Cuenta el sacerdote Jesús Corbí que le reconocen por la calle. Es normal, es el 'cura de la tele', siempre dicho con cariño y ... respeto. Desde 2020, justo en plena pandemia, se convirtió en el rostro que imparte la misa en À Punt. Los domingos por la mañana a las 10 horas, puntual y habiéndose preparado el sermón (lo hace cada semana), se asoma a la ventana de la televisión pública para «hacer llegar a todo el mundo la palabra de Dios». Y tanto que lo hace porque, incluso, cuando la tele valenciana dejó de emitirlas –luego las recuperó– fue muy beligerante y crítico con una decisión que, en sus palabras, «dejaba sin Eucaristía a personas mayores, niños y valencianos impedidos que no podían salir de sus casas». Además, este sacerdote valenciano y que da misa en valenciano, cumple este domingo 200 misas en antena. Todo un logro para este sacerdote que llega a los espectadores desde su Parroquia de la Asunción en Torrent.
Publicidad
–¿Le gusta que le digan eso de lo del 'cura de la tele'?
–Sí. No me molesta y me resulta simpático. En alguna ocasión, yendo por la calle, la gente me ha reconocido. Me ha pasado que hasta un grupo de chavales me ha gritado: «Viva À Punt».
–¿Siempre le han tratado con cariño?
–Siempre. Nunca he tenido ningún incidente. La gente es muy cariñosa.
–¿Qué se siente al ser el rostro de la misa en la televisión pública de los valencianos?
–Es una responsabilidad muy grande. Comenzamos a emitir en tiempo de pandemia y era la única forma en la que la gente podía asistir a misa. También teníamos en la parroquia un canal de Youtube. Normalmente, cuando predicas la palabra de Dios tienes enfrente a gente con la que celebras la Eucaristía. Pero en este caso era más difícil porque tenía que adaptarme, debía ser más actual para que llegase a toda la gente.
Noticia relacionada
–Cuando À Punt canceló la emisión, fue muy combativo con ello, fue muy crítico. Luego, se recuperó la misa.
Publicidad
–Sí que fui algo beligerante porque me di cuenta de la gran pérdida que era aquello. Lamenté mucho que dejaran de hacerlo, fue duro. Hubo una gran respuesta de la ciudadanía, que incluso envió solicitudes a la cadena para que se recuperara. Y he de decir que la dirección de À Punt supo reaccionar y gestionar la vuelta a la parrilla. Todo fueron facilidades y siempre que he sugerido algo, no me han puesto ningún problema.
–Ha hablado antes de responsabilidad, pero ¿siente que es mayor cuando ve que, en ocasiones, la audiencia de la misa es superior que la media de la cadena?
–Bueno, eso me da más responsabilidad, sí. Pienso que es un programa que los espectadores valoran y aprecian. Eso me hace mucha ilusión, me da alegría. Sé de gente que no es especialmente creyente, que es agnóstica, y que nos ve y que luego me dice que mis palabras le han hecho reflexionar. Eso, para un sacerdote, es muy importante, porque lo que quieres es que la palabra de Dios llegue a todas partes.
Publicidad
–Así que le ven los no cristianos...
–Sí. Esa es una de las cosas buenas de que se emita la misa en una televisión pública. Porque quien es cristiano, busca cadenas que lo son. Pero quien no lo es y nos ve, a veces por curiosidad, se queda.
–¿Cómo es impartir la palabra de Dios en valenciano?
Publicidad
–He de decir, aunque no sea políticamente correcto, que pastoralmente a mí me daría lo mismo dar la misa en valenciano, en castellano o en latín. Pero celebrarla en valenciano, que es mi lengua materna, es un gozo para mí. Creo que se debe fomentar la liturgia en valenciano y À Punt está haciendo un servicio muy importante. Sobre todo porque igual que se fomenta en valenciano el lenguaje deportivo o el político, se tiene que hacer con el religioso en nuestra lengua.
–¿También es una forma de que crezcan los feligreses?
–Lo que pasa en el interior de cada uno, sólo Dios lo sabe. Aunque en algún caso se han presentado en la parroquia queriendo hablar conmigo o con algún sacerdote, para confesarse o confirmarse, incluso para reconciliarse con Dios. Incluso, algunas personas han venido para comentar algún problema conmigo, simplemente porque me habían escuchado por la televisión.
Publicidad
–¿Tiene 'misa' para rato?
–No depende de mí. Yo lo hago con mucho gusto porque es un encargo del Arzobispado de Valencia. La verdad es que me encuentro bastante cómodo aunque es un esfuerzo cada semana para mí, porque tengo que preparar la homilía. Pero estaré aquí hasta que el Arzobispado quiera. En su momento, por encargo de don Carlos Cañizares y ahora, de don Enrique Benavent.
–¿Tiene tiempo de ver À Punt? ¿Se ve en la pantalla?
Noticia Patrocinada
–La verdad es que no suelo ver la televisión, lo único que veo a veces son las noticias. Pero desde la primera retransmisión de la Santa Misa, desde À Punt han tenido la delicadeza de, al día siguiente porque la Eucaristía es en directo, enviarme el vídeo. Yo lo reviso, veo en qué puedo mejorar. Porque la celebración no sólo son palabras, hay signos, colores... y quiero que haya un ambiente muy bonito.
–¿Celebrar la misa número 200 es un hito?
–Yo soy el primer sorprendido (ríe). Me lo dijeron desde À Punt hace unos días. Nunca me había parado a contarlas. Lo que pensé es que cuantísimo he hablado (vuelve a reír). Es una satisfacción y una alegría. Espero que se mantenga la audiencia.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.