, tienen un reconocimiento brutal en el ámbito internacional. El talento ahí está. En cuanto a las productoras, pecamos de no tener producciones grandes con efecto tractor sobre el sector. Las producciones que se hacen son muy independientes, que funcionan en festivales, pero no en taquilla. El éxito por calidad, es altísimo. Pero por rentabilidad económica es bastante menor, ahí hay mucho margen de mejora.
–¿Hay un cine valenciano?
–Diría que sí. Lo que falta es una figura como la hubo con Berlanga. Hay muchísimos autores con una voz muy propia que para mí representan el cine valenciano, que tienen mucho peso en la industria, lo que pasa es que no son directores ultrataquilleros que es lo que nos faltaría.
–¿Falta un director ultrataquillero?
–Pienso que sí. Esto es lo que se asociaría con cine valenciano, que ahora se asocia con productos más pequeños, actorales y únicos con un reconocimiento internacional increíble.
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