¿A qué suena el Quijote? «A danzas populares, a bailes jocosos, a cánticos alegres, a romances cortesanos», contesta Carles Magraner. ¿Cuáles son los instrumentos del ingenioso hidalgo? El músico valenciano tampoco duda: la vihuela y la guitarra. «Se dice que los tocaba Don Quijote, que tenía voz afinada y ronca», explica el violonchelista de Capella de Ministrers, quien apunta que el catálogo de instrumentos del Siglo de Oro tiende a infinito. En un estudio de Fernando Pérez Ruano se habla de hasta 31 objetos: chirimía, atables, albogue, churumbela, sacabuche, algo que hace pensar a los musicólogos que Cervantes debió conocer a fondo la organología de su época. ¿Es el Quijote el título más musical de la producción cervantina? «La obra cumbre de Cervantes es una pieza muy musical, con numerosas referencias a las actividades melódicas de la época, pero también las comedias cervantinas son musicales», apunta Magraner, que con su formación, acaba de publicar 'Claroscuro', un recopilatorio de canciones y compositores de la España del siglo XVI y principios del XVII y citadas en el Quijote.
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Es en la segunda parte de las historias del hidalgo donde Cervantes atribuye a Sancho Panza la siguiente frase dicha a la condesa Trifaldi en el capítulo XXXV: «Señora, donde hay música no puede haber cosa mala». Este capítulo lo recuerda Magraner en su conversación con LAS PROVINCIAS. «Porque quiero que sepas, Sancho, que todos o los más caballeros andantes de la edad pasada eran grandes trovadores y grandes músicos, que estas dos habilidades, o gracias, por mejor decir, son anexas a los enamorados andantes. Verdad es que las coplas de los pasados caballeros tienen más de espíritu que de primor», comenta el hidalgo con su escudero en un fragmento de la primera parte.
¿Y las letras? ¿De qué versaban? «De la esencia del ser humano», afirma Magraner. Ese contraste pictórico del claroscuro, que da nombre al último disco de Capella de Ministres, se aprecia también en los textos melódicos: pasión, amor no concluido, locura, deseo, etcétera.
La música de entonces se basaba en la tradición oral. Como la cultura, accedían a ellos los ilustrados y los que tenían poder. El presente es diferente. La música se ha democratizado. En este punto, Magraner se permite una licencia sobre los ritmos actuales: «El reguetón sería una pesadilla para don Quijote y Sancho».
'Claroscuro' está compuesto por una veintena de pistas dividas en cuatro bloques incluido un prólogo al oyente. Bajo dirección de Carles Magraner, intervienen en el trabajo la soprano Delia Agúndez; Robert Cases, guitarra barroca y tiorba; y Sara Águeda, arpa de dos órdenes.
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