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Valencia, tierra de poetas
Otoño literario LAS PROVINCIAS

Valencia, tierra de poetas

La Comunitat, desde Ausiàs March hasta hoy, ha dado grandes versos coronados por la obra de Brines

Laura Garcés

Valencia

Sábado, 5 de octubre 2024, 01:11

Valencia es tierra de poetas. Lo cuenta la historia de la literatura. Desde que hace seis siglos se escribieran los poemas inmortales de aquel Siglo de Oro propio, el perímetro del universo poético valenciano todavía no se ha cerrado; sigue vigente su trazado. Con Jordi de Sant Jordi, Ausiàs March y Sor Isabel de Villena, en el parnaso valenciano se han sentado -por decir sólo unos cuantos-, Gaspar Aguilar –quien bebió de Lope de Vega–; grandes de la Renaixença valenciana como Teodoro Llorente o Wenceslao Querol, así como una larga nómina de autores del siglo XX que desembocan en un referente indiscutible: Francisco Brines, el único valenciano que ha alcanzado la más alta distinción en la literatura: el Premio Cervantes. Brines es, sin duda, el antes y el después.

El poeta nacido en Oliva, con poemas como 'Elca y Montgó', no sólo inmortalizó el espacio –su casa–, también esencias de una cultura, la valenciana: «La tenebrosa muerte de los naranjos / deja ciegos mis ojos; / anaranjada y seca, sale la luna / detrás de un mar de plomo. / Lejana, la montaña respira un aire / azul; la moja el mar…».

Entre el tiempo anterior al Cervantes valenciano y el ahora, la nómina de autores es extensa. Miguel Hernández, Max Aub –afincado en Segorbe–, Xavier Casp, Gil Albors, Gil Albert, Carmelina Sánchez Cutillas, María Beneyto, Vicent Andrés Estellés, Francisca Aguirre (Premio Nacional de Poesía), Guillermo Carnero, Molina Foix, Jaime Siles, Vicente Gallego, Carlos Marzal (Premio Nacional de Poesía), Antonio Cabrera (Premio Nacional de la Crítica), José Saborit, Rafael Soler... Y seguro que alguno más, en una u otra década del siglo XX echaron la semilla de quienes hoy, ya en el primer cuarto del XXI, llenan de contenido lírico una nueva generación literaria que en buena medida lleva nombre de mujer: Lola Mascarell, Bibiana Collado, Elsa Moreno, Ana Noguera y Antonio Praena, autor de origen andaluz –como era el caso de Antonio Cabrera–, que ha desarrollado su obra en territorio valenciano.

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El movimiento ha sido continuo y se muestra imparable. Es más, vive momentos de gloria. Y hoy LAS PROVINCIAS, en la inauguración de la cuarta edición de su Otoño Literario, se suma al viaje poético con un reconocimiento a lo mucho que ha aportado la lírica a una tierra que también inspiró a grandes de la literatura universal como Lope de Vega. El Fénix de los Ingenios durante su estancia en la ciudad del Turia extrajo versos inmortales que hace sólo unos años inspiraron el mensaje promocional de la Comunitat: «Quien lo ha vivido lo sabe».

Este año se celebra el Any Estellés y en 2025 se rendirá homenaje a María Beneyto

Y al hilo de estas relaciones de Valencia con tan ilustre visitante, salta el recuerdo de la poeta Lola Mascarell a Antonio Machado, referente del género cuya presencia en Rocafort anotó escenarios de esta tierra en la cumbre de la palabra dicha en verso: «Estas rachas de marzo, en los desvanes / –hacia la mar– del tiempo; la paloma / de pluma tornasol, los tulipanes / gigantes del jardín, y el sol que asoma, / bola de fuego entre dorada bruma, a iluminar la tierra valentina…».

«Hay que considerar el paso por Valencia de Antonio Machado», advierte Lola Mascarell. Los poemas que escribió el autor andaluz durante su estancia en la localidad de l'Horta Nord, desde donde partió a su exilio en Colliure, tenían un color distinto a los inspirados en Soria. El paisaje, con las emociones que despierta, marca. En esa circunstancia se detiene la autora de 'Préstame tu voz' para afirmar contundente y sin rodeos: «Sí, Valencia es tierra de poetas». Lo es tanto por el origen de muchos autores como por las condiciones que desde siempre destila el aroma de la «cultura mediterránea», advierte la autora para añadir a continuación que ya se hablaba siglos atrás de la «poesía gallego portuguesa como la de la 'saudade', nostálgica; frente a la mediterránea, más alegre, vitalista y sensual». En definitiva, con sello propio para un territorio con personalidad.

Valencia sabe de su potencial creativo, lo atestiguan las letras y el resto de las artes. Sobre todo conoce los resultados ya constatados por el inapelable juicio del tiempo, y hace de ello confesión pública. En 2024, sin ir más lejos, se celebra el Any Estellés con motivo del centenario del nacimiento del autor que escribió «No hi havia a València dos amants com nosaltres. / Feroçment ens amàvem del matí a la nit. / Tot ho recorde mentre vas estenent la roba. / Han passat anys, molt anys; han passat moltes coses...».

«Hay un movimiento poético muy vivo y cada vez hay más espacios para escenificar el verso»

Y en 2025 llegará otra firma femenina. El próximo año se conmemorará el centenario del nacimiento de María Beneyto, para el que ya se sabe que tanto el Ayuntamiento como la Diputación de Valencia, tienen prevista alguna celebración para quien dejó dicho: «Y, con todo, ya veis, no tengo miedo. / Lo tuve, sí, lo tuve cuando era / la luna un círculo de luz helada, / el agua una llamada irresistible, / los árboles un grito monstruoso / de la tierra, y mis manos un extraño temblor. Hoy no. Estoy libre, estoy atenta...».

Verso a verso esta tierra ha tejido el largo poema de su historia, una canción mediterránea que hoy entonan esa generación posterior a Brines y la que sigue a estos al paso del siglo XXI, un tiempo en el que autoras como Elsa Moreno no sólo piensa y escribe poesía, también la interpreta en un escenario en el que se ha extendido «un movimiento poético muy vivo. Cada vez hay más espacios abiertos para escenificar el verso. Son muchos los que van descubriendo el placer de escuchar textos líricos».

Hoy habitan el escenario los inmediatos sensores del antes y el después, de Brines, sus discípulos Carlos Marzal, José Saborit, Vicente Gallego, Antonio Cabrera, junto al indiscutible maestro Jaime Siles. Con ellos ya convive esa otra generación que pisa fuerte consolidándose en torno a Lola Mascarell, Bibiana Collado o Antonio Praena entre otros. Todos, con pluma de alto vuelo, abonan. siembran y recogen la cosecha que en sus genes lleva ese pasado alumbrado por Ausiàs March, Jordi de Sant Jordi, Sor Isabel de Villena, Teodoro, Llorente, Querol Gil Albert, Carmelina Sánchez Cutilas, Xavier Casp, Miguel Hernández, Francisca Aguirre, Estellés, Carnero, Siles y el Cervantes valenciano.

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