El padre de 'El Yoyas' increpa y amenaza a una reportera de 'Fiesta'

«A ver la historieta. Como yo haga mi trabajo váis pa'lante los dos. Pero ahora mismo». Así comenzaba el sábado Emma García un nuevo programa de 'Fiesta'. «Muy buenas tardes a todos. Acabamos de vivir este momento, muy tenso, que están viendo. A este programa le han llegado varias informaciones, muy concretas, sobre el posible paradero de Carlos Navarro 'El Yoyas' que nos han puesto sobre la pista y hemos comenzado una investigación que nos ha llevado hasta el lugar donde se encuentra nuestra compañera Arabella Otero. Vamos a recordar que 'El Yoyas lleva más de 100 días en busca y captura y 'Fiesta', tengo que decirlo, ha puesto inmediatamente en conocimiento de los Mossos d'Escuadra toda la información que maneja sobre el exmarido de Fayna», ha explicado Emma García, mirando a cámara, a todos los espectadores.

El programa se ha desplazado hasta la casa familiar ubicada en la provincia de Cataluña y ha hecho «guardia constante durante unos días». Según el magacín, «esta mañana [en relación al sábado] vemos dos perros que relacionamos con Carlos Navarro y un coche que no es del padre de la familia y pertenecería, al parecer, a 'El Yoyas'«, ha explicado la reportera. Tras estas pistas, el equipo decide dividirse para vigilar ambos accesos del inmueble y se percatan de que »hay subida y baja de persianas«.

«Esto nos daría más pistas y corroboraría nuestra versión de que Carlos se encuentra en esta casa escondida», ha añadido la reportera, que considera que, al llegar el resto de la familia solo hay un miembro que falta, Carlos, y es el que podría estar en el interior de la casa.

Los padres y hermanas de Carlos han insistido al equipo del programa que se encontraba allí desplazado que no había nadie en casa, hasta la que también se desplaza una patrulla de Mossos d'Escuadra y llama al timbre, pero nadie abre.

El momento de más tensión llega cuando la familia se ve al equipo del programa en la calle, estallando contra ellos: «A mi familia la dejáis en paz, gilipollas, ¡largo de aquí!», llegan a decir añadiendo, de forma agresiva y señalando con el dedo de forma amenazante, que «como yo haga mi trabajo, vais 'palante' los dos».

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