Borrar
Urgente Detenida por pegar una bofetada a la profesora de su hija en Torrent
Stromboli está situado en el número 17 de la conocida calle Centelles de Ruzafa, donde abrió el 16 de agosto de 2024. J. L. BORT

La supervivencia del único videoclub de Valencia

Con una base de datos de 12.000 personas, Stromboli mantiene abiertas las puertas en la era del 'streaming' y las plataformas | El espacio de cine que dirige Daniel Gascó cumplirá 20 años el próximo agosto

Noelia Camacho

Valencia

Sábado, 8 de junio 2024, 00:55

Es un oasis en medio de un mundo acelerado. Un refugio donde el cine se vive en todo su esplendor. Hay quien, por su juventud, no sabrá ni lo que es un videoclub. Tampoco, pasear por sus estanterías para ver las últimas novedades del séptimo arte, rebuscar entre los clásicos o encontrar aquella cinta que despertó su amor el celuloide. Casi no existen ya establecimientos de estas características. Ese paseo por las estancias del videoclub, divididas por género, por autores o temáticas, se ha sustituido por el menú de la plataforma de turno. Ya no se bucea entre decenas de 'DVD's', sino que, a través de las flechas del mando a distancia, se pueden tardar horas y horas en hallar el proyecto audiovisual que se quiere ver. Como decíamos, el videoclub ya es un espacio del pasado. Incluso, Madrid, la capital de España, perderá en julio el único local de alquiler de películas que existe en la ciudad: Ficciones. En apenas unas semanas, su dueña, Marcia Seburo bajará la persiana. Antes, intentará vender las más de 50.000 películas que conforman su catálogo.

No es extraño que un videoclub cuelgue el cartel de cerrado. Como decíamos, cada vez es más raro acudir a un espacio a alquilar un filme. Sin embargo, en Valencia, y aunque pueda parecer extraño, sí se mantiene un establecimiento que es más que un videoclub. Stromboli, en la calle Centelles, sobrevive pese a las adversidades, las plataformas, la falta de aparatos reproductores de 'DVD' o la ya desaparecida costumbre de ir a por una película. El alma de Stromboli es Daniel Gascó, un cinéfilo, un romántico, un apasionado del séptimo arte, que mantiene abierto el único videoclub de la ciudad. «Hay que reivindicar que Valencia tiene algo que Madrid ya no: un videoclub. No es casual», señala Gascó a LAS PROVINCIAS.

«Abrir un videoclub fue un sueño para mí, una ilusión para ese joven que vivía entre películas», narra el propietario

Ante el cierre de Ficciones en la capital de España, este diario quiere conocer cómo sobrevive el único videoclub de Valencia. La cita es una tarde entre semana a las 18 horas. Daniel Gascó, quizá uno de los mejores paladares audiovisuales de esta ciudad, espera envuelto entre 'DVD's' y papeles la visita de este periódico. Lleva casi 20 años en este bajo del céntrico barrio de Ruzafa. Abrió el 16 de agosto de 2004. Y ahí sigue desde entonces. Fue el primer becario del aula de cine de la Universidad de Castellón. Acababan de empezar los años 90 y de sus palabras se desprende que se enamoró del cine. «Abrir un videoclub fue un sueño para mí, una ilusión para ese joven que vivía entre películas», narra. Ahora, defiende, su local, que abre de lunes a sábado hasta las 22 horas de la noche, se ha convertido en una burbuja, en un pequeño mundo en el que lo que manda es el amor por el cine.

Daniel Gascó es el dueño de un videoclub ya histórico, el único que queda en la ciudad de Valencia. J. L. BORT
Imagen principal - Daniel Gascó es el dueño de un videoclub ya histórico, el único que queda en la ciudad de Valencia.
Imagen secundaria 1 - Daniel Gascó es el dueño de un videoclub ya histórico, el único que queda en la ciudad de Valencia.
Imagen secundaria 2 - Daniel Gascó es el dueño de un videoclub ya histórico, el único que queda en la ciudad de Valencia.

Hay quien podría pensar que Gascó habla con este diario en la soledad de un establecimiento en el que rara vez entra alguien. Nada más lejos de la realidad. Por el local se encuentra César, cliente habitual de Stromboli, y otro loco del séptimo arte. Tanto que, relata, llegó a ir al rodaje de 'El Cid Campeador' en Peñíscola hace décadas. Pero historias aparte, César ya no es sólo un usuario del videoclub, es un «amigo», un componente de esta pequeña familia situada en el número 17 de la calle Centelles. «Es que cualquier película que busques, la encuentras aquí. Yo le pedí una cinta checoslovaca que vi en mi juventud y Daniel sabía qué película era. Se trataba de 'Trenes rigurosamente vigilados', que me marcó. Y aquí estaba», cuenta mientras el dueño de Stromboli atiende una llamada de teléfono, en la que otro cliente le pregunta si ha localizado un determinado documental. Así es. Daniel Gascó ya se lo ha reservado.

«No le debo nada a nadie y estoy al día en todos los pagos», asevera Daniel Gascó, el dueño del negocio

En apenas unos minutos, un niño del barrio, que se refiere al comerciante como «tío Dani» entra con la cinta 'Cigüeñas' para devolverla. «La gente del barrio no quiere que Stromboli cierre. Son parte de los vecinos y si algunos días bajo la persiana ya me están preguntando qué pasa», asegura el responsable del negocio. De nuevo, en mitad de la charla, entra Sonia, de 28 años, y una de las clientas más recientes del videoclub. «Es que aquí aprendo mucho. Las plataformas me parecen una estafa y a mí me gusta el formato físico», cuenta la joven. A lo que se refiere es al papel de Gascó en el local. «Yo soy un 'recomendador'. Cuando alguien viene y no sabe muy bien qué busca, con unas preguntas ya sé qué sugerirle», afirma el dueño de Stromboli.

No niega que es difícil la supervivencia de un negocio como este. ¿Llega a fin de mes?, es la pregunta del millón. «Claro que he pasado momentos malos, pero no le debo nada a nadie y estoy al día en todos los pagos», asevera. Eso sí, no sólo vive del alquiler de películas, también vende –«sólo algunas, otras, aunque han intentado comprármelas, son únicamente para alquiler», añade–. No sabe –o no quiere decirlo– cuál es el valor económico de su fondo, en el que hay auténticas joyas. Además, sigue persiguiendo títulos y adquiriéndolos para que puedan ser vistos por sus clientes. «Ahora la pregunta que más me hacen es si compro películas. Lo hago, pero tienen que ser muy concretas», asegura. Este oasis cinéfilo –donde convive el cine español, las películas de Disney o una colección extensísima de títulos de François Truffaut o Fellini–, conserva más de 20.000 películas –sólo 'DVD's' y 'Blue-Ray'–. Ahí es nada.

De cintas en blanco y negro a cine europeo, novedades como 'Dune' o pequeñas rarezas, de todo hay en el local. J. L. BORT

En Stromboli, parece que el tiempo se ha parado. Pero es un tiempo mejor, el de ese viernes por la tarde en el que acudías al videoclub a hacerte con un arsenal de pelis para el fin de semana. Sin embargo, la pregunta es obligada: ¿Qué le depara el futuro al videoclub? «En el punto en el que estamos, vamos a continuar. Porque si vienes a verme, verás a una persona feliz», cuenta Gascó. La felicidad, a veces, solo vale esos 2,5 euros que cuesta alquilar una película.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias La supervivencia del único videoclub de Valencia

La supervivencia del único videoclub de Valencia