![Fachada en la que se encuentra el gran óculo cubierta por una lona de protección.](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/04/14/UNA%20JUAN-RATM1c9BkOMv577FflNEnUP-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Magna obra para la rehabilitación de la iglesia de los Santos Juanes. No es para menos. El templo, de gran valor histórico y artístico, merecía una intervención. Y ahí está el proyecto impulsado por la Fundación Hortensia Herrero para devolverle el esplendor que merece. La propuesta persigue la recuperación de las pinturas de Palomino que el fuego, el tiempo y las desafortunadas intervenciones se llevaron consigo. Pero, claro está, trabaja también por devolver al edificio, el gran continente de ese arte, una riqueza arquitectónica y monumental que gira en torno a varios siglos de historia y a un misterio en torno al gran óculo –la popular 'O' de San Juan– en su fachada oeste que nadie hasta ahora ha logrado resolver.
De esa incógnita, como de los trabajos que están llevando a cabo sobre «la iglesia más grande de Valencia después de la Catedral», habla con LAS PROVINCIAS Carlos Campos,el arquitecto que marca las directrices para subsanar los daños del edificio. «Ahora estamos trabajando en el campanario», apunta el técnico mientras dirige la mirada hacia una torre que se eleva 46 metros sobre el suelo y que presenta bastantes heridas «estructurales».
Muy cerca de tan esbelta estructura se encuentra la razón de ese asunto al que, como apunta el arquitecto, nadie hasta ahora ha podido encontrar explicación. «El gran óculo conocido como 'O' de San Juan está cegado y nunca se ha encontrado documento que diga si en algún momento estuvo abierto», apunta el técnico mientras desde la nave central dirigiendo la mirada y el dedo indicador hacia la puerta oeste señala las dimensiones de ese círculo cerrado, «en cuyo centro sí hay abierta una ventana octogonal».
Hay detalles, como que «no se han encontrado restos de tracería» que conducen a pensar que nunca estuvo abierto. Pero, de la misma manera que no se puede afirmar que el ojo naciera ciego, tampoco es posible mantener que nunca un párpado de piedra lo cubriera. ¿Alguna hipótesis?
Mientras no aparezca un documento que pruebe una u otra verdad, no caben afirmaciones categóricas. Es lo que se desprende de la conversación con Carlos Campos, quien apunta entre las tesis posibles que «dada la dimensión del óculo, 10,20 metros» de lado a lado, pudo llevar a encontrarse con una estructura «demasiado liviana» que pudiera hacer temer por la estabilidad de la fachada. Y luego llegó el campanario, una pieza de tal calado que también pudo ejercer presión en los muros y por tanto desaconsejar tan gran óculo. Aun así Campos insiste en que si no hay un papel que se pronuncie, todo queda en el territorio de la especulación.
«Seguimos indagando, buscando documentos al respecto», señala, que arrojen luz sobre esa pieza en la que se sabe que hubo un reloj de sol «que hizo el padre Tosca». Cita la existencia de un escrito de 1908 que apunta el encargo «por parte de un concejal de que se restaurara» tan gran cronómetro. ¿Y ahora, qué? Para esta pregunta sí hay respuesta. El óculo seguirá cerrado. «Ya no se puede abrir». Las distintas etapas constructivas de la iglesia hacen impracticable la opción.
Pero hay mucho más que hacer. El equipo que se encarga de los trabajos sobre el edificio, «entre diez y veinte personas», según etapas y necesidades, no para. Empezaron en 2021 y tienen previsto acabar en 2025. Para entonces la iglesia que bajo su cúpula barroca guarda la huella gótica mostrará su esplendor. Hoy, los trabajos permiten contemplar la sedimentación de épocas y con ellas de estilos artísticos. La visita guiada por Carlos Campos permite contemplar los arcos góticos que se encuentran a «un metro sesenta de la cúpula barroca» y que la actual intervención en algún punto dejará visibles.
Ya se ha actuado sobre las fachadas norte y sur, en las que todavía faltan detalles. Y un largo andamio recorre el campanario. La intervención no persigue sacar a la luz el gótico, pero algunos vestigios de este estilo arquitectónico sí que quedarán al descubierto. Es el caso, conforme a las indicaciones del arquitecto, de las pinturas «en negro y rojo de cruces griegas» que se han visto en el espacio que queda entre uno de los accesos barrocos y el lugar donde estuvo la puerta gótica.
Avanza la gran intervención sobre la estructura que contiene el arte de los Santos Juanes. «Llevamos ya un tercio del trabajo», destaca el técnico de quien también depende la supervisión delas tareas para recuperar los elementos ornamentales, tanto de la nave central como de las capillas que la recorren.
Las esculturas son de gran valor artístico, advierte el experto. Los artistas Bertesi y Aliprandi dejaron buena muestra de su hacer en una iglesia que es testigo de la historia del arte y de un recorrido de la ciudad a lo largo de los siglos al que ahora se añade el proyecto de la Fundación Hortensia Herrero para darle nueva vida.
LAS PROVINCIAS forma parte de la historia del templo de los Santos Juanes. El interior de la escultura 'el Ministerio Eclesiástico' de Bertesi y Aliprandi guarda un ejemplar del periódico que da cuenta de la restauración que se lleva a cabo en la actualidad.
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