Sorolla no tiene competencia. Y eso que al artista parece que le gusta complicarse la vida. El reto que el pintor tiene en la capital del Turia, su ciudad, viene a demostrarlo. En el centro de Valencia se disputa un duelo Sorolla contra Sorolla a ... tres bandas que no consigue romper la unidad. En cada uno de los tres espacios donde se exhibe: Palacio de las Comunicaciones, Fundación Bancaja y Diputación de Valencia el multifacético creador presenta un perfil distinto. Pero se ponga como se ponga, siempre gana la partida. No hay espectador de arte que se lo quiera perder en este Año Sorolla que conmemora el centenario de la muerte del creador.
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Las cifras hablan. El trío de espacios del centro de Valencia apuntan buenos registros. En los tres meses que lleva abierta la muestra 'De la foscor a la llum' en el antiguo edificio de Correos, 96.400 personas han visitado las obras de la colección Lladró. El conjunto pictórico que se expone en el edificio de la plaza del Ayuntamiento no sólo abraza al pintor de la luz. También reúne, entre otros, a Pinazo, Zurbarán, Juan de Juanes, Ribalta, José Benlliure, Berruguete, Vicente Macip, Antonio Cortina, Mongrell, Vila y Prades, Segrelles, Maella, el Maestro de Artés o Joan Rexach.
Pero Sorolla tira, y mucho. Lo aseguran desde el Museo de Bellas Artes San Pío V -destinatario de la colección- cuando reconocen que el valenciano funciona como una especie de anzuelo o gancho «fundamental» en la pesca de público.
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Carmen Velasco
La cifra total de visitantes registrados en 'De la foscor a la llum', que abrió sus puertas el pasado 25 de febrero, arroja una media de 32.133 visitantes al mes, dato que sitúa esta propuesta a la cabeza en cifras absolutas respecto a las que ofrecen Fundación Bancaja y la Diputación de Valencia. Pero, no se puede perder de vista que si bien Sorolla es un indudable atractivo, no es el único gran artista que integra la oferta pictórica del antiguo edificio de Correos.
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Sí compite en solitario en las otras dos salas. Y como ya se ha apuntado lo cierto es que gana y gana. Fundación Bancaja abrió el pasado 5 de mayo la muestra 'Sorolla en negro' y cuando sólo han pasado quince días de ese acontecimiento, según señalan desde la propia fundación, 10.300 personas han pasado por la sala. La tendencia lleva a concluir que transcurrido un mes sean 20.600 las visitas que haya recibido, el dato se distancia del anterior, pero aquí no cabe duda de que sólo van a verle a él.
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Lo mismo puede decirse de la propuesta de la institución provincial. 'Sorolla en Roma. El artista y la pensión de la Diputación de Valencia (1884-1889)' se deja ver desde el 10 de marzo hasta el próximo dos de julio. Hasta ahora, como advierten desde la Diputación, son «cerca de 15.000 visitantes» los que se han acercado hasta el Palacio de los Boil. ¿Más o menos que en las otras salas? La pregunta no puede encontrar respuesta. Como dato absoluto se distancia del resto, pero las circunstancias de cada propuesta son unas. No existe la homogeneidad, además en este caso hay que tener en cuenta que la muestra sólo se abre al público los fines de semana y los festivos.
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De esta manera, dado que han transcurrido 11 semanas desde la apertura, son 22 días, más tres festivos, los que ha estado abierta recibiendo espectadores hasta sumar los quince mil registrados.
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¿Es entonces la muestra de la Diputación la más vista? Por la misma razón que en el caso anterior, la incógnita queda sin despejar. Además, no se trata de determinar competencia entre espacios, sino de constatar que, lo dicho: Sorolla, se ponga como se ponga, siempre gana; nunca le falta quien le mire y le admire.
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El triángulo expositivo que trazan tres vértices esenciales en este recorrido por el centro de la ciudad pone de manifiesto que el artista cuenta por miles a sus seguidores. Y es así tanto si se presenta para relatar cómo retuvo en su retina los años que invirtió en su formación mediante la beca de la Diputación, como si se dispone a contar al espectador que él, que fue el más grande para hacer del lienzo color, no menos lo fue cuando quiso decir que también el negro es arte mayúsculo. Todo sin olvidar que con piezas como 'Yo soy el pan de la vida', foco de atracción en 'De la foscor a la llum', estableció diálogo con una realidad que si bien no era lo que hoy llamaríamos su zona de confort, sirvió una vez más para servir a la Historia del Arte un plato de excelencia. En la lucha contra sí mismo Sorolla se alza con el triunfo cien años después de su muerte.
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