Sorolla, el sobrino del cerrajero que llegó a ser el maestro de la luz cumple este lunes 156 años

Joaquín Sorolla nació el 27 de febrero de 1863 en Valencia. Este lunes se cumplirán 156 años de su llegada al mundo y su figura está más viva que nunca pese a que su azarosa infancia poco podía presagiar que se convertiría en el maestro de la luz y en uno de los pintores más importantes de la historia del arte española.

Con apenas dos años, el creador quedó huérfano tras la muerte de sus padres por la epidemia de cólera que asoló la ciudad en 1865. Él y su hermana Concha pasaron a estar bajo el cuidado de la hermana de su madre y el marido de esta, cerrajero de profesión, que quiso transmitirle al pequeño la pasión por este oficio.

Sin embargo, Sorolla ya amaba el arte, se puede decir que desde el día que llegó al mundo. Es más, fue el director de la escuela donde estudiaba quien alertó a su familiar de su talento innato por la pintura. De ahí que, con 13 años, pasó a formarse en la Escuela de Artesanos. Allí, en la planta baja del edificio de la calle Avellanas número 12 de Valencia compartió pupitre con artistas como José Vilar y Torres, con los hermanos Benlliure —Blas, José y Juan Antonio— y con Ignacio Pinazo.

Dos años más tarde, y con una capacidad pictórica que iba en aumento, el ya adolescente Joaquín ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes. Su manejo del pincel, apreciable ya en esas primeras marinas que nacieron con su firma, le hicieron erigirse como un genio en potencia. En 1883 consiguió una medalla en la Exposición Regional de Valencia. Un año después, logró la pensión de la Diputación para estudiar en Roma, iniciando su ya imparable carrera.

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