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Jueves, 24 de diciembre 2020, 15:53
Se acabó. La peor noticia ha llegado a Mirador de Montepinar: los vecinos tienen un mes para abandonar sus casas. La justicia ha decidido que el inmueble está en pleno trazado de la carretera de circunvalación M-60, por lo que tienen que marcharse.
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Ninguno de los vecinos imaginaba lo que estaba a punto de suceder y que cambiará sus vidas para siempre. La página web del programa, en Telecinco, cuenta como Antonio, como presidente todopoderoso, recogió la carta certificada que marcará el destino de los personajes de 'La que se avecina'. Se disponía a leerla, pero era tan larga que se le pasó a Enrique. El concejal fue el encargado de transmitir la noticia a todos los vecinos. Y para que a nadie le quedaran dudas, resumió lo que pasará con solo tres palabras: «¡Que nos expropian!».
Cuando se había desvelado por fin el enigma del moroso de Mirador de Montepinar, con la llegada de un pequeño y peludo vecino y tras el inesperado cambio de Alba, se confirmaba uno de los desenlaces de la serie más largamente esperados por los seguidores.
Alberto Caballero, el creador de 'La que se avecina' ya lo había adelantado: «Estamos desarrollando todo el nuevo formato en un nuevo edificio. Estamos viendo cómo y dónde lo grabamos». Aún no está claro dónde estará el nuevo edificio y Caballero desveló que están barajando distintas opciones: «Nos están ofreciendo edificios de verdad, pisos turísticos que están jodidos y ven con buenos ojos alquilar un edificio para un rodaje», explica. ¿Estará en la periferia o en el centro urbano? De momento nada se sabe. El desenlace se conocerá en la próxima entrega de la serie.
La fatídica noticia llegó, como siempre, en plena junta. Todos los vecinos estaban reunidos consolando a Ongombo. Su madre acababa de morir por un infarto provocado por Amador y, por si fuera poco, Carlota le había dejado porque estaba enamorada de su hermano. Pero el conserje no era el único que lo estaba pasando mal: Fermín y Vicente se van a divorciar y Antonio Recio había perdido a Pizarro, un perro que se encontró en la calle y que se había convertido en «el hijo que nunca tuvo». Pero su auténtico dueño lo reclamó y se lo llevó dejando al mayorista hundido. .
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