Persona recorriendo tres de los retratos pertenecientes a la sala 'Identidades'. efe

Valencia exhibe los selfis de los 'influencers' del siglo XIX

CaixaForum acoge una muestra de retratos procedentes del Prado a cargo de Goya, Sorolla, Rosales, Fortuny y Pinazo

Diego González García

Valencia

Jueves, 11 de julio 2024

Antes de los 'influencers' contemporáneos estaban la burguesía y la nobleza y, mucho antes de existir el selfi, ya lo hacía el retrato y el autorretrato. Este jueves 11 de julio, la fundación la Caixa, en colaboración con el Museo Nacional del Prado, trae ... a Valencia a las verdaderas 'celebrities' del siglo XIX en una exposición en CaixaForum titulada 'XIX. El Siglo del Retrato. Colecciones del Museo del Prado. De la Ilustración a la modernidad'.

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Las 159 piezas de la exhibición, algunas de las cuales salen por primera vez de los fondos del Prado, presentan «un conjunto inédito del fenómeno retratista en el preámbulo de la monarquía», explica Álvaro Borrás, director de CaixaForum Valencia. Goya, Madrazo, Rosales, Fortuny y los valencianos Pinazo, Sorolla y Benlliure son algunos de los pintores cuyas obras se pueden observar en las diferentes salas. No obstante, 'El Siglo del Retrato' no se limita a la pintura, sino que se han incluido en ella todas las técnicas: escultura, medalla, miniatura, dibujo, grabado y fotografía.

El espacio se divide a su vez en ocho salas en base a un ámbito temático: 'La imagen del poder', 'El descubrimiento de la infancia', 'Identidades femeninas', 'Identidades masculinas', 'La imagen de la muerte', 'Retratos y autorretratos de artistas', 'Effigies amicorum. Imágenes de escritores, músicos y actores' y 'El artista en el estudio'. Además, en la visita a la exposición se podrán seguir tres itinerarios distintos: las técnicas artísticas, la sociedad del siglo XIX y la indumentaria.

El primer ámbito de la exposición, 'La imagen del poder', muestra cómo el siglo XIX dio protagonismo a reyes, ministros y otros personajes públicos. Desde sus inicios, el retrato siempre se ha encontrado asociado al poder económico, social y político que las figuras poseedoras del mismo deseaban mostrar y perpetuar. «Nuestro propósito era ilustrar los cambios sociales habidos en el siglo. El retrato va a ir dando cuenta de estos, inaugurando así una aceleración del tiempo histórico que cada vez es mayor y que nos lleva al mundo de hoy muy rápidamente«, explica el comisario Javier Barón.

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A partir de la Ilustración se abrió paso una nueva mirada sobre la infancia. En lugar de concebir a los niños únicamente como futuros adultos, se estimó que eran importantes en sí mismos. Así, la niñez comenzó a verse como una etapa privilegiada, pues en ella brillaban virtudes como la gracia y la inocencia que la influencia negativa del mundo no habían hecho desaparecer aún. De esta etapa cabe resaltar los homenajes a Velázquez en las obras de Leonardo Alenza y Joaquín Sorolla, y el retrato de su hijo del artista valenciano Ignacio Pinazo.

El retrato femenino y, en menor medida el masculino, evidencia su rango social a través de la indumentaria y la joyería. «La mujer ofrecía más atractivo para el retrato que el hombre, cuya sobriedad y carácter poco emotivo ofrecían menos posibilidades al pintor que la mujer, que demandaba una presencia mayor como cliente del retrato», expresa Javier Barón. La indumentaria, la joyería, los peinado, el mobiliario e incluso las flores que acompañan los retratos de las mujeres, todo ello evidencia su clase.

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Como uno de los tres ejes de la exposición, la vestimenta también influye en el cambio que se da en los retratos masculinos. De hecho, según cuenta el comisario, «el origen del traje de hoy deriva de la nueva moda que se impone en la burguesía a partir de los años 20. Los banqueros deben mostrar una presencia de sobriedad que les permita parecer más fiables ante sus clientes, y por eso empiezan a vestir con colores oscuros y trajes muy sencillos en comparación con las casacas del siglo XVIII«.

El ámbito de la muerte es especialmente importante dado el interés que adquirió este tema en el XIX y que, junto al descubrimiento de la infancia, los niños y la mujer, consolida 'las cuatro secciones del ciclo biológico de las personas'. En esta sala se pueden ver retratos yacentes de José Nin, Manuel Poy Dalmau y Casimiro Sainz.

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En la siguiente sección, 'Retratos y autorretratos de artistas', el retrato se convierte en una reflexión del artista sobre sí mismo. «Los autorretratos que se hacen pintores y fotógrafos son el precedente claro del selfi. El artista deja de ser un artesano y se convierte en miembro de una burguesía con una formación académica equiparable al escritor o al arquitecto«, relata Barón.

El espacio 'Effigies amicorum. Imágenes de escritores, músicos y actores' reúne retratos de representantes de las artes hermanas de la pintura. Su origen está en las frecuentes relaciones de amistad surgidas entre ellos y en la exaltación de una comunidad de ideales artísticos, estimuladas en instituciones como los Liceos, Ateneos, las Academias y, de modo más informal, en cafés. Llama la atención el retrato de Elinor Glyn, una escritora que acuñó el concepto de 'it girl' con su novela 'It'.

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Y, por último, 'El artista en el estudio' aporta una serie de representaciones de pintores en el interior de sus espacios de trabajo. «El taller cada vez tiene más interés como laboratorio de creación. Ahora es también un lugar de sociabilidad», concluye Javier Barón.

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