Vuelve Morante: Santander sí, Valencia no

Que la vuelta tenga lugar apenas cinco días después de su compromiso con la feria de Valencia, donde su sustitución dio al traste con unos de los carteles más atractivos del abono, y que haya elegido para volver precisamente la plaza de Santander, que en los últimos años ha mantenido una competencia abierta con Valencia por arrogarse el protagonismo de julio, tiene connotaciones especialmente dolorosas para el prestigio de esta plaza y su entorno.

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Se dirá que la fecha de la vuelta está marcada por la evolución de la enfermedad y seguramente sea así, pero la proximidad de las mismas y el que decidiese con bastantes días de antelación, nos deja un sabor de frustración y evidencia que el pulso Valencia-Santander, pese a la categoría superior de la primera, se va inclinando año a año hacia el Cantábrico. Hay motivos. El ninguneo de las autoridades de la ciudad de Valencia hacia la feria taurina frente al pro-activismo de sus colegas de Santander, con su alcaldesa Gema Igual al frente, es decisivo; la postura por momentos errática de las autoridades de la plaza valenciana ajena a la historia y cultura de la misma no logra favorecer el prestigio del coso pero sí rebaja el interés de los primeros espadas por anunciarse aquí, especialmente en Julio.

Todo ello hace que Valencia siga perdiendo relevancia sin que el poder que se le supone al eje empresarial Madrid-Valencia resuelva casos como este o evite ausencias destacadas cuando más se necesitan. Solo el calor debería jugar a la contra de la feria valenciana pero no está solo.