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A. RALLO
VALENCIA.
Martes, 15 de junio 2021, 00:39
La arquitecta Yasmine Eid-Maccheh, que reformó la vivienda de Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Futbol, ha sido condenada por acoso ... al deportista. El titular del juzgado de lo Penal 2 de Valencia le ha impuesto una multa de 2.160 euros.
Más allá de la cantidad, no especialmente significativa, el fallo cobra especial relevancia para Rubiales, defendido por el despacho de Gómez Tejedor, porque de esta forma puede cerrar un capítulo especialmente doloroso para él y su familia. El juez ha considerado que sí se dan los requisitos del acoso, pero rechaza las pretensiones de una condena por coacciones y amenazas. La situación de hostigamiento fue constante y alteró de manera importante la vida del entonces presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).
De hecho, se vio obligado a vender la vivienda tras los desagradables episodios que vivió allí con sus tres hijas. Rubiales utilizaba ese piso, en el centro de Valencia, para pasar los fines de semana con su familia.
La arquitecta mantenía -de hecho, todavía lo sostiene- que Rubiales le debía dinero por la reforma del inmueble. Sin embargo, la Justicia también dio la razón al dirigente deportivo en esta disputa, ya que resolvió que la deuda estaba satisfecha. Pero la profesional inició un «proceso de acoso bajo un pretexto que se convertiría en la tónica habitual: exigir contraprestaciones por la ejecución de la citada reforma, cantidades económicas que no se correspondían con lo acordado», según el relato de hechos probados de la sentencia.
Su actuación consistía «en apostarse en reiteradas ocasiones en la puerta de la casa lo que generaba al denunciante junto con sus tres hijas, una sensación de desasosiego que le llevaba a tener que irse, para regresar más tarde a su propio domicilio». El episodio más desagradable que vivieron las víctimas fue cuando encontraron unas pintadas en el baño y la habitación principal donde aparecía el nombre de la arquitecta y RIP. Esa noche «apalancaron» la puerta por temor a que la acusada pudiera acceder al interior. Tal y como recuerda el fallo y la propia condenada reconoció durante la vista, se negó a devolver el juego de llaves que tenía del piso pese a que la obra estaba entregada y así se lo había exigido el propietario. En esta controversia queda pendiente otro juicio por una supuesta agresión de Rubiales a la arquitecta, según la denuncia de ella, durante estos episodios de acoso.
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