M.P.
Lunes, 10 de mayo 2021, 16:14
'Cuarto Milenio', programa que presenta Iker Jiménez en Cuatro, ha rendido este domingo un homenaje al arquitecto valenciano Rafael Guastavino Moreno. «Casi nadie lo recuerda y fue el arquitecto español que creó el concepto del Nueva York moderno. Su vida es de leyenda», ha asegurado el presentador durante la presentación del reportaje.
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El programa ha contado con la presencia del escritor Javier Moro, autor del libro 'A prueba de fuego', y de Amparo Donderis Guastavino, familiar del arquitecto.
Donderis Guastavino, archivera de Sigüenza y descendiente del arquitecto, ha destacado a través del reportaje «las grandes obras» que construyó en Nueva York y ha denunciado el hecho de que no tuviera reconocimiento en su país. «Hay más de 1.000 edificios en toda la Costa Este, no sólo en Nueva York, si no también en otras ciudades importantes, y se lamentaban de que una persona que había llegado tan alto, que había llegado a ser un arquitecto tan importante en Estados Unidos, fuera un gran desconocido en España«, ha explicado en el documental.
«A mi madre, cuando lo contaba en el colegio las monjas le reprendían, le decían que era imposible que tuviera un tío, gran arquitecto en Estados Unidos, millonario, que se había relacionado con las grandes celebridades de aquellos años», ha dicho. Es por ello, ha recordado, que «la familia decidió guardarlo dentro de la historia familiar y no sacarlo fuera».
Por último, la familiar del arquitecto ha querido recordar la frase que Norman Foster dijo en su día: «No se puede entender la arquitectura de los Estados Unidos si no se estudia previamente a Guastavino«.
El programa ha recordado la figura de Guastavino a través de sus obras. Nació en Valencia, en 1842, «en una familia muy humilde». Según ha descrito el espacio, «su padre era carpintero y él de pequeño jugaba al lado de edificios emblemáticos que después trataba de reproducir en Estados Unidos».
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De su figura han resaltado, además, que este «hombre y genio» viajó a Estados Unidos «sin dinero y sin saber inglés», consiguiendo convertirse en uno de los grandes arquitectos de la historia norteamericana.
Por la «mala situación económica» de la familia, han contado, Guastavino es enviado con un tío suyo a Barcelona a la edad de 14 años para comenzar allí sus estudios como maestro de obra. Es en Barcelona donde empieza, a través de los contactos de su tío, a trabajar diseñando edificios.
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Con los años, después de separarse de su esposa en 1881, Rafael Guastavino se marcha a Nueva York con su hijo menor, «fruto de una relación con la criada de la casa familiar». Allí empieza de cero, pero «su ingenio le permite que sus técnicas arquitectónicas dejen literalmente boquiabiertos a los ciudadanos estadounidenses».
En aquella época, la mayoría de los arquitectos americanos se encontraban con el problema del fuego en las edificaciones. «Guastavino sabe ver una técnica ignifuga para los edificios, patenta unos ladrillos que traía de Valencia y es capaz de demostrar que su arquitectura es resistente al fuego, algo hasta el momento desconocido en el país de las oportunidades«. »Rafael Guastavino construye un pequeño edificio, lo quema y llama a la prensa para que lo vea (…) En aquel momento el tema del fuego era un asunto muy sensible en Estados Unidos y Guastavino cautivó por completo a la población americana«, aseguran.
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