Nueva protesta del Cor de la Generalitat

El Cor de la Generalitat ha vuelto hoy a la carga con una protesta que ha tenido lugar minutos antes de la representación de la ópera 'Cavalleria Rusticana' y 'Pagliacci' en el Palau de les Arts. La formación musical denuncia la «desintegración» de la agrupación «porque la administración continúa sin resolver el problema de contratación temporal en fraude de ley de sus cantantes y la formación como se conoce está en peligro».

Así rezaban las octavillas que han repartido entre el público asistente. La Generalitat quiere sacar a oposición las plazas de la pantilla del Cor, pero los miembros denuncian que llevan treinta años en sus puestos de trabajo y que ya realizaron pruebas para entrar. Es más, el departamento de Vicent Marzà ha publicado que 22 plazas de la agrupación musical, formada por 59 miembros, saldrán finalmente a oposición. Esta Oferta Pública de Empleo (OPE) llega después de que hayan sido infructuosas las negociaciones entre la formación y los responsables de la conselleria

El conflicto entre el Cor y la Generalitat no es nuevo. Desde hace meses, los cantantes llevan denunciando que la agrupación está "al borde de la desintegración". Por ello, han afeado a la Conselleria de Cultura que dirige Vicent Marzà que no se hayan cumplido «sus promesas y los acuerdos alcanzados para una renovación paulatina de la plantilla». Según el Cor, «esta situación hace peligrar también la continuidad de los actuales integrantes de la agrupación y ni las sucesivas promesas de las autoridades del Instituto Valencià de Cultura y de la Generalitat, ni la situación en fraude de ley en la que se encuentran los coralistas a pesar de haber conseguido sus puestos de trabajo tras pasar exigentes procesos selectivos parecen servir de mucho ante el mayor reto al que se enfrentan sus miembros como trabajadores dentro de la Generalitat», denunció la formación.

La agrupación musical ha llegado, incluso, a amenazar con paros que finalmente no se han llevado a cabo. Cultura quiere poner fin a la interinidad del personal con unas oposiciones. Esta medida genera incertidumbre en los intérpretes, quienes explican que ellos no entraron a dedo y que hace años realizaron unas pruebas de acceso que cumplían los requisitos de igualdad, mérito, capacidad y publicidad.

Según el Cor, «Marzà prometió en reuniones con el coro y con el Comité de Empresa la renovación paulatina de la plantilla». Para ellos, «se muestran incapaces y parecen sin voluntad de resolver el problema burocrático y administrativo que la misma administración ha creado» por lo que, exigen, se solucione una «situación gangrenada y que pone a esta agrupación lírica profesional al borde de su desintegración».