El veto a Orestes en 'El Cazador'

«No queremos a Orestes». Así comenzaba la tarde del viernes en una nueva entrega de 'El Cazador', el concurso de las tardes de RTVE del que forma parte Orestes Barbero desde hace relativamente poco. Y es que la vida del burgalés ha dado un giro radical en el último mes desde que pasara a integrar de forma permanente el equipo de cazadores del programa compuesto por Ruth, Erundino, Lilit y Paz, bajo la dirección del presentador, Rodrigo Vázquez. .

El ahora apodado «Espartano» afronta un nuevo desafío cada tarde en la cadena pública con un formato de preguntas y respuestas que le resulta familiar tras participar en 'Pasapalabra' durante 360 capítulos con los que se embolsó un total de 215.400 euros.

Orestes ya advirtió en su despedida del programa de Antena 3 que con el tiempo quizás volvería a la parrilla televisiva. Dicho y hecho. Tras apenas siete meses, el burgalés ha regresado a un concurso de televisión en el que se siente como pez en el agua y en el que ya se permite lanzar algún chascarrillo propio del burgalés.

Además, los concursantes sabedores de su potencial y sus conocimientos no quieren enfrentarse a él. Ese ha sido el caso de Jokin, participante de este viernes que al ser preguntado por qué cazadores prefería no ver ni en pintura ha contestado de manera tajante: «Vetados tengo vetados a dos. Tengo a Orestes... y Erundino».

Sin embargo y pese a la petición del concursante, el cazador con el que le ha tocado lidiar durante el programa ha sido Orestes. El propio burgalés se mostraba ruborizado ante tal temor: «No sé qué ve en mí», decía sonriente el cazador. Finalmente, el 'Espartano' no ha tenido piedad y ha atrapado al grupo de participantes en la caza final a falta de 11 segundos.

Orestes Barbero nació en Burgos hace 26 años, ha estudiado Filología y ahora la carrera de Filosofía. Se considera una persona que disfruta de los pequeños gustos de una vida cotidiana en continuo aprendizaje. «Me gusta ir a mis clases de aporte humanístico, leer, ver buen cine, contemplar buen arte, las acostumbradas escapadas para conocer nuestro patrimonio natural y humano, y sobre todo las conversaciones sencillas, pero sustanciosas con personas que valen la pena. Me encanta pasar tiempo de calidad con mi gente querida, sea en el plan que sea», explica el nuevo cazador.

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