Que la actual directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Nuria Enguita, fuera responsable de Bombas Gens, ha despertado algunos interrogantes después de conocerse que el centro cultural impulsado por la Fundación Per Amor a l'Art, situado en el barrio de ... Marxalenes, acaba de pedir un rescate público ante la inviabilidad económica del proyecto. Es más, ha sido el Consell, a través de la Conselleria de Cultura y Deporte, el que ha recogido el guante de esta operación y, a través del IVAM (de ahí los recelos), busca la fórmula para hacerse con la gestión del malogrado espacio artístico situado en la antigua fábrica de bombas hidráulicas. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha avalado esta operación, asegurando hace apenas unas semanas que «la base de la cooperación público-privada es, en general, positiva y en el mundo cultural es por donde se ha de transitar». «Se ha de producir un acuerdo entre las dos partes para poder integrar el centro de Marxalenes en la oferta pública», añadió Puig reafirmando la idea de que el Ejecutivo autonómico no va a dejar caer la institución cultural impulsada por la fundación que preside el matrimonio formado por Susana Lloret y José Luis Soler, copropietario de Ubesol.
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El hecho de que vaya a ser el IVAM el espacio que se haría con las riendas de Bombas Gens y que Enguita conozca tan bien ambas instituciones porque las ha tutelado, primero en el centro priva y después en el espacio de titularidad pública que es el IVAM, abre la puerta a plantearse qué papel debe jugar en todo el proceso mediante el cual se llevará a cabo el rescate. La Conselleria de Cultura no ha ofrecido plazos ni datos sobre la forma en la que se haría el procedimiento. Ya avisó de que esto no puede ser una operación para «salvar un proyecto privado con los recursos públicos de los valencianos». Aún así, ¿es compatible que quien tuteló un proyecto privado ahora intervenga, desde lo público, para evitar su desaparición? ¿Qué papel debe jugar Enguita en todo este puzzle administrativo? ¿Habría posibilidad de incurrir en incompatibilidades o conflicto de intereses?
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Noelia Camacho
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«Cuando en una misma persona concurren precedentes», como en este caso sería haber estado al frente de Bombas Gens, «siempre se plantea duda», apuntó a LAS PROVINCIAS José Domingo Monforte, abogado director de Domingo Monforte Abogados Asociados.
El experto criterio del jurista le llevó a señalar que en este asunto se plantea una cuestión en el territorio de la ética. Y ello a su juicio, debería conducir a Nuria Enguita a «apartarse de la gestión de la decisión que se adopte» en el posible rescate de Bombas Gens por la Generalitat Valenciana convirtiendo al IVAM en destinatario de la colección privada. La situación sería distinta en un supuesto caso inverso. Si se tratara del paso de un espacio de titularidad pública a otro privado, quien estuviera en el puesto se vería en la tesitura de apartarse de la actividad por un periodo de dos años. Es pues, como apunta la fuente, una cuestión de «ética». Está por ver qué posición adopta Enguita, si bien hay que decir que desde que este asuntó saltó a la actualidad, la directora del IVAM ha mantenido silencio.
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La Generalitat tiene una normativa, la Ley 1/2022, de 13 de abril, que bajo el nombre de Transparencia y Buen Gobierno de la Comunitat, marca las pautas para los altos cargos. Establece, en el artículo 54, que estos «deben observar estrictamente el régimen de incompatibilidades establecido en el ordenamiento jurídico y evitar situaciones de conflicto de intereses tanto durante el ejercicio del cargo como tras el cese, y se deben abstener de intervenir en los asuntos en que concurra alguna causa que pueda afectar la imparcialidad». Es más, también «deben ejercer el cargo en beneficio exclusivo de los intereses públicos, y deben actuar con imparcialidad e independencia en la toma de decisiones a fin de evitar que su actuación pueda estar condicionada por conflictos de intereses».
El IVAM comienza a desbloquear poco a poco algunos de sus asuntos pendientes. Entre ellos, la de de abrir su terraza al público. Pese a que esta intención lleva meses en la agenda, las cosas en el museo van despacio. Ahora, lo que sí se ha hecho es encontrar a la empresa que se encargue de redactar el proyecto que establezca las bases para acometer estos trabajos. El contrato para el 'Servicio de redacción parte arquitectónica del proyecto básico y de ejecución de la cubierta del IVAM' se ha otorgado a la empresa Abalos Arquitectos, Laboratorio de Técnicas y Pais, por un importe de 18.131 euros (IVA incluido). Además, a ello hay que sumar la adjudicación del estudio de alternativas de reorganización de la cubierta de IVAM para alojar la instalación fotovoltaica en distintas hipótesis de superficie de ocupación aproximada (20%, 40%, 60%) según el informe desarrollado por los asesores en materia de clima. Por otros 18.000 euros, Renata Sentkiewicz ha recibido el encargo del proyecto, en el que según el contrato debe incluir también «hipótesis de nueva ocupación por la ampliación prevista en el plan director del IVAM en su lado este, así como análisis de la viabilidad de inclusión de una parte de la cubierta accesible para el público incluyendo una terraza con vistas y/o ajardinamiento».
Este es uno de los asuntos pendientes del centro de arte moderno, que aún está pendiente de solucionar los daños de la sala de la muralla así como de iniciar la adecuación de la nave 3 del Parque Central para acoger la futura subsede del IVAM.
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