«El arte y la cultura son el corazón de la columna que sostiene nuestra civilización». Estas han sido algunas de las palabras que el escultor valenciano Miquel Navarro (Mislata, 1945) ha pronunciado en la tarde de este martes en su discurso de ingreso como académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.
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«Un trabajo artístico para serenar el espíritu de tanta convulsión e ignorancia, el arte y la cultura son el corazón de la columna que sostiene nuestra civilización», ha afirmado en un parlamento que ha iniciado con unas referencias a «un tren de vapor .que reposaba como un volcán dormido a punto de estallar».
Navarro, además, ha donado la escultura 'Testa tubería' para los fondos artísticos de la Academia. Ha querido hacer una comparación con un busto del artista Francesco Laurana, una pieza del renacimiento que ha traído a la actualidad a través de la creación que ya forma parte de la institución. Asimismo, y como forma de obsequio a la institución y a los asistentes, Navarro ha regalado la actuación de dos bailarines que han danzado con la música de 'El cascanueces' frente a una de sus obras. El espectáculo estaba coronado con una imagen del escultor cuando tenía 26 años.
El presidente de la Academia, Manuel Muñoz, ha relatado la trayectoria del genial artista, poniendo en valor los museos e instituciones que acogen la obra del creador. Después, Navarro ha sido recibido por los asistentes al acto. Se ha leído el acta de que recoge el acuerdo para nombrarle académico de número de la entidad «en virtud de los méritos que posee como escultor». Además, ha recibido las credenciales como miembro de la Academia.
Muñoz ha querido, ha dicho, saldar una deuda con el escultor, que debía haberse convertido en miembro de la Academia «hace años». «En el día de hoy con su toma de posesión, nuestra institución ha normalizado una incorporación que debía haberse producido hace mucho tiempo. Hemos cumplido con los fines contemporáneos que una historia de mas de 250 exige a nuestra casa», ha afirmado antes de calificar la obra de Miquel Navarro como unas esculturas en las que «hay siempre un interior, como fuente de sentido que llevamos cada uno para convertirla en vida». «Sus obras siempre resultan atrevidas pero elegantes, alejadas de la interpretación. Nos hacía falta la desnudez de su creatividad artística», ha concluido.
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Con una dilatada trayectoria artística, Miquel Navarro está considerado como uno de los grandes escultores de su generación y goza de haber expuesto su obra en el ámbito nacional e internacional.
El nuevo académico es uno de los referentes más importantes del arte contemporáneo valenciano y español, con una amplia proyección tanto dentro como fuera de nuestro país. Su contribución a la renovación del lenguaje escultórico contemporáneo así como la repercusión internacional de su obra le han sido reconocidos con los diferentes premios que ha obtenido como el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1986.
Nacido en Mislata en 1945, Navarro estudió estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y comenzó su carrera como pintor de tendencia expresionista, aunque desde 1972 se dedica casi exclusivamente a la escultura. En esa misma época se dedicó al diseño industrial aplicado a la cerámica. Del barro de sus primeras composiciones pasó pronto a metales como el zinc o el plomo, sin renunciar al vidrio, la piedra, el yeso o maderas de las más diversas texturas y orígenes.
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