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El interior del Palau de la Música y el exterior del Palau de les Arts. IVÁN ARLANDIS/IRENE MARSILLA
Dos Palaus con margen de mejora
BALANCE DE TEMPORADA

Dos Palaus con margen de mejora

El auditorio municipal tiene pendiente ser parada de giras internacionales tras su reapertura mientras Les Arts debe plantearse nuevas metas y crecer en su programación

Sábado, 22 de junio 2024, 01:38

Durante estas semanas se cierra la temporada musical de ópera y música clásica en Valencia. Este ha sido, principalmente, el año de la reapertura del Palau de la Música. Tras cuatro años de cierre, el auditorio valenciano volvió a abrir sus puertas en octubre de 2023 y la ciudad del Turia volvió a contar con sus dos Palaus. En la rueda de prensa de presentación de la temporada 2024-2025 del Palau de les Arts, el director general del teatro, Jorge Culla, señalaba que no habían detectado especial impacto por la reapertura del Palau en cuanto a público. No sorprende el dato. Nunca he creído que los dos auditorios peleen por el mismo público.

En Valencia existe un público que prefiere uno u otro palau, existe un público que va a los dos, y existe un público que a veces va a uno o a otro… El público para ambos Palaus existe, pero no está garantizado, hay que ganárselo con una oferta atractiva y, a la vez, innovadora y de calidad. La ecuación nunca es fácil.

Les Arts ha cerrado la temporada con el clamoroso éxito de 'La flauta mágica'. En cada una de las funciones el público aplaudió al final de la representación levantado y ovacionando; éxito que se repitió con la interpretación de la novena de Beethoven el pasado día 13. Además, ha habido un consenso en la crítica tanto local como nacional en elogiar el espectáculo. Es el colofón a una temporada operística con algunos hitos. Por ejemplo, el estreno de una nueva producción, 'Ballo in maschera, en colaboración con un primer gran teatro internacional como es la Staatsoper de Berlín. Ahora bien, también ha habido decepciones. Especialmente el ciclo sinfónico se ha visto afectado por cancelaciones de última hora. El director finlandés Mikko Franck canceló su concierto de abril y Vasily Petrenko el suyo del pasado jueves. Cierto es que, a modo de compensación, la Orquesta de la Comunitat tiene entre sus méritos el de haber protagonizado el que a mi juicio fue el mejor concierto sinfónico de la temporada, a saber, el dirigido por Mark Elder interpretando la cuarta de Shostakóvich; es un aspecto importante en una temporada en la que han vuelto las orquestas internacionales a Valencia con la reapertura del Palau de la Música. Otro de los hitos para el Palau de les Arts es que, por fin, la orquesta vuelve a salir de la Comunitat Valenciana. Este verano inaugurarán el Festival Internacional de Santander, uno de los más prestigiosos del país, y participará también en los festivales de Pollença y el Otoño Musical Soriano.

Por su parte, el Palau de la Música ha logrado volver a ilusionar al público; una muestra de ello fueron los dos concierto finales, con lleno total, con Alexander Liebreich y la Orquesta de Valencia interpretanto los 'Carmina burana' los días 14 y 15. El equipo liderado por Vicent Llimerà heredaba una temporada programada por Vicent Ros. Era una buena temporada, pero no de las mejores de la historia del Palau; en cualquier caso, suficiente para poder llevar adelante una buena apertura y desde aquí vaya nuestro reconocimiento al anterior director. Llimerà y su equipo han sabido completar la programación con ilusión y una inagotable voluntad de trabajo que ha hecho que el Palau vuelva a funcionar como una máquina perfectamente engrasada. Esta ha sido, también, la temporada en la que Alexander Liebreich por fin ha podido hacer real su proyecto con grandes hitos como la interpretación de 'Salomé' o su interpretación de la quinta de Mahler. La Orquesta de Valencia ha mejorado su nivel con la vuelta a su auditorio y con una gestión que ha permitido que, cuando ha sido necesario, se haya podido contratar a grandes músicos de otras orquestas para tocar con la agrupación valenciana. Asimismo, la orquesta ha disfrutado de la presencia de grandes directores, especialmente en el último mes, como es el caso de Mark Albrecht y Josep Pons. Por lo que respecta a las orquestas internacionales, ha habido muy buenos conciertos como el de Gatti, Jurowski o el de Orozco-Estrada, si bien, no ha debutado ninguna batuta importante y, además, son directores que han dirigido a la Orquesta de la Comunitat; en ese sentido, es más interesante para la ciudad que trabajen con la Orquesta de la Comunnitat que el hecho de que nos visiten con sus orquestas.

Deberes por cumplir

El balance global de la temporada ha sido muy positivo para la ciudad. No obstante, la normalización que supone contar con los dos Palaus debería ser también un punto de inflexión para plantear los próximos objetivos.

En el caso del Palau de les Arts, el proyecto está muy consolidado tras cinco años de dirección artística de Jesús Iglesias. Sus temporadas presentan una calidad sin fisuras y ha conseguido modernizar el teatro arriesgando con nuevos títulos y nuevos lenguajes escénicos actualizando así la programación y poniéndola al nivel de los mejores teatros. Ahora bien, el Palau de les Arts debe plantearse nuevas metas y, sobre todo, debe crecer en su programación.

Contamos con unos cuerpos estables (orquesta y coro) que son los mejores del país; sin embargo, tengo la sensación de que están infrautilizados. Y no soy el único. Hace poco me decía James Gaffigan que en el Palau de les Arts se toca demasiado poco. Estoy de acuerdo. Son solo seis títulos operísticos más uno de zarzuela y un ciclo sinfónico de seis conciertos (siete si contamos el de puertas abiertas). El Palau de les Arts abrió en 2006 con ocho títulos de ópera y uno de zarzuela. Con la crisis económica de entonces hubo que reducir títulos para no renunciar a la calidad. Ahora bien, el objetivo debería ser recuperar algo del camino perdido, al menos, un título más. El público respondería a un título de gran repertorio que permitiese, incluso, más libertad a la hora de programar el resto de la temporada. Asimismo, el ciclo sinfónico también tiene margen de mejora aumentando el número de conciertos; por otra parte, creo sinceramente que Les Arts debería poder explorar la posibilidad de traer a grandes solistas bien escogidos a trabajar con la Orquesta de la Comunitat. La calidad de la orquesta lo merece y crecería como orquesta pues trabajar con grandes músicos es imprescindible para ser una orquesta de primer nivel. En los últimos años, solo el gran pianista español Javier Perianes ha trabajado con ellos y este verano actuarán con Sergey Khachatryan pero en Pollença. En ese sentido, señalar que otro objetivo debe ser que la Orquesta viaje al extranjero para lograr el reconocimiento internacional que su calidad merecer. Ahora bien, todo ello no es posible sin apoyo. Para poder crecer Les Arts necesita consolidar y aumentar la plantilla de la orquesta; el Cor de la Generalitat debe de asumir también la necesidad de afrontar, tarde o temprano, una nueva etapa artística, aparte de renovar y aumentar plantilla, aspectos que debe afrontar la nueva dirección del IVC. Pero es, principalmente, el Ministerio de Cultura quien debe de dejar de marginar y discriminar a nuestro teatro a nivel presupuestario respecto a Madrid y Barcelona.

Les Arts no cuenta con todo el apoyo institucional que se merece. Sí que puede presumir de ello el Palau de la Música que vuelve a ser el emblema cultural del Ayuntamiento de Valencia. Precisamente por ello es el momento de emprender las reformas estructurales de la programación que hace años que deberían haberse modificado. Son dos los elementos principales a reformar, el primero pendiente desde hace tiempo: por un lado, reformular el proyecto de la Orquesta de Valencia, por otro lado, volver a situar al Palau de la Música en las grandes giras internacionales.

Si la Orquesta de la Comunitat toca poco, la Orquesta de Valencia toca demasiado. No demasiados conciertos, quede claro, demasiados programas. Esta temporada, solo en abono, han ofrecido 25 programas distintos, supera incluso a la Orquesta Nacional de España que tiene programados 24 para la próxima temporada. Lo normal es que el resto de orquestas españolas ronden los 20 conciertos. En su lugar, debería explorarse la posibilidad de doblar los conciertos sábados o domingos como hacen todas las orquestas españolas importantes; si no todos, al menos los suficientes para poder ofertar un abono de turno B. De esa manera, la Orquesta de Valencia puede atraer al público que viene de otras localidades cercanas a Valencia así como a un público más familiar cuyas agendas les impiden ir los viernes a los conciertos. De lo contrario, el público de la Orquesta de Valencia seguirá con su imparable envejecimiento. Es necesaria una renovación. Además, con tantos programas, la calidad de los conciertos es demasiado irregular, dependiendo mucho de la calidad de los directores y la Orquesta de Valencia necesita mejorar sus estándares.

Por último, hay que asumir que los cuatro años de cierre nos han sacado de la agenda de las grandes orquestas españolas que visitan España. De las giras más importantes que ha habido en España: Sinfónica de Londres con Pappano, Musica Aeterna con Currentzis, Filarmónica de Múnich con Mehta, Orquesta Barroca de Friburgoc con Rattle… ninguna ha venido a Valencia. Hace años la parada en el Palau de la Música era imprescindible. Por otra parte, la dirección artística debería empezar a intentar traer a todas esas grandes batutas que aún no han venido a Valencia. Sé que alguna está programada, pero también sé que hay estrellas que no brillarán en Valencia de momento.

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