El Consell Valencià de Cultura (CVC) inicia el curso como lo acabó. Politizado, virado a la izquierda, con una presidencia que aún sigue siendo provisional (en manos de Dolors Pedrós, quien sustituyó al fallecido profesor Santiago Grisolía) y a la espera de que ... se renueven en noviembre tanto la presidencia como la mitad de los consejeros más otros dos componentes, el también fallecido Joaquín Santo Matas y la que ahora es directora general de Patrimonio Cultural de la Conselleria de Educación y Cultura, Marta Alonso, quien hasta su nombramiento formaba parte del CVC. Y, además, con un pleno bronco, tenso, con graves acusaciones en un encuentro que se preveía más tranquilo que los anteriores plenos. Y nada más lejos de la realidad. La crisis sigue agudizándose en el ente.
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Es más, nuevo ejercicio pero mismos problemas. La politización del ente autonómico, el único bastión del anterior gobierno autonómico del Botánico que queda en funcionamiento al no renovarse, es más que evidente. No han sido tiempos tranquilos para la institución, con graves altercados en los últimos plenos, cargados de tensión y acusaciones. Noo en vano, los consejeros nombrados por el PP han llegado incluso a no votar determinados informes al considerar que traspasaban las funciones de una institución que es consultiva. Es más, polémicos han sido sus textos sobre leyes puestas en marcha por el actual Consell como la de Libertad Educativa, la de Concordia y la de À Punt, lo que ha generado no sólo una crisis interna en la entidad, también ha puesto de relieve que en los últimos tiempos la fractura y la crisis del Consell de Cultura se ha ido agrandando.
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Este lunes, el CVC iniciaba el ejercicio con un nuevo pleno en el que constaban dos informes a aprobar, Uno sobre el turismo masivo y la gentrificación del centro histórico de Valencia y otro sobre el sector industrial musical valenciano. En un primer momento, el encuentro se ha iniciado con cordialidad. Después, ha llegado la hora de votarlos. Los consejeros Xavier Aliaga y Ascensión Figueres, encargados de la realización del informe, han confesado ambos que, tanto por un lado como por otro, este texto no es el que ellos hubieran hecho. Sin embargo, a raíz del consenso ambos coincidían en que votarían a favor del informe. No obstante, el consejero José María Lozano ha mostrado su posición al asegurar que se abstendría a la hora de votar al no estar de acuerdo con algunos términos recogidos en las conclusiones y recomendaciones del documento. «Si yo hubiera hecho el informe a mí gusto, hubiera sido otro. Sobre todo en la necesidad de una tasa turística», según el consejero Aliaga. La consejera Ana Noguera ha felicitado que el texto llegara desde el consenso, aunque eso no ha evitado que la abstención de Lozano y de otro consejero como José Vicente Navarro ejemplificara que la disconformidad sigue siendo la tónica del ente. Al final se ha aprobado con 16 votos a favor, dos abstenciones y ningún voto en contra.
Sin embargo, no hay que olvidar que en el CVC los miembros nombrados por partidos de la izquierda, incluso de algunos que ya no tienen representación parlamentaria en Les Corts, son mayoría en el ente.
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En este sentido, luego ha sido el turno de aprobar el informe sobre el sector musical valenciano. De nuevo, tampoco ha habido consenso. No lo hubo en la comisión que lo elaboró y no lo ha habido en el pleno. Otra vez, los consejeros Lozano y Navarro se han abstenido y los otros 16 miembros han votado a favor.
Otro de los momentos a reseñar ha sido el protagonizado por el propio Navarro, que ha pedido que «se guarden las formas» en el CVC y se mantenga «la transparencia». La razón de su queja es que la Comisión de Ciencias del organismo se ha quedado sin miembros, por lo que se han pedido voluntarios para formar parte de ella. Ha afirmado que le parecía extraño que tres consejeras, «Peris, Frau y Ballester han abandonado la comisión aunque comparecen o incluso ostentan el cargo de secretaria en otras comisiones». La presidenta en funciones, Dolors Pedrós, ha defendido «la transparencia de la institución» y que «en otras ocasiones otros consejeros han abandonado las comisiones». Pedrós ha tildado las palabras de Navarro de «acusaciones veladas». «Aunque estoy acostumbrada a estas acusaciones, no voy a aceptarlas», ha dicho la titular del CVC en el momento más tenso de la sesión de este lunes. Es más, el consejero Lozano también ha asegurado que no ha recibido ninguna información sobre el futuro de esta comisión. «En esta ópera bufa en la que hemos participado todos, yo respeto las decisiones libres de cada uno de los consejeros para adscribirse a una comisión u otra», según Lozano (quien era el presidente de la Comisión de Ciencias), quien ha dejado entrever que no se han cumplido las normas administrativas en el proceso para informar de la ausencia de miembros de esta comisión.
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El pleno del Consell Valencià de Cultura (CVC) ha aprobado un informe en el que pide a las instituciones implicadas un plan para fomentar la vivienda social en el centro histórico de la ciudad de ValEncia hasta alcanzar «cifras significativas» que eviten la despoblación y el proceso de gentrificación de esta zona dado el aumento «descontrolado» de los pisos turísticos y los efectos «no controlados» del turismo masivo. Ante esta situación, ha instado a la Generalitat y el Ayuntamiento a trabajar «con decisión» para que los residentes habituales en este distrito tengan prestaciones y servicios sociales, sanitarios y educativos «en perfectas condiciones» para incentivar que «no abandonen» Ciutat Vella. Este ha sido el primero de los documentos que han ido al pleno. En el texto también se insta tanto al Consell como al Consistorio a consolidar las estrategias de redimensionamiento del turismo «en la línea de lo que han empezado a experimentar otras ciudades sometidas a presión turística», después de una etapa «claramente expansiva» de fomento del turismo y de posicionamiento de la marca Valencia. Asimismo, en el otro informe, el relativo a la industria de la música valenciana, la entidad aboga por una mejora de la competitividad, la participación en los planes estratégicos, el desarrollo de programas publico-privados y la calidad laboral. En las conclusiones, entre otras, el CVC da su apoyo al anuncio del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, de crear una Dirección General de la Industria Musical Valenciana con presupuesto propio.
La discusión ha continuado. «Las formas, señor Navarro, también importan. Y como miembro de este Consell, debería importarle. Cuando ustedes ponen directamente sobre la mesas distintas palabras, dañan al Consell Valencià de Cultura. Les invito a que mantengan las formas, que se han perdido desde hace un tiempo en este Consell. Hablar de falta de transparencia en un caso tan delicado como este, hiere a esta institución. Calificar este pleno de ópera bufa es la mayor falta de respeto a esta institución. Si eso es lo que piensa -le ha dicho a Lozano-, debería planteárselo. Aplíquense el cuento y quien pide respeto, debe tenerlo», ha intervenido la consejera Rosana Pastor. Pedrós ha pedido en ese momento no entrar en descalificaciones.
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En el caso de la consejera Irene Ballester, quien ha decidido abandonar la Comisión de Ciencias, ha asegurado que «nosotras, desde nuestra decisión tomada desde la libertad, podemos cambiar de comisión». «Lo hemos hecho siguiendo el procedimiento y de forma correcta. Estamos en una institución que merece todo el respeto. Hemos pedido el cambio con total libertad», según Ballester.
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Para Ana Noguera, «esto es una provocación tras otra provocación». «Todos pisamos algodones para no ofender y nos encontramos con esto», según la consejera, quien le ha dicho a Lozano que su carácter era «endiablado». «¿Este Consell debe ser de pensamiento único? Yo estoy reclamando las formas, a mí se me ha insultado en este Consell. Opinar sobre lo que se piensa se debe respetar. Cada vez que yo muestro mi opinión, veo consejeros que prejuzgan. Respétenme», ha añadido Navarro.
Si bien es cierto que el pleno de este lunes 23 de septiembre no ha sido tan tenso como algunos de los encuentros anteriores, sobre todo aquellos en los que se trataron informes sobre las leyes de Concordia, Libertad Educativa y del Audiovisual (À Punt), la tensión en el CVC es palpable. Tanto que la entidad espera que este mes de noviembre se renueven la mitad de sus consejeros. También, se añadan dos nuevos miembros tras la marcha de Marta Alonso y el fallecimiento de Joaquín Manso. Y, sobre, un nuevo presidente para la institución, un cargo en manos de la que era vicepresidenta, Dolors Pedrós (quien es consejera por el partido Compromís), y que sigue de manera provisional desde el fallecimiento de Santiago Grisolía en agosto de 2022.
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