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Se llama Juan Vitoria y tiene 30.000 discos. Eso es amor por la música y lo demás son historias. Tal es su pasión por las canciones que suenan al ritmo de una aguja que recorre los surcos del vinilo, que atesora tres decenas de miles de discos. Sí, sí, 30.000. De ellos, 23.000 los guarda en casa. Él es coleccionista, claro, y un día tuvo que cambiar el piso por una casa para poder convivir con su colección. El resto son los fondos de la tienda 'Amsterdam', un rincón de culto para los amantes del rock y otras maravillas que cumple ahora 40 años. Lo va a celebrar con conciertos el sábado 1 de octubre y el próximo 12 de noviembre. Algunos de los mejores grupos valencianos interpretarán clásicos de Bob Dylan, Leonard Cohen, The Velvet Underground, David Bowie, Pixies, Sonic Youth o Teenage Fanclub. La fiesta está servida. La ocasión la merece.
La rareza más singular, el original más buscado, la voz más deseada. Todo está en esa pequeña pero gran tienda que abre sus puertas en Nuevo Centro. "Las paredes son un museo", dice Juan. Y basta contemplarlas para descubrir que no exagera. Están forradas de copias de portadas enmarcadas -los originales los guarda en casa-, carteles de grandes conciertos de Elvis Presley y Hank Wiliams en Estados Unidos, fotos, imágenes que hablan de los tiempos de la psicodelia, fotografías de grandes como Lou Reed, firmas, camisetas, guitarras eléctricas, y sobre todo discos, muchos discos. Algunos autógrafos están en casa como el de Bob Dylan. También el de Paul McCartney. Él es muy de los Beatles, huella bien visible en 'Amsterdam'.
El local 80 del que fue el primer centro comercial de Valencia es más que una tienda, es “un compromiso cultural, un contenedor de arte que no se puede encerrar en una caja. La música es como un bálsamo, igual que la literatura o la pintura". Lo dice Juan y lo pueden corroborar cientos de valencianos que a lo largo de cuatro décadas han pasado por allí en busca de su tesoro particular. Uno a uno han hecho de ‘Amsterdam’ historia de Valencia al mismo tiempo que el establecimiento ha recorrido y recorre la historia de la música.
Hasta ahí la conclusión aprehensible a primera vista. Hay que conversar con Juan para descubrir que ‘Amsterdam’ es de altos vuelos, supera los límites locales. Por allí han pasado la cantante de soul Kim Weston, Stone Roses, Jaime Urrutia, Carlos Berlanga, Alaska, Seguridad Social, Comité Cisne, Carlos Goñi o Presuntos Implicados, por decir unos cuantos, Algunos han sido clientes, como también nombres de otros territorios del arte. A Juan Vitoria, por discreción, le cuesta citarlos, pero la insistencia de LAS PROVINCIAS consigue que diga que el dibujante Paco Roca le ha comprado algún que otro disco, como lo han hecho los ilustradores Micharmut, Daniel Torres o Mique Beltrán.
Cuando la conversación llega a Gaizka Mendieta, el futbolista del memorable gol en el partido que dio al Valencia CF su sexta Copa del Rey, el mundo parece detenerse. Juan y Mendieta son amigos, buenos amigos. "Hemos pinchado juntos en el Guggenheim de Bilbao y también en la caverna de Liverpool", relata Juan. El deportista, además, se surte de música en la tienda. Y algo traman ahora los dos, aunque de momento no quiere contar mucho.
A la conversación acompaña un recorrido escudriñador por las cajas donde guarda los vinilos a la venta. Los hay con precios que llaman la atención. Son piezas únicas, joyas del coleccionismo que prueban la dimensión internacional del vendedor valenciano. A la tienda llegan piezas de muchos lugares del mundo, y de ella salen con los destinos más diversos y lejanos. Sin ir más lejos el mismo día de la visita de LAS PROVINCIAS está preparando un envío a Estados Unidos, "un disco de Acetone original, del que sólo se hizo una edición". El interesado pagará 250 euros por la pieza a los que añadidos los gastos de aduana y los portes, elevan la factura a cerca de 300. "Vendo a todo el mundo", recalca Vitoria, quien recuerda que por más de esa cantidad vendió "el original UK del primer disco de Pink Floyd". Y es que la especialidad de 'Amsterdam' es tener todo, fundamentalmente aquello que en otro sitio no se puede encontrar.
El relato que traza la conversación con Juan deja muy claro que lo que él gestiona junto a Miguel Ángel, su amigo y compañero dependiente en la tienda, trasciende el oficio de vender. Las cuatro paredes forradas de recuerdos también han sido sala de conciertos. "Aquí ha tocado Jazz Butcher". En fecha más reciente también lo han hecho La habitación Roja y Senior i el cor brutal. A los primeros Juan les ofreció tocar en la puerta de la tienda, donde suelen hacerlo quienes van a cantar allí. Pero ellos prefirieron el interior. El concierto se ofreció desde el interior, al fondo, en el espacio donde cuelgan las camisetas que se venden en 'Amsterdam'.
La visita se convierte en una aventura de pasión por el vinilo, sobre todo del rock. Aunque a Juan no se le han caído los anillos por contar con Antonio Machín por si alguien llegaba y lo pedía. Y entre los imprescindibles porque aún se sigue buscando y mucho, el inmortal rockero valenciano Bruno Lomas, sin dejar de lado aquella 'nova cançó' de tintes rock que entre los valencianos dieron a la discografía Julio Bustamante, Remigi Palmero o Pep Laguarda. 'Amsterdam' es historia de Valencia, historia de la música; la pasión de un diseñador que sabía mucho de música y en 1982 decidió cambiar de oficio.
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