R.G.
Valencia
Viernes, 25 de agosto 2023
El programa 'First Dates' es bien conocido por organizar citas a ciegas en su restaurante para que solteros y solteras vayan a encontrar el amor. Desde su estreno en 2016, en el espacio presentado por Carlos Sobera se han vivido todo tipo de situaciones y se han sentado a cenar cientos de parejas en busca de su media naranja. Y, claro está, 'a ciegas' implica que ninguno de sus comensales sabe con quien va tener que pasar la velada. Lo último que uno espera, desde luego, es compartir entrantes con un futuro asesino.
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El pasado mes de junio, el salón del 'First Dates' presenció una de las citas más polémicas y breves del programa. Eloy, el presunto asesino de Córdoba, no se entendió muy bien con Mercedes, una sevillana a la que calificó de 'maleducada'.
Eloy es un varón de 44 años, soltero y sin hijos procedente de Córdoba. Se dedica a la hostelería, aunque en otro momento de su vida fue militar. Estuvo en la unidad canina de seguridad y adiestraba perros para el ejército.
Tal como contó al programa, el cordobés nunca había tenido suerte en el amor y no había mantenido en su vida una relación 'seria'. El soltero, casero y poco salidor, buscaba encontrar una pareja formal y decidió probar suerte en el programa de Cuatro. «Tampoco le voy a exigir más de lo que yo le puedo dar. Quiero una persona, normal y buena, con la que congenie y pueda disfrutar de la vida» dijo el cordobés en su llegada al restaurante. Aseguraba estar «abierto a todo» y no tener preferencias físicas.
A pesar de que son muchos los que salen del programa de Cuatro habiendo encontrado el amor, este no fue el caso de Eloy y Mercedes.
Mercedes es una sevillana de 40 años, hostelera y trabajadora en el servicio doméstico. En su llegada al programa informó que sus parejas nunca le habían respetado y que buscaba un «hombre fiel». Y, aunque quizás Eloy podría haberse convertido en la persona que estaba buscando, ella no le dió tregua.
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En cuanto lo vio llegar por la puerta del salón apareció en su rostro una mueca de desagrado. Poco tiempo después, confirmaba las sospechas de todos los espectadores: «No me llama nada la atención, no me gusta», aseguró Mercedes en privado. «Lo que me llama la atención es que no tenga pelo, no me gustan los hombres así, calvos. No me atraen físicamente. No lo veo yo como de prototipo de hombre para mí».
Sin embargo, lo curioso de la situación fue que Mercedes también le comunicó al cordobés su desagrado una vez sentados en la mesa. «No eres de mi estilo porque no me gustan los hombres calvos» le dijo. Eloy, presa del desconcierto, contestó: «Y a mí me gustan delgadas, así que obviamente no nos gustamos ninguno de los dos».
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Después del tenso momento, Eloy decidió abandonar la mesa y dejarla plantada. Después del encontronazo, se desahogó en privado: «No la soporto. No soporto su mala educación. Me he dado cuenta de que es una persona muy maleducada y no lo soporto. Mira demasiado el físico de la otra persona, cuando ella ni siquiera se ha mirado a sí misma. No es tampoco una belleza. Tiene que ser más comprensiva y tener más relaciones con otras personas».
Dos meses después de su paso por el programa, la noche del 15 de agosto, el exmilitar se citaría con un amigo suyo en el bar La Fuente, del barrio de Santuario en Córdoba. Los dos frecuentaban el local asiduamente y, además, el cordobés había trabajado en él como camarero tiempo atrás.
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Los informes revelan que entre ambos surgió una acalorada discusión que fue escalando poco a poco y que provocó la expulsión de Eloy del local. Éste permaneció en la terraza con una copa en la mano y en un momento de furia, aprovechando que el dueño del local había abandonado el establecimiento para sacar la basura, entró en el bar, se dirigió a la cocina, cogió un cuchillo de grandes dimensiones y, en un intento de degollar a su amigo por detrás, acabó asestándole 27 puñaladas.
Los testigos allí presentes intentaron frenar los hechos, incluso algunos de ellos llegaron a lanzar muebles al agresor. El escándalo alertó al propietario del local, quién entro de nuevo en el bar y a gritos consiguió que Eloy parase. El presunto asesino, con una espeluznante frialdad, se encerró en el baño del establecimiento para limpiarse la sangre hasta que la Policia Nacional llegó para arrestarle.
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La víctima fue trasladada al Hospital Reina Sofía, donde falleció a causa de las múltiples heridas a pesar de que los sanitarios intentaron transferirle «hasta diez bolsas de sangre», según informó uno de los vecinos.
El comportamiento del homicida tras los sucesos no pasó desapercibido. Cuando la madre del cordobés acudió consternada al local, poco tiempo después de lo ocurrido, aseguró que su hijo «había sufrido un ataque psicótico» y que no era la primera vez que tenía uno.
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En los últimos días, Eloy se ha enfrentado a un proceso judicial en el Juzgado de Instrucción número 7 de la ciudad. El detenido no hizo declaración alguna y fue decretado el pasado viernes su ingreso sin fianza en prisión provisional. Posteriormente, el preso fue enviado al módulo de psiquiatría del centro penitenciario de Alcolea.
Sus conocidos lo consideraban un individuo muy tranquilo y poco conflictivo. Sin embargo, aunque nadie tenía conocimiento de trastornos mentales en su historial, los días previos al homicidio se habían propagado rumores de que Eloy sufría algún tipo de esquizofrenia.
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La psicóloga Claudia Nicolasa, que ha publicado en Youtube un video analizando la cita de Eloy y Mercedes para establecer un perfil psicológico del cordobés, descarta la psicoptía.
Su principal argumento es que el autor del crimen fue trasladado al módulo psiquiátrico nada más cometer el homicidio.«Si una persona comete un asesinato y directamente pasa a psiquiatría, nos informa de que seguramente ya hubiera un diagnóstico y un historial psiquiátrico.» afirma en el vídeo. La psicopatía es una desviación de la personalidad que no afecta a la percepción de la realidad ni al control y consciencia de los actos de una persona. «La psicopatía no es un trastorno que tenga un tratamiento ni mucho menos una cura, por lo que no es un diagnóstico para entrar en psiquiatría ni para recibir una reducción de condena», zanja la experta. Por tanto, se deduce que Eloy padece de algún tipo de trastorno mental, pero no es un psicópata.
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