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Día del Libro. Los Reyes, junto a Isabel Díaz Ayuso, descubren la placa conmemorativa del acto. EFE/Juan Carlos Hidalgo POOL

Francisco Brines: «La vida tiene a veces la delicadeza de las flores»

El poeta valenciano agradece desde su casa las felicitaciones por el Premio Cervantes. Los Reyes se desplazarán a Oliva para entregar el prestigioso galardón al escritor

Laura Garcés

Valencia

Viernes, 23 de abril 2021, 17:45

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«La vida a veces tiene la delicadeza de las flores». Así se inicia la carta con la que el poeta valenciano Francisco Brines agradeció ayer las numerosas muestras de cariño y felicitaciones que recibió desde que le fue otorgado el Premio Cervantes 2020 y que envió desde su casa en la finca Elca.

«La vida a veces tiene la delicadeza de las flores: su carne son los pétalos con su obligado color y se hace el milagro; te acercas y cómo huelen. Color, aroma y forma, un ser vivo. Y eso es lo que el hombre recibe en la tierra de la mano de Dios. Desde Elca, feliz día del buen libro». Fueron los versos con los que expresó su gratitud en la misiva acompañada de una fotografía con la imagen del manuscrito de su poema 'El último viaje', sobre el que hay depositada una rosa roja con la que el escritor quiso sumarse también a la celebración del Día Internacional del Libro que ayer en Alcalá de Henares se convirtió en homenaje al primer valenciano galardonado con el mayor reconocimiento que se concede a las letras escritas en lengua española.

Alcalá se impregnó del aroma de la poesía de Brines, que es casi lo mismo que decir que la ciudad que vio nacer al autor del Quijote olía a versos de jazmín y de azahar. Y a una estancia rodeada de naranjos de nombre Elca -la casa de Oliva donde reside el último premio Cervantes-, el paisaje esencial de la obra del también miembro de la Real Academia Española.

Imagen con la que Brines ha agradecido las muestras de cariño. LP

El poeta no pudo recoger el galardón en la ciudad madrileña. Su avanzada edad y el interés por el cuidado de su salud aconsejaron que no saliera de Elca. Pero el premio, que hace unos meses se encontró con sus versos, ahora lo hará con el poeta mismo.

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Hasta la indiscutible fuente de inspiración de un autor que se estrenó en la poesía con 'Las brasas', Oliva, se desplazarán los Reyes de España para entregar a Francisco Brines el Premio Cervantes. Lo anunció ayer el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes.

Todo apunta a que será pronto, aunque por el momento se desconoce el día del encuentro. Pero lo que sí está claro es que el esencial paisaje literario del poeta ahora lo será más, si cabe. El mediterráneo, los naranjos y la buganvilla; en definitiva todo aquello que habla de la presencia del origen, pero también del destino del poeta en su obra, ganará fuerza.

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Elca se preparará para ello. Así lo anunció ayer el concejal de Cultura de la localidad de Oliva, Julio Llorca, cuando al conocer la noticia mostró la satisfacción del municipio y aseguró que si bien se desconoce la fecha, «prepararemos Elca para celebrar algún acto. Esperamos que el próximo día 9 se relajen las restricciones y podamos hacer una celebración». Desde Oliva se desplazó a Alcalá una representación de la fundación y del Ayuntamiento con su primer edil al frente.

El poeta no pudo estar en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, donde cada año acude el galardonado con el Cervantes. Pero el espíritu del escritor valenciano sobrevoló la ciudad. El autor, que al recibir la noticia de que se le había concedido el galardón, dijo que el reconocimiento ofrecía la «certeza de que hay lectores de poesía», puede tenerla también de que ayer de alguna manera estuvo en Alcalá de Henares.

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Videoconferencia. Brines interviene durante el acto en la sede del Instituto Cervantes de Alcalá de Henares. efe/pool

Y así será hasta el 2 de julio pues desde ayer y hasta ese día la sede de la Universidad de Alcalá de Henares acoge una muestra organizada por la Universidad y el Ministerio de Cultura y que está comisariada por Àngels Gregori, presidenta de la Fundación Francisco Brines, que tiene su sede en la casa del poeta en Oliva.

La vida y obra del poeta

Por la exposición discurre la vida del poeta. Su origen se contempla en fotografías como la que recoge la boda de sus padres, a quienes siempre, especialmente a él, ha mostrado su agradecimiento por haberle dejado ser poeta. Y con ello no sólo haberle hecho sentir libre, sino también enseñarle la importancia de respetar al otro. Hay fotografías que hablan de su niñez; otro tema presente en su obra, que también llena de contenido parte de un recorrido expositivo que muestra la casa de sus abuelos, donde nació el poeta.

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El amor del escritor por el arte queda muy bien reflejado con la incorporación a la muestra de distintas piezas de la colección de Brines que incluyen a creadores como Carmen Calvo, Ramón Gaya o Manuel Sáez, entre otros. Está su vida, pero sobre todo, la obra y la huella que ha dejado. Desde una antigua máquina de escribir que perteneció al poeta hasta sus últimos poemas publicados, sin dejar de lado algunos versos inéditos deleitarán sin duda a quien se acerque a la sede de la Universidad de Alcalá.

En la sala están también instantáneas de la juventud del autor y otras en las que aparece a aparece junto a José Hierro, Claudio Rodríguez o Carlos Bousoño, entre otros. Todos grandes voces de la poesía que dan cuenta de la trascendencia de la obra de Brines y de su pertenencia a una generación eterna. No faltan las imágenes que dan cuenta del ingreso de Francisco Brines en la RAE o las cartas que descubren la correspondencia con otros grandes de la literatura como Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Claudio Rodríguez o José Ángel Valente.

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Brines es uno de los últimos supervivientes del grupo poético de los años 50. El premio Cervantes corona una trayectoria que le ha permitido cosechar con anterioridad, entre otros, el Premio Nacional de Literatura, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Internacional de Poesía Federico García Lorca y el Nacional de la Crítica. Es autor de obras como 'Las brasas' (1959), que fue su primer poemario y con el que consiguió el Premio Adonais. Siguió 'Palabras a la oscuridad' (1966), Premio Nacional de Crítica, 'Poemas excluidos' (1995) y 'La última costa' (1995).

Cuando el pasado noviembre recibió la noticia del galardón se mostró feliz, orgulloso del reconocimiento que le destacaba como una de las voces esenciales de la poesía española. «Este es un premio que da certeza a que hay lectores de poesía», afirmaba el escritor al mismo tiempo que aseguraba que en la primera persona que pensó al recibir la llamada del ministro fue en su madre. En ese momento echó la vista atrás y también tuvo un recuerdo para sus amigos poetas. «Me he acordado de Vicente Aleixandre, Carlos Buisoño y Claudio Rodríguez. Amigos que siempre tenían abiertas las puertas de su casa a los poetas».

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