
Luis Miguel Seguí: «Amo el teatro con toda mi alma, pero he querido hacer un paréntesis»
Luis Miguel Seguí | Actor ·
El intérprete alicantino ha rodado en la ciudad 'Amor en polvo', la ópera prima de los valencianos Juanjo Moscardó y Suso ImbernónSecciones
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Luis Miguel Seguí | Actor ·
El intérprete alicantino ha rodado en la ciudad 'Amor en polvo', la ópera prima de los valencianos Juanjo Moscardó y Suso ImbernónEl filme que, previsiblemente, se podrá disfrutar a mediados del próximo año, ha supuesto la vuelta a la gran pantalla de Luis Miguel Seguí. Quien, durante los últimos meses, también ha participado en Valencia en la película del director Achero Mañas, 'Un mundo normal'.
-¿Cómo ha ido el rodaje de 'Amor en polvo'?
Estoy muy contento y muy feliz. Al principio, Suso y Juanjo, me propusieron un personaje que se parecía a lo que me suelen ofrecer. Como Leo en 'La que se avecina', que no es que sea uno de los personajes que más se adaptan a mí, sólo que tuve la suerte de conseguir mucha fama. Pero, en esta película, que tiene cuatro protagonistas, estaba Lucas, un triunfador que viene de Londres y era un reto, así que les pedí hacer ese, me hicieron el casting y se quedaron sorprendidos. Estoy encantado de que me hayan dado la oportunidad de hacer otro tipo de papel.
-¿Y su vuelta al cine?
Volver al cine siempre es una gozada, me encantan la televisión y el cine. He pasado una temporada en la que no me apetecía mucho hacer lo que me ofrecían y me fui a Estados Unidos. Pero, en esta película, los directores me decían: «Te pones la cámara delante y te creces». Hay una cosa inconsciente, interna, que hace que disfrute mucho con mi trabajo.
-Se ha reencontrado con Macarena Gómez.
Tenemos muy buena relación y somos buenos amigos. Cuando leí el guion les di la idea de Macarena a los chicos. Ella estaba con otra película, pero ha podido combinar todas las fechas. En la otra pareja de la peli ellos tienen 40 años, está consolidada, con rutina en el sexo y han perdido magia y pasión. Pero, en la nuestra, ellos se conocen en un bar en el que van a hacer un intercambio de parejas, hay un flechazo y se enamoran. Se agradece mucho hacerlo con una persona con la que tienes tanta confianza, porque eso queda reflejado en el resultado final.
-¿Cómo definiría esta ópera prima?
Cuando leí el guion la primera vez me gustó muchísimo, pero es verdad que hasta que no lo lees varias veces, no te das cuenta de los detalles y matices que tiene. Todas las relaciones van mucho más allá de lo que parece. Puede aparentar una comedia romántica de enredo, pero hacen un análisis de las relaciones de pareja y sus situaciones bastante profundo. Además, ellos han sido muy puntillosos y han ido estrujándonos, nosotros dábamos propuestas, pero lo tenían muy claro y lo querían de una manera específica. Estoy seguro de que van a tener un resultado magnífico y que va a dar mucho que hablar.
-¿Goya a la dirección novel?
Sería fantástico (ríe). Para ellos y para nosotros. Y podría ser, ¡debería ser!
-Confiese, como en la película, ¿le atraen los intercambios de parejas?
No, a mí personalmente, no (ríe).
-Vayamos al panorama cultural, ¿estamos ante un resurgir del cine español?
Sí. No sólo del cine, sino de la ficción en general. Cada vez tenemos mayor calidad en todas las producciones, no hay más que ver el éxito de 'La casa de papel' que ha triunfado en todo el mundo. Y creo que no han triunfado más series porque las nuevas plataformas, como Netflix, están surgiendo ahora. Nuestros grandes problemas siguen siendo la difusión y la distribución. Muchas veces se estrenan buenas películas con poquitas copias y que aguantan en el cine muy poco tiempo. Pero sí, no es que yo lo crea, es que es evidente, la calidad de la ficción española está a un nivel que ya no tiene nada que envidiar a la europea o a la americana.
-Pero, ¿cree que el fin de la crisis dará alas a las salas?
No lo sé. Creo que el Gobierno debería echarnos una mano. Me da igual PP o PSOE, nadie ha hecho nada nunca. Tenemos como ejemplo el modelo del cine francés, que tiene sus peculiaridades y habría que adaptarlo, pero no haría falta que el cine tuviera subvenciones. Al igual que en Francia lo que se paga en las taquillas va a para el cine francés, en España se podría hacer algo parecido. Pagar un euro más o menos no va a hacer que la gente deje de ir y ese dinero vendría muy bien para ayudar al cine español.
-¿A qué se refiere con «echarnos una mano»?
Se tendría que trabajar más por la industria y conseguir acuerdos. Tenemos asignaturas pendientes: la distribución, el márquetin, el lanzamiento y la publicidad. Cuando las películas son de Antena 3 o Telecinco ellos sí se ocupan mucho y el lanzamiento tiene muy buena acogida. Pero, si el público no se entera, es muy difícil que la gente vaya a ver una película. Espero, de una manera romántica, que en algún momento se avance, pero mi esperanza merma.
-Ha mentado a las nuevas plataformas, ¿qué opinión le merecen?
Es mucho más bonito ver una película en el cine, con una gran pantalla y un sonido estupendo, pero, si no hacemos nada por cuidarlo, al final se lo quedan todo los americanos y se cierran cines. Lo ideal sería que el cine llegase al público en las grandes salas, pero si no, al menos que sea a través de la televisión. Lo importante es que la gente lo vea.
-También ha rodado Almodóvar por estos lares, ¿qué tiene esta tierra como escenario?
Hace muchos años, cuando estaba la Ciudad de la Luz, que eran unos estudios a la altura de los de Hollywood y para hacer grandes producciones, se hizo un estudio sobre el Mediterráneo. Concluyeron que era la zona de Europa que más luz tenía al año, con parajes de desierto, montaña, con zonas verdes, mar… Estamos en un enclave ideal para que se puedan rodar todo tipo de películas, un lugar idílico. Con localizaciones, naturales y artificiales, fantásticas. Y con grandes profesionales. Si los americanos, o los ingleses, tuvieran una comunidad como la valenciana en el cine ya le habrían sacado una alta rentabilidad.
-¿Espera un cambio cultural con este Gobierno?
(Ríe) ¿Tengo que responder? Ni lo esperaba antes, ni lo espero ahora. Ojalá me sorprendieran, pero perdí la esperanza hace mucho tiempo. Creo que el cambio cultural lo tenemos que hacer los profesionales. Hay que buscar un modelo de empresa de la cultura que pueda salir de la mejor manera posible al mercado y con todo regularizado.
-¿Regularizado?
En Estados Unidos y Londres los artistas hacen la declaración de la renta cada tres años, porque en nuestro sector, en un momento dado tienes mucho trabajo y en otro no tienes nada. Y es un poco injusto que cuando va bien te peguen un palazo y cuando no tienes nada no puedas pedir ni paro. Igual la culpa es nuestra y no del Gobierno, de reunirnos, pensar las cosas, preparar un plan e insistir hasta que se apruebe. Pero, en este país parece que es muy complicado todo, nunca se llega a ningún acuerdo.
-Tras ocho años dejó 'La que se avecina', ¿es usted es de cerrar puertas?
Cuando algo termina, termina. No soy nostálgico, mis objetivos y mis metas siempre están delante. Estaría encantado de volver a trabajar con Laura y Alberto (creadores de la serie) porque guardo un recuerdo estupendo y fue un lujo, pero, ya lo hice y terminó.
A veces me llaman por los personajes, pero muchas veces me llaman por mi nombre, cosa que me sorprende. El otro día entrando en casa, un chico vino y me pidió una foto y me llamó por mi nombre y me sorprendió.
-Luego se embarcó como agente en 'Olmos y robles' y ahora en este filme, se puede decir que la serie no le ha encasillado…
Yo me lo he currado bastante. Cuando me ofrecían cosas que tenían que ver con lo mismo les decía: «Muchísimas gracias, pero prefería hacer otra cosa». Me ha costado, de hecho, estoy en ello todavía. Soy un actor que tengo muchos recursos y se ha podido ver en el teatro, pero la gente que hace cine o televisión no va mucho al teatro. Y por mucho éxito que tengas, con obras de casi medio millón de espectadores, que es muchísimo, en cualquier serie o película, por mal que vaya, te ve un millón de espectadores. Para conseguir eso en teatro debes estar con la función a diario durante diez años y llenando todos los días, los aforos son entre 500 y 1.000, ve sumando hasta que llegues al millón.
-¿Cómo está de salud el teatro?
Siempre digo que es la hermana pobre de la cultura. Es un poco penoso, se tiene muy poco en cuenta. Por poner un ejemplo, de cine y televisión hay revistas especializadas, pero en el teatro sólo están las que hacemos los de teatro y se distribuyen dentro. Somos los olvidados, lo pobre la cultura, pese a que tiene una gran riqueza. Los musicales tienen más dinero y hacen una muy buena difusión, pero el teatro tiene medios muy limitados.
-Pero, es la esencia de la interpretación…
Es lo que más alegría y felicidad te da, donde más te realizas. Es el actor en estado puro, empiezas la función y la terminas, sin cortes, estás tú solo y todo depende de ti. En la televisión se puede repetir y si algo no está bien se monta con distintos planos, hacemos un montón de trucos y vemos a un actor que está un poco flojo en rodaje, perfecto.
Cantar me gusta mucho y ahora voy a empezar con el baile, porque mi amigo Ernesto Alterio me ha insistido. Es muy bueno para los actores. También voy a retomar mis clases de guitarra y quiero dedicarle tiempo al canto. No es que sea un cantante maravilloso, pero cuando me lo preparo muy bien, queda aparente (ríe).
-Pero, ¿con cuál se queda?
El teatro es mi amada siempre. Pero, en este momento de mi vida, me quedo con el cine y la televisión. Cuando nos divorciamos (de Antonia San Juan) me sentí muy saturado de teatro, porque es maravilloso cuando está a tope, pero luego llegas a otra plaza y está a la mitad. Por un lado ganas y por otro pierdes y todo el rato es así. Amo el teatro con toda mi alma, pero he querido hacer un paréntesis. Dentro de no mucho, volveré.
-¿Se decanta por la comedia?
Me vale cualquier género. Me siento muy bien en la comedia, la domino bastante, pero ahora preferiría no hacerla. En esta última película, la comedia está más en la pareja, en la seducción entre ellos, hay fricción sexual de flechazo. Es de sonrisa, pero no de carcajada. En este momento de mi vida prefiero haciendo otras cosas me siento como un niño con zapatos nuevos.
-¿Algún proyecto a la vista?
Sí, alguna película, pero no sé si finalmente saldrá. En España siempre pasa lo mismo, te cogen para algo y luego vienen las rebajas. No sólo necesitas propuestas, luego está la negociación y el acuerdo, que yo no pido que sea bueno, sino, simplemente, que sea digno. También tengo un largometraje que he escrito y que rodaremos el año que viene.
-Cuénteme eso.
Es una 'road movie', de comedia, una especie de 'Hangover' o 'Very bad things'. Son tres amigos que están muy mal de pasta y la vida les ofrece la posibilidad de hacer un negocio un poco ilegal. Se aventuran en una cosa que parece sencilla, pero después resulta que les sale muy mal todo y la situación les supera.
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