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Miquel Navarro, en una fotografía de archivo. redacción

Miquel Navarro: «Es un privilegio haber sido siempre fiel a mi manera de ver el mundo y el arte»

«Mi relación con el IVAM es cordial y de mutuo entendimiento», asegura el artista de Mislata, que vuelve al museo el próximo 30 de enero con 'Gabinete secreto'

redacción

Jueves, 23 de enero 2020, 00:13

Miquel Navarro (Mislata, 1945) formó parte del grupo de artistas que a finales de los años 70 renovó el lenguaje de la escultura. Sus grandes instalaciones de ciudades hacen referencia al modo en el que estos espacios pueden convertirse en símbolos de poder, son lugares que acogen pero que también participan de la autoridad que domina y controla. Algo similiar sucede con sus tótems monumentales, que son a la vez deidades protectoras y dioses amenazantes. El nuevo caso de estudio del IVAM se aleja de lo público y del gran formato para aproximarse a la parcela más íntima del artista a través de 'Gabinete secreto de Miquel Navarro'. El creador vuelve al IVAM. Lo hace con una muestra propia y cinco años después de que el museo desmantelara la exposición permanente de su obra.

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El escultor continúa en activo pese a los achaques de la edad. Alterna la lectura de ‘Hebdomeros’, de Giorgio de Chirico, con un libro de arte etrusco. Con la cinefilia mantiene una relación peculiar:«Por la presión de mí compañero, he visto diez veces la película ‘Con la muerte en los talones’, que le gusta mucho, y los 30 capítulos de la serie ‘The Crown’. Estoy agotado. Le he cogido manía a las series y a las películas. Prefiero cerrar los ojos e imaginar que viajo en tren o que estoy en la Vía Roma de Turín. O en la maravillosa ciudad de Bérgamo».

–¿Qué es ‘Gabinete secreto’?

–Un gran laberinto que se gestó al comienzo de mi obra. Dibujos, acuarelas, obras como coleccionista, arte africano… Múltiples espacios, la alegría de la luz, cuevas, sombras, umbrales, mundo de profundidad y de oscuridad…

–¿Cómo le gustaría que el visitante se acercara a estas piezas?

–Me gustaría que el visitante tuviese una actitud de búsqueda y conocimiento.

–¿Qué importancia tiene para usted el erotismo en su arte?

–El erotismo tiene la capacidad de narrar la historia del arte. En el aspecto más personal, el erotismo refleja una vivencia íntima.

–El deseo que hiere, que pincha, vulvas, cactus... ¿Busca incitar la reflexión en torno al deseo?

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–Sí, hago una reflexión en torno al deseo, pero no solo en torno a él. También en torno al dolor y la pena. Los símbolos eróticos en mi obra son agresivos, punzantes. Atraen e inquietan.

«Valencia es una ciudad con creatividad, no siempre justamente valorada. Le sobra cháchara»

–¿Sin pasión no hay vida ni arte?

–Sin pasión hay vida, pero es adocenada y triste. Sin pasión no es posible el gran arte.

–¿El arte ahora tiene la misma trascendencia social que cuando usted empezó?

–Ha pasado bastante tiempo, cinco décadas largas. Ese paso del tiempo ha situado las formas del arte en distintos baremos. No tiene la misma función social y exigencia crítica el arte en una dictadura que el arte en una democracia.

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–¿Qué queda del niño que jugaba con el barro de las acequias?

–Pervive el sentido arqueológico, el interés por la arquitectura, los campos, la naturaleza, la hidrología, los fluidos y la vida animal. Y también persiste el interés por la propia materia, como el barro. La mirada creativa es sencilla y amorosa en la niñez. En la madurez tiene más riqueza y complejidad.

«La mirada creativa es sencilla y amorosa en la niñez. En la madurez tiene más riqueza y complejidad»

–«Dicen que cuando eres mayor eres más sabio. No es verdad. Aceptas mejor el mundo». ¿Está de acuerdo con esta afirmación de Martin Chirino?

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–Sí, pero… (Silencio prolongado)… Cuando eres mayor eres más hábil. Pero hay casos y casos. ¿Con la edad aceptamos mejor el mundo? Depende de la persona y del carácter.

–Más de 40 años de trayectoria, su obra está en los museos más importantes, sus piezas cotizan en alto en el mercado del arte.... Detrás de toda esta carrera, hay sacrificios y privilegios... Cuénteme algunos, por favor.

–Empecemos por los privilegios. Haber llegado a exponer en grandes museos de Nueva York, París, Osaka, Shanghai, Valencia… Tener obra pública en Madrid, Barcelona, Málaga, Murcia, Torrelavega, Bruselas, Las Palmas de Gran Canaria, Vitoria, Valencia, Castellón, Mislata… Haber sido siempre fiel a mi propia manera de ver el mundo y el arte. Haber hecho, así lo creo, buenas y variadas exposiciones. Mi obra y Miquel Navarro son la misma cosa. ¿Sacrificios? Me he esforzado mucho en el trabajo cotidiano. Con los años y el esfuerzo, mi salud se ha resentido. El mundo de la cultura es muy exigente y competitivo. Las discusiones con mi gente querida me duelen.

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–Un artista de amplio recorrido internacional, ¿cómo ve a Valencia culturalmente hablando? ¿Qué vicios y virtudes tiene? ¿Qué le sobra y qué le falta?

-Valencia es una ciudad con gran creatividad, no siempre justamente valorada. A Valencia le sobra cháchara y le faltan muchas cosas: más apoyo gubernamental a la red museística, terminar la ampliación del San Pío V y el Museo Nacional de Cerámica González Martí y, al igual que en el resto de España, una ley de Mecenazgo que potencie y ayude al coleccionismo. En el plano medioambiental, un proyecto para recuperar la Albufera.

«Sin pasión hay vida, pero es adocenada y triste. Sin pasión no es posible el gran arte»

–Su obra está casi siempre presente en las exposiciones del IVAM, pero no puedo dejar de interesarme por su relación con el centro. ¿Cómo definiría la relación? ¿En qué punto está?

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–Es un momento más cordial y de mutuo entendimiento.

–¿Cómo evoluciona el proyecto de crear una fundación? ¿Se mantiene?

–Sí, se mantiene. Estamos en ello.

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