El tatuaje se encuentra desde este jueves a la vista del gran público en el centro cultural CaixaForum Valencia. El espacio ha inaugurado la exposición 'Tattoo. Arte bajo la piel', una propuesta que recorre la historia que acompaña a esta práctica y su extensión ... por todo el mundo y que sitúa a España como sexto país en tatuados. Del mismo modo que un dia el cine, otro el cómic y más adelante el arte urbano -los grafitis- pasaron de la calle a los espacios culturales, también lo ha hecho el tatuaje. Esta es una de las explicaciones que han facilitado los responsables de la iniciativa al presentar la exposición más «completa realizada nunca» sobre el tatuaje y llega a Valencia tras viajar alrededor del mundo.
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Estará en la capital del Turia hasta el próximo 27 de agosto demostrando que tatuar y tatuarse va mucho más allá de mostrar en el pecho o en el bíceps la inscripción 'amor de madre' o de seguir los pasos de la tendencia que en los últimos años han popularizado los futbolistas.
La presentación ha tenido lugar este jueves a cargo de la directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundació 'la Caixa', Isabel Salgado; el director del Caixaforum Valencia, Álvaro Borrás; la directora de Desarrollo Cultural del Musée du Quai Branly, Christine Drouin; y el coordinador del proyecto expositivo, Adrien Flament.
El Ágora es ahora un paisaje cultural que el espectador puede recorrer a través de 240 piezas. La visita sigue el trazado marcado por una práctica que con los años ha ido incorporando nuevas técnicas y estilos diferentes al tiempo que conquistaba territorios hasta convertirse en un fenómeno global, propio de la cultura de masas que ha conquistado tras abandonar la marginalidad que vinculaba esta práctica con «la calle, el ejército y la prisión» y una manera de evitar la propia identidad. Algo que ahora ha cambiado para mostrarse como un medio para reivindicarse a uno mismo.
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Entre las piezas que se muestran destacan una pluma eléctrica que presentó el inventor Thomas Edison en 1877, el antecedente de la actual máquina de tatuar; un baúl para transportar las herramientas de los tatuadores ambulantes o un retrato en acrílico de Atoria, artista de sideshow de la década de 1920. Tatuajes faciales procedentes de Birmania, Túnez, Argentina o Australia, junto con un álbum original de Rich Mingus con fotografías, postales y fragmentos de publicaciones periódicas también forman parte del conjunto de piezas que prestan especial atención a la tatuadora filipina Whang-od Oggay, de 105 años, y considerada la última maestra que utiliza el tatuaje a mano.
Recreaciones de piernas, torsos y hasta cuetrpos enteros tatuados, en blanco y negro y color, demuestran cómo la milenaria técnica ha llegado hasta nuestros días guiada por los estilos y gustos que la demanda de cada tiempo le ha exigido.
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La exposición, producida y organizada por el Musée du Quai Branly - Jaques Chirac de París y la Fundación »la Caixa», propone la visita desde el punto de vista antropologico. La muestra sigue a tatuadores y tatuados a través de épocas y continentes para explorar las confluencias que han convertido el tatuaje en una forma de expresión artística mundial. Entre ellos se encuentra la tatuadora filipina Whang-od Oggay, de 105 años, considerada como la última maestra que utiliza el batok (tatuaje tradicional hecho a mano).
«La muestra explora el universo del tatuaje y propone una mirada única y singular sobre esta práctica ancestral», ha explicado Flament, además de incidir en que es la primera en presentar la «dinámica artística y su historia» a través de diferentes artefactos y desde un enfoque contemporáneo. En definitiva es «la primera que presenta el tatuaje como arte por derecho propio», ha apuntado.
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Isabel Salgado se ha detenido en otro aspecto al apuntar que se trata de una propuesta que «coge el pulso a la cultura contemporánea», el camino por el que quiere transitar CaixaForum con una mirada «muy transversal, histórica y antropológica», pero también «contemporánea». El director del espacio ha añadido otro valor: «Un reconocimiento a los tatuadores y a los tatuados». Borrás ha remarcado el «estatus artístico inapelable» de los tatuajes, un «fenómeno social, cultural y gobal» que tiene sus propios códigos, géneros y referentes.
El público se enconatrará con cinco secciones distintas. De cada una extraerá la historia de etapas de la historia de los tatuadores y los tatuajes a lo largo del tiempo y de los continentes. Pero, además, podrá disfrutar del enorme atractivo que encierra en ese patrimonio cultural las obras contemporáneas.
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