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Moncho Borrajo en su espectáculo 'Se acabó'. LP

La versión más valenciana de Moncho Borrajo

El artista, que vivió en la capital del Turia como estudiante, llegará el 12 de enero con 'Se acabó', su espectáculo de despedida I Se subirá a las tablas del Principal, donde en 1972 ganó un premio en el festival de la canción universitaria de la ciudad por la que se paseaba con capa española y en la que ofreció sus primeras actuaciones en distintos locales

Laura Garcés

Valencia

Martes, 7 de enero 2025, 00:59

El «abanico» artístico que es el gallego Moncho Borrajo se retira de los escenarios con cincuenta años de bagaje. Lleva varios meses de gira por ... España diciendo adiós al público con el espectáculo 'Se acabó'. El 12 de enero llegará a Valencia. El Teatro Principal y los espectadores aguardan para verle sobre las tablas de la calle de las Barcas, las mismas tablas sobre las que 1972 se hizo acreedor del segundo premio del Festival de la Canción Universitaria.

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Por ese despegue creativo que no olvida, y por muchos más aconteceres -tantos que algunos incluso le preguntan si es de esta tierra-, la trayectoria de Moncho tiene una versión tan valenciana que se considera poseedor de «la retranca gallega y de la traca valenciana», como confiesa a LAS PROVINCIAS. Y así las cosas, no podía dejar de anotar parada ineludible en el cap i casal para un adiós «por todo lo alto».

Llegó con 16 años. Vino a estudiar Arquitectura y pasó también por la Facultad de Bellas Artes. Moncho, se sabe, es un gran artista, pero no sólo en el escenario, también sobre el lienzo, con los lápices y con la palabra escrita. Vivió la juventud y la noche valenciana de los efervescentes años setenta rodeado de no pocos amigos que fueron testigos de sus primeros pasos y todavía hoy le acompañan con su amistad. Ahí están las que él llama «mis pilares». Son Pilar Roig, la catedrática de Restauración que devolvió el brillo a la Capilla Sixtina Valenciana, y otra gran artista valenciana: Pilar Belmonte. «Nos conocimos en casa del catedrático Joaquín Arnau, donde íbamos a escuchar música clásica cuando éramos estudiantes», advierte Roig y corrobora el resto de la panda. Pilar Belmonte refiere las fiestas y actuaciones de Moncho en su Colegio Mayor arrancando aplausos, las excursiones a la playa con la guitarra de alguien «muy ágil e inteligente; un hombre bondadoso, una persona entrañable» que disfrutó de manera «apasionada» de la ciudad del Turia.

La catedrática de Restauración Pilar Roig y Moncho Borrajo en la playa durante su etapa uniersitaria. LP

«María Ángeles Arazo en su libro 'Valencia de noche' me dedica un capítulo», apunta Moncho. La periodista detuvo su fina mirada en aquel joven inteligente, pintor, rápido, equilibrista de las palabras, músico, cantante… que se paseaba con capa española. Y si María Ángeles le anotó en sus páginas, no cabe duda de que es historia de Valencia, un destino «punto de referencia en mi vida», advierte Moncho antes de relatar que un día escuchó a una mujer definir su indescriptible hacer sobre el escenario «como un abanico: cuenta chistes, canta… va sacando todas las varillas y las junta».

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En aquellos años sedientos de libertad, cantó en Viveros y se arrancó en el mundo del espectáculo en una larga lista de locales que recuerda con afecto: «Belle Époque, Casa Vella, Tarot, El Teatret, El Hipopotamus…». Un día le fueron a ver «Sacristán y Concha Velasco, que estaban en el Principal. Al acabar fui a saludarles, y tiempo después ella me contó que le había dicho a Sacristán: ese chico triunfará». Estaba escrito.

El artista en una de sus primeras actuaciones. LP

Aquel joven que «en la época de los pubs» entró en contacto con el universo artístico valenciano habitado por Francis Montesinos, Monleón o Lluis Miquel cuando «en cada casa del barrio del Carmen estaba escondido un genio» saltó de Valencia a Barcelona para luego conquistar Madrid. Nunca ha olvidado la ciudad que le acogió como universitario, donde conoció a «mis pilares» y también a «Julio Tormo. Fuimos compañeros en Arquitectura», y a muchos más con quienes sigue en contacto.

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Para que no queden dudas, aclara que ha desfilado en la Ofrenda a la Mare de Déu acompañando a las comisiones falleras de Convento Jerusalén y de la plaza Obispo Amigo. Y más: «Hablo valenciano de pueblo, del que aprendí con mis compañeros de la Universidad». La conversación con este periódico lo atestigua.

Autoretrato del artista con un gato. LP

A partir de ahora dedicará más tiempo a pintar, actividad de la que Pilar Roig certifica la calidad. Pero antes se subirá al escenario para entonar el 'Se acabó', un espectáculo que muestra a «Moncho en estado puro. Habrá un poco de política, pero poco porque la gente ya está harta, monólogos, algo con el público y el payaso final, un personaje tierno que habla con su conciencia». Una hora y tres cuartos para poner punto final en la carrera de un creador cuyo interior gallego comparte esa versión valenciana que une «la retranca y la traca».

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