El personal de confianza deja a Marzà y al revés

El listado de cambios en el organigrama interno de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte desde que la ocupa Vicent Marzà, de Compromís, no ha parado de cambiar en apenas algo más de una legislatura. Desde que el político nacionalista asumiera este departamento en 2015, Marzà ha ido perdiendo a su personal de mayor confianza y a otros responsables internos de la gestión diaria de la conselleria. Roces, tensiones, críticas y pérdida de confianza están detrás de estas salidas, que se suman a la marcha de los directores del San Pío V (Cultura cesó a José Ignacio Casar Pinazo) y del IVAM (José Miguel G. Cortés dejará la dirección en septiembre).

En apenas seis años, por el departamento de Marzà han pasado tres jefes de gabinete (nombrados directamente por él), otros tres subsecretarios, dos secretarios generales administrativos y dos secretarios autonómicos.

De esta forma, Marzà entró en la conselleria con Vicent Martínez como su jefe de gabinete. Pero en 2019 le sucedió Enric Carbonell. Pero ese año, y tras sólo dos meses en el cargo, Carbonell decidió abandonar ese puesto como personal eventual de la conselleria para marcharse a trabajar a la Fundación Trinidad Alfonso, vinculada al empresario Juan Roig. Para ello, el político del Bloc recurrió a Facund Puig, que sigue en el cargo desde entones.

La subsecretaría de Cultura también ha acusado los vaivenes. En 2017, el conseller cesó a Josep Vidal, hasta la fecha responsable de ese puesto. Fue sustituido por José Vicente Villar Rivera, que había sido gerente de la empresa de construcción de colegios Ciegsa desde 2016. Es más, este gestor también era exdirectivo de las sociedades estatales Acuamed y Aguas del Júcar SA. Pero Villar ya no está en la conselleria. En la actualidad es Eva María Coscollá la que ejerce estas funciones. A Coscollá se la pudo ver hace unas semanas en la última reunión del Consejo Rector del IVAM, ya que por su cargo es uno de los miembros de este organismo.

Por su parte, Javier Bolinches es, según el organigrama de la conselleria, actual secretario general administrativo. Pero antes lo fue José Busó, quien aterrizó en el departamento en 2016 y dos años más tarde renunció para ocupar el cargo de subdirector genera del Instituto Valenciano de Atención Social y Sanitaria. Tampoco cuenta ya con la subdirectora general del Gabinete Técnico, Dèlia Amorós, que mantuvo el cargo sólo durante la pasada legislatura, como se puede leer en uno de sus perfiles en la red.

Desde su llegada a la gestión del área de Cultura , Marzà mantiene a su responsable de comunicación, Amanda Gascó; y a los secretarios autonómicos de Educación, Miguel Soler (PSPV); y el director general del Deporte, Josep Miquel Moya. También continúa la directora general del Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga (pertenece al PSPV), pero también ha cambiado de secretario autonómico. Si en la primer legislatura el puesto recayó en Albert Girona, exalcalde de la localidad de Almussafes y profesor universitario, cuando se renovó el Consell tras las elecciones de 2019, Girona no repitió. En su lugar, otra primera edil, en este caso la de Sueca, Raquel Tamarit, se convirtió en responsable de Cultura y Deporte tras no haber repetido como alcaldesa.

Pero si a Marzà no le duran los cargos internos tampoco los de las instituciones culturales que tutela. Desde su llegada a la conselleria de Campanar, ha visto cómo el exintendente de Les Arts, Davide Livermore, se marchaba para no querer ser cómplice «si hay un deseo de cerrar» el coliseo. El centro de ópera también se quedó sin responsable financiero, Francisco Potenciano, que abandonó su trabajo para marcharse a la gerencia de Las Naves. Le sustituyó Inmaculada Pla, que no estuvo ni un mes en el cargo. Ahora es José Monforte quien desempeña estas labores en el auditorio.

El responsable de la conselleria de Cultura, además, dirá adiós próximamente al director del IVAM, José Miguel G. Cortés, al que no se le prorrogará el contrato que finaliza en septiembre. Marzà ya tiene preparado el concurso público que elegirá al siguiente responsable de la pinacoteca.

El conseller sabe lo que es despedirse de un titular de un centro de arte. Ya lo hizo con el responsable del Bellas Artes, José Ignacio Casar Pinazo, quien justamente accedió a este puesto tras la destitución de Paz Olmos, la responsable que había accedido durante la etapa del Gobierno del PP. A Casar Pinazo, no obstante, se le cesó en el mismo momento que el arquitecto regresaba al museo de una baja por enfermedad. Mientras se encontraba sustituto, fue Margarita Vila quien ejerció de directora provisional, hasta que llegó Carlos Reyero, nombrado hace un año.