El soltero empotrador de 'First Dates' que deja ojipláticos a Carlos Sobera y a Matías

Con más de 200 conquistas en su currículum y muy seguro de su físico, Saxa acudió a 'First Dates' en busca de una chica que le robara el corazón y, de paso, a lucir tableta.

«La parte de mi cuerpo que más me gusta son los abdominales, solo hay que verme», aseguró el soltero en su presentación. Aunque no es la única parte de su cuerpo que adora: sus piernas también le encantan. Saxa aseguró ser un ligón de primera, y «en la discoteca ya ni te cuento».

Ha tenido solo dos relaciones serias, pero «sin tirarme mucho el pisto» ha podido estar con unas 200 mujeres. Una afirmación que dejó a Carlos Sobera y a Matías atónitos y asegurando un «¡Vaya noche!».

Susy, su cita, quedó encantada al verle y pensó que era su prototipo de hombre ideal. La joven ecuatoriana defendió a capa y espada al género femenino de su país: buenas cocineras, que cuidan a su pareja, divertidas, que les gusta salir, hogareñas en ocasiones… «La mujer perfecta para cualquier hombre europeo», aseguró.

La soltera intentó contener la emoción y fue conociendo a Saxa poco a poco. Ambos descubrieron ser amantes del deporte para sentirse bien, no para ligar, como puntualizó él.

El soltero busca a una mujer que sepa cuidar al hombre en todos los sentidos y cree que las chicas latinas son muy buenas en ese aspecto. «Salir solo de fiesta es una falta de respeto», aseguró Saxa antes de explicarle a Susy que él liga mucho y que cuando sale de fiesta la cosa se acaba liando.

Saxa y Susy se gustaron y se animaron a jugar al 'Rasca del Amor'. Una de las preguntas era cómo eres en el terreno sexual y el ucraniano malagueño aseguró ser «muy activo, dominante y me gustan sumisas», algo que tiene claro que es Susy «es sumisa, me lo dice mi instinto de empotrador al cien por cien».

También le quiso explicar qué era lo que más morbo le daba, así que le contó que «la lencería, unos tacones y que me chupen el pezón», son cosas que le vuelven loco «me pone perro una cosa mala». Lo de practicar sexo en público tampoco se le da nada mal, pero Susy le advirtió que nunca practicaría sexo en la playa, ni dentro ni fuera del agua.

Al final de la cita, ambos de atrevieron con beso en el cuello y a decirse qué era lo que más les había gustado del otro. Él salió del reservado presumiendo de haberle gustado «a ella y a toda España. Y el que diga que 'no', miente».

En la decisión final, Saxa no dudó en invitar a cenar a la soltera. Ella confesó querer disfrutar de una segunda cita y, de paso, aprovechó para tocarle los abdominales. Sin embargo, él explicó que físicamente no era su tipo y que vivían demasiado lejos para tener una relación.

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