Imagen actual del edificio Veles e Vents. MIGUEL ÁNGEL POLO

El Veles e Vents se pintará en 20 días para recuperar su esplendor

El edificio invertirá 200.000 euros para tratar el óxido en el único inmueble de Valencia distinguido con el premio Pritzker

Carmen Velasco

Valencia

Jueves, 9 de marzo 2023

El óxido del Veles e Vents tiene los días contados. En 20 días aproximadamente se pintará el edificio. Las obras tienen un presupuesto de 200.000 euros. Se fija la primavera como la estación en la que realizar esta tarea de mantenimiento por las ... condiciones meteorológicas. El viento y la humedad son factores que interceden en la pintura.

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«El control del edificio es permanente y siempre que se encuentra un desperfecto se requiere a la UTE que la gestiona», argumentan según fuentes oficiales de la Marina. El Consorcio ya ha aprobado el tipo de pintura a aplicar y es cuestión de días que el Veles e Vents recupere su esplendor. Cada seis años de pinta el inmueble y la última vez fue en 2016. Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, ha habido una demora en la entrega de la pintura.

En siete años se ha invertido dos millones en la conservación del edificio, el único en Valencia diseñado por David Chipperfield. El arquitecto británico obtuvo el pasado martes el Premio Pritzker, popularmente conocido como el Nobel de la arquitectura. Durante cuatro décadas, Chipperfield ha firmado más de cien obras de muy distinta tipología y escala, desde edificios cívicos, culturales y académicos hasta residencias y planes urbanísticos en Asia, Europa y América del Norte. Con el galardón recibe además del reconocimiento a su talento, un jugoso cheque y una medalla de bronce. Pero el gran honor es entrar en un selecto club con miembros como Philip Johnson, James Stirling, Rem Koolhaas, Zaha Hadid, Oscar Niemeyer, I.M. Pei, Norman Foster, Rafael Moneo o Tadao Ando.

Basta un paseo por alrededor del Veles e Vents para detectar que la escalera lateral -que conduce a la zona de los restaurantes y la pérgola- está devorada por el óxido, al igual que sucede con zonas de los voladizos. Además, la enorme pasarela frontal registra pérdidas de la piel blanquecina a consecuencia de la oxidación, presenta hierbas entre las juntas de la superficie de madera y el lateral de la barandilla y tiene trozos de cinta adhesiva negra.

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El Veles e Vents, situado en la Marina, es una delicia arquitectónica con grandes voladizos que marcan las terrazas de los distintos niveles y de solo 25 metros de altura. Es un edificio en el que los desperfectos, como las hendiduras, los agujeros y las grietas en la tarima de madera se extienden por todo el recinto, evidencian la dejadez en su conservación.

Con cuatro plantas y sus terrazas flotantes blancas, de diferentes dimensiones y vuelos, el edificio se erige como un enorme puesto de mando marítimo. Es un orgullo para la ciudad que uno de sus edificios haya sido creado por un premio Pritzker pero también resulta decepcionante descubrir el actual estado de un emblemático inmueble cuya funcionalidad principal es la hostelería.

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Además, la estética del Veles e Vents ha mutado. En la primera altura del inmueble, con vistas al mar, se ha instalado un rincón 'british'. La esquina blanca ideada por Chipperfield se ha convertido en un sucedáneo de pub londinense. La marca de ginebra Beefeater ha tuneado este rincón del icónico edificio. Este «tuneo», advierten, es reversible. «Se eliminará», apuntan desde el edificio Veles e Vents.

«Desde Consorcio Valencia, mantenemos contacto con los estudios de Chipperfield y Fermín Vázquez y les enviamos información sobre cualquier actuación destacable que afecte al aspecto formal del edificio. La última comunicación que tuvimos con ellos fue en relación al proyecto que está llevando acabo Asindown», detallan desde el ente presidido por Vicent Llorens.

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«Tanto los concesionarios del edificio como La Marina de Valencia realizamos un importante esfuerzo para mantenerlo. No sólo nos preocupa su mantenimiento estético, sino también la adaptación a los nuevos requerimientos de garantía sostenible, tanto energética como de explotación. Por ello la acción de mantenimiento es continua y cambiante. Entendemos que el Veles e Vents es un ejemplo esencial del interés general de la Marina de Valencia, el uso y disfrute de la ciudad de Valencia y sus visitantes», añaden.

Un mirador al Mediterráneo

El edificio se presentó en sus inicios como un mirador de lujo en la confluencia del canal y la dársena histórica de Valencia para acoger invitados, patrocinadores y espectadores de la trigésima segunda edición de la Copa del América de Vela (2007). Fue inaugurado de forma provisional el 11 de mayo de 2006, para la celebración de las prerregatas de ese año.

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El Veles e Vents fue icono de la fachada marítima durante los grandes premios de automovilismo de Fórmula 1 que se disputaron entre 2008 y 2012 en Valencia, parte de cuyo circuito urbano discurría, precisamente, por el puerto y la dársena.

En 2007, Chipperfield reveló que su principal preocupación en el diseño del Veles e Vents fue «hacer que un edificio VIP pudiera ser sentido como suyo por los valencianos».

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